Adhemar Bianchi, el teatro como práctica transformadora

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Adhemar Bianchi es el director del primer grupo de teatro comunitario en el país: Catalinas Sur fue pionero en cuanto a una forma de trabajo que resultó inspirador. Desde su fundación, hace más de tres décadas, sus integrantes siguen impulsando a otros a soñar y a compartir sus ideales comunitarios.

Hay quienes desconfían de las utopías, suponen que nunca conducen a nada.  Hay otras personas que en cambio –al modo en que escribió Eduardo Galeano- reconocen en esos objetivos que por momentos parecen lejanos o imposibles una fuerza que los impulsa, a la creación y a la lucha. Adhemar Bianchi (1945) es sin duda uno de los que ha impulsado  una auténtica revolución en el ámbito del teatro comunitario en la Argentina, e incluso ha trascendido fronteras.


Director y actor uruguayo, su contacto con el teatro se remonta a su primera infancia cuando, de la mano de su madre actriz, ingresó al Teatro Circular de Montevideo.  Unos años más tarde seguiría en el teatro, de la mano de otras mujeres; a los 19 años se casó con Adriana Lagomarsino, que formaba parte del Grupo 65, grupo pionero del teatro uruguayo. En ese momento Adhemar comenzó a trabajar como ayudante de iluminación y como escenógrafo.


Se formó en la Escuela de Arte Dramático Margarita Xirgu en su país natal y en el Teatro Circular de Montevideo, y a causa de los avatares políticos decidió emigrar a Argentina en el año 1974. Dentro del teatro se ha dedicado a múltiples tareas: se ha desempeñado como actor, asistente de dirección, profesor, y escenógrafo.
Cuando llegó a Buenos Aires trabajó en distintos ámbitos, hasta que a principios de los ochenta se afianzó definitivamente en el Teatro.


Su gran obra es la dirección, desde hace 30 años, del Grupo de Teatro Catalinas Sur en La Boca. Catalinas surgió en el año 83 cuando, desde la escuela de sus hijas en el barrio Catalinas de La Boca, le propusieron que hiciera unos talleres de teatro con gente del barrio. El grupo se armó en una plaza. El proyecto cobraría luego dimensiones  que quizás hubiese sido difícil de imaginar por entonces.


"El comienzo fue un campito del barrio, con una fiesta vecinal, y selló de alguna manera esta cosa participativa, de celebración, de festejo en el espacio público, que es una de las marcas centrales del grupo", refirió cierta vez Bianchi. "Nosotros nacimos en el último tiempo de la dictadura militar, ya aflojada por la derrota de Malvinas, pero en un marco de estado de sitio, y ahí la recuperación del espacio público como un lugar de vida, de celebrar estar juntos, de re-sanar los miedos que provocó la represión, era una necesidad de la gente por ser parte y participar”.


El teatro de plaza tiene el rasgo de salir a ocupar aquellos espacios que la gente comparte con su comunidad, que son públicos, y que a cotidiano se transitan con otras actividades. De repente ese espacio es copado por una escenografía y por actores dispuestos a compartir un espectáculo.


Aquella primera obra que el grupo Catalinas Sur estrenó en la Plaza fue a la gorra y con choriceada compartida. Así se fue configurando, ya desde los orígenes, un espectáculo inclusivo con gran número de participantes. Esa obra fue Los comediantes de Jorge Curi. Hoy el Grupo Catalinas Sur funciona en su propio espacio en La Boca y mantiene el mismo espíritu de aquel momento inaugural.


A partir del año 97, el equipo se trasladó al Galpón de Catalinas. Este teatro funciona al modo de teatro comunitario, entendido como un teatro de vecinos para vecinos. Se trata de gente que ama el teatro, que actúa de forma amateur, pero que no vive de la actuación.
En la actualidad, además de los espectáculos teatrales, en el Galpón funcionan cursos de oficios teatrales, talleres y una orquesta. Las obras tienen la característica de ser  inclusivas, lo que supone que cualquiera que quiera participar de ellas puede hacerlo. Así, hay participantes que ingresaron haciendo un pequeño papel para luego llegar a tener un rol protagónico. A menudo, se trata de espectáculos donde el cincuenta por ciento de los artistas forman el coro: son obras corales con gran apoyo en lo musical. Un teatro épico, que toca también temas relativos a los orígenes de los pueblos, la identidad y la memoria, recuperando nuestra historia como pueblo desde la llegada de los inmigrantes.


Uno de esos espectáculos vigentes es La historia de la Boca que, con ese espíritu, recorre los hechos y las historias ocurridas en el barrio. El Fulgor Argentino es otro de los espectáculos que estuvo en cartel durante trece años, con más de 2500 funciones, y relata la historia argentina desde el año 30 hasta la actualidad.
El efecto multiplicador de la experiencia del Grupo Catalinas no tardó en llegar. Bianchi llevó su experiencia por distintos puntos del país donde se formaron grupos que continuaron con la forma de trabajo ya en funcionamiento en Buenos Aires. Se utilizaron espacios públicos como escenarios, lugares que la gente siente como propios: estaciones de trenes abandonadas o galpones portuarios,  escenarios de la vida cotidiana de una ciudad o un pueblo. La idea es que el teatro se acerque a la gente para que pueda ser reconocido y disfrutado y no concebido como algo elitista o sólo para cierto sector social.


Dice Adhemar: “Nosotros pudimos confirmar la hipótesis de que el teatro es un derecho de todos, no solo de verlo sino también de producirlo. El teatro no es un arte de exhibición sino de comunicación”.
La experiencia de Adhemar también cruzó las fronteras de la Argentina. Ha participado como invitado y expositor de encuentros, conferencias y congresos en lugares tan distintos como Corea, Brasil, España, Estados Unidos, Italia y Colombia, entre otras geografías.


Entre los reconocimientos que obtuvo se encuentran los premios María Guerrero y el premio ACE a la Trayectoria. También el Florencio Sánchez Podestá, el Trinidad Guevara, el Konex y el World Culture Open de Estados Unidos, entre otros. A los premios se suma también el reconocimiento de un público que semanalmente asiste a los espectáculos desde hace 30 años, así como de las más de mil personas que a lo largo de la historia formaron parte del elenco del grupo y que lo acompañan a cotidiano en su andar de utopías cumplidas.
Más información sobre el Grupo de Teatro Catalinas Sur en la página web www.catalinasur.com.ar