Comida orgánica: saber hacer, saber comer

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La alimentación orgánica es una tendencia en crecimiento, que llegó al país hace unos años y, está haciendo furor. Argentina es el tercer productor de alimentos y carnes orgánicas.

Los alimentos orgánicos son los productos agrícolas o agro industriales que provienen de cultivos orgánicos; es decir, aquellos que son fertilizados sin pesticidas y que no son modificados genéticamente. Una de las finalidades es devolverle al suelo los nutrientes que entrega, además de promover una alimentación consciente, más sana y ecológica. La tendencia llegó desde Europa y Estados Unidos para quedarse. Si los alimentos no son de estación, promueven quienes defienden esta filosofía, no se consumen; esa es una de las claves.

Las grandes cadenas de Fast food como Mc Donald´s, Wendy´s y Starbucks, en sus filiales multinacionales, empezaron a incluir una tendencia algo más saludable en sus productos. Por ejemplo, Mc Donald´s permite acompañar los combos con ensalada y, las cajitas con frutas para que los niños adopten hábitos nuevos. Si bien la tendencia no se instaló en la Argentina con la solidez con que arraigó en otros países, sí hubo un aumento de ferias, restaurantes y almacenes orgánicos en los últimos años.

Orgánico no es sinónimo de vegetariano. Hay también carnes producidas con este concepto. Según las estadísticas del SENASA, durante el 2011 la superficie de cultivos orgánicos en el país llegó a los 3,8 millones de hectáreas, de las cuales 3,4 son de producción ganadera.  En ese mismo año, el volumen exportado a Estados Unidos fue de 45.000 toneladas. Respecto a lo que fue el 2010, la exportación aumentó un 25% en general. En esta estadística, se cuenta a todos los productores que sacaron el certificado de orgánico en entes como Argercert, muy costosos y necesarios para la exportación. Sin embargo, más allá, hay otros lugares que venden y producen alimentos con la tendencia orgánica.

 

Entre los chefs locales, Martiniano Molina es uno de los que defiende la tendencia de cocinar a partir de lo natural y sustentable: en su casa tiene una huerta que le provee las materias primas para alimentarse y es padrino de la Fundación Huerta Niño. Promueve un estilo saludable en armonía con la naturaleza. Mientras que la experta Juliana López May, fanática de lo orgánico, ha promovido esta tendencia desde hace años, en todos sus programas de televisión, con recetas, datos y tips para preparar comidas deliciosas y sanas. Lo mismo sucedió con el famoso Pedro Lambertini que está a cargo del menú del restaurante Natural Deli en Laprida 1672 y Goroztiaga 1776, Capital Federal.
Si bien esta tendencia no requiere un cambio en la alimentación, más que el de ser conscientes del origen de los productos que consumimos y de su producción, muchas personas terminan volviéndose vegetarianas y, otras solo consumiendo alimentación viva o raw food (es un tipo de alimentación en la que se busca conservar las enzimas y nutrientes de todos los alimentos, para lo cual en la cocción se usan deshidratadores y equipos especiales).

 

En todos los casos, otra de las claves de esta tendencia es la huerta propia, la posibilidad de cultivar vegetales y especias para llevar directo a la mesa. Hay empresas como Verde al cubo (www.verdealcubo.com) y Madre selva jardinería (madreselvajardineria@gmail.com) que se encargan, con distintos presupuestos, de armar huertas en casas y departamentos. Hay opciones hasta para monoambientes, a precios accesibles y de acuerdo a los gustos y deseos del consumidor. Poner manos a la obra en la tierra y cocinar lo cultivado es otra de las claves de esta moda, que ofrece, también, una alternativa para paliar el estrés urbano.

 

Para los amantes de la experimentación hay almacenes y ferias orgánicas en las que pueden comprarse verduras, frutas y plantas directo de la huerta; productos naturales y orgánicos como galletitas, trufas, sándwiches, condimentos, aceite de oliva, salsa de tomate, entre otros. El evento más conocido es Buenos Aires Market que tuvo ya sus ediciones en San Telmo, Palermo y Barracas en la Capital Federal, con una gran convocatoria de público. Otras opciones son el Galpón de Chacarita (Lacroze 4171, Capital), clásico por ser el precursor de lo orgánico para comprar y consumir en el hogar; el Mercado solidario de Bonpland (Bonpland 1660, Capital); Sabe la tierra, todos los fines de semana en la estación San Fernando del Tren de la Costa (Pcia de Buenos Aires); San Telmo Verde (Perú 677, San Telmo, Capital), todos los viernes y la venta en el Mercado Central, en Paralelo Orgánico (Vuenos Aires).

 

A domicilio, hay variedad de precios y gustos para los distintos tipos de consumidores como Iriarte Verde (pedidos@iriarteverde.com.ar), que es una cooperativa ubicada en Barracas; La Choza (Luis Saénz Peña 2023), y Pachamama (pachamamaorganicos@gmail.com).
Para comer, evidentemente, hay que saber hacer, volver a las raíces mismas y animarse. Será cuestión de probar esta tendencia que sigue creciendo y experimentar los sabores de la huerta al plato, aún, cuando sea una vez cada tanto.