Fundación Microjusticia Argentina

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Que la extensión universitaria en función social es una responsabilidad indelegable de los universitarios y que el trabajo comunitario exige la articulación de redes, son palabras y afirmaciones consentidas por investigadores, autoridades, especialistas y referentes en todos los ámbitos vinculados a la solidaridad.
Claro que lo sustantivo es poder atravesar el plano de la enunciación y poder vertebrarlo en las siembres complejas arenas de la acción. Ese es el desafío que un grupo de universitarios tomó en el año 2009, imbuidos de la experiencia de la especialista Patricia Van Nispen con impacto internacional.
Microjusticia Argentina es una experiencia pujante en el AMBA con la ambiciosa misión de facilitar el acceso a la justicia de los sectores más vulnerables.
Conozcamos cómo se gestó esta verdadera política pública prohijada en la sociedad civil, a  partir del testimonio de sus principales referentes.

Revista Cabal: ¿Cómo surgió el proyecto de la fundación?

Microjusticia Argentina: En el año 2009 conocimos a la fundadora de Microjusticia Internacional, Patricia Van Nispen; conversamos sobre la realidad argentina y decidimos probar el proyecto en el campo. Queríamos trabajar por nuestro país, por los más pobres, desde la profesión. Hace poco nos habíamos recibido de nuestras carreras universitarias; con ese ímpetu salimos a los barrios, convencidos que era nuestra responsabilidad social. Finalmente fueron los vecinos del barrio con sus necesidades los que le dieron forma al proyecto.
Una institución de microcréditos, FIE, nos prestó un escritorio en el barrio de La Salada y lanzamos el programa piloto.  Todos los sábados a las 7.00 am, después de una semana de trabajo en el microcentro porteño, íbamos hasta La Salada para escuchar a los vecinos y  detectar  cuáles eran los obstáculos de su integración.  Anotábamos cada caso en libretas porque no teníamos computadoras y por supuesto tampoco Internet. Los fundadores de Microjusticia Argentina fueron un grupo de amigos, María Bercetche, Delfina Beguerie, Juan Segundo Bellocq y Tomás Vassolo. Al equipo se fueron sumando  voluntarios  que siguen desde 2010 y en la actualidad también tenemos parte del equipo rentado. Nos encontramos con que muchas personas tenían un problema de acceso a la justicia, no necesariamente  de litigar por sus derechos ante un juez, sino un paso anterior: ser reconocidos como persona, como sujeto de derechos y obligaciones. Estaban ahí trabajando, con familias, con problemas de salud, con una vida desarrollándose pero totalmente invisibles, marginados. Y todo eso conducía a un camino sin oportunidades reales de futuro para sus hijos. No era un problema de políticas públicas, sino de acceso a las políticas públicas. Nos encontramos con niños sin DNI o con partidas de nacimiento erróneas, personas con discapacidad sin certificado de discapacidad, trabajadores sin monotributo. Había que acercar el Estado al barrio y acompañar a los vecinos hasta la oficina pública.

¿Cómo es la relación que tienen con la comunidad?
Tenemos puntos de atención fijos en los barrios, pero gran parte de nuestro trabajo consiste en una coordinación con otras ONGs. Tenemos una red de ONGs aliadas que trabajan en los barrios donde hay pobreza. Las ONGs aliadas trabajan en la integración social desde otra perspectiva: comedores infantiles, abordando la vivienda, adicciones, etc.  Nosotros las visitamos para complementar la integración desde lo jurídico, desde la regularización legal.
Creemos que parte del éxito de Microjusticia consiste en acercarse hasta donde está el problema y no en esperar en una oficina. La gente, de hecho, se acerca por el boca a boca; contar un problema jurídico es contar un problema familiar/social y eso requiere generar un vínculo de confianza. La alianza con ONG’s de campo y los asistentes sociales que trabajan en los barrios es clave para lograr que una consulta avance y no se frustre. También es muy importante la coordinación con los organismos públicos, para hacer más eficientes y exitosos  los procesos administrativos. A veces recibimos capacitaciones oficiales y también nos contactan para ayudar en algunos casos que llegan en forma compleja o incompleta a los mostradores.

¿Junto a qué organizaciones?
Trabajamos junto a Crymaf y Hogar Amparo Maternal (madres en situación de calle, en la Villa 21-24)  Caacupe y Madres Sin Paco, Comedor Semillitas, Un Techo para mi país y  Pies Descalzos, entre otros.

¿Qué actividades realizan?
• Identidad: el principio de los derechos Ayudamos en la inscripción de nacimientos, obtención de DNI, rectificación de datos personales y demás procesos que sirvan a la integración formal de las personas en la sociedad y ante el Estado. Nos llegan historias como la siguiente: “L. C. nació camino al hospital; ya tiene tres años pero no tiene Documento Nacional de Identidad. Es que en el sanatorio no expidieron la Constancia de Parto correspondiente porque su madre dio a luz fuera de las instalaciones. Sin ese certificado se les dificultó a sus padres la inscripción de L. C. en un Registro Civil”. Microjusticia colabora en el proceso de inscripción de ese niño.
• Niños con derechos: Ayudamos a los niños a acceder a sus derechos, como el de una alimentación adecuada y suficiente, a la educación y a la identidad. Acompañamos a sus padres en el cumplimiento de sus obligaciones y en los convenios al efecto.
• Capacidades diferentes, salud y derechos: Ayudamos a quienes tienen capacidades diferentes o problemas de salud y están inmersos en situación de pobreza a obtener su Certificado Único de Discapacidad, pensiones, un trabajo digno y las prestaciones de salud que les corresponden.
• Migrantes: Promovemos entre quienes habitan nuestro país su regularización migratoria. Para ello informamos y acompañamos en los trámites ante la Dirección Nacional de Migraciones.
• Contribuyente: en regla Cumplir con las cargas y obligaciones ante el Estado también es parte del empoderamiento legal. Ayudamos en la adhesión al monotributo y en la registración de las relaciones laborales. Ello da libertad y calidad de vida al grupo familiar. "J.P. hace 5 años comenzó su propio emprendimiento de fabricación textil para así proveer de lo necesario a su familia. Vino a consultarnos para regularizar la situación impositiva de su pequeño emprendimiento”. Microjusticia lo ayudó a inscribirse como monotributista, de esa manera J.P. contribuye a la sociedad y tiene la tranquilidad de estar al día con su regularización. También se ayudó a sí mismo y a su familia: ahora todos cuentan con una obra social y puede acceder a créditos para seguir creciendo.

¿Cuáles consideran que son los principales logros alcanzados en todo este tiempo?
Nuestra tarea genera un cambio a largo plazo en la vida de nuestros beneficiarios. Gracias a la regularización jurídica, las personas excluidas son incluidas en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho, siendo capaces de ejercer sus derechos y de cumplir con sus obligaciones. Se produce un impacto directo en la dignidad de estas personas, de manera que puedan gozar de autonomía y de oportunidades de las que antes se encontraban privadas.   Donde más claramente podemos apreciar nuestro efecto empoderador es en los casos de obtención del DNI, ya que esa persona se incorpora en el sistema y, como consecuencia, podrá mejorar su calidad de vida y la de los integrantes de su familia. Por ejemplo, podrá regularizar su situación laboral, realizar aportes que luego le permitirán acceder a una jubilación. Entendemos que la regularización jurídica es un camino que lleva tiempo, es gradual, pero es la base mínima para poder ejercer derechos y una herramienta para salir de la pobreza estructural de manera autónoma y definitiva. El mayor impacto es que cada persona se hace responsable de su situación legal, nosotros lo guiamos en la regularización pero el trámite lo hace cada beneficiario y el resultado es formalizarse. El resultado se adquiere con valor duradero y directo impacto en mejorar la calidad de vida, en genera oportunidades concretas.

¿Podrían contarnos algunas de las historias que han llegado hasta Microjusticia?
Claudio y Rosana nos contactaron por medio de la fundación aliada. Su intención era regularizar la situación de su sobrina, que tiene 1 año y desde el momento de su nacimiento se encuentra viviendo con ellos. La mamá de la niña no puede hacerse cargo, vive en situación de calle y tiene una adicción a la pasta base. Al momento de nacer la niña, se labró un Acta de Compromiso por la cual Claudio y Rosana se comprometían al cuidado integral de la niña y así lo han hecho desde entonces, pero ese acta tiene un vencimiento. Hoy quieren saber si pueden buscar una solución que respete la realidad biológica y social, que permita seguir cuidando a la menor e incluirla en la obra social familiar.
El caso aún está en trámite, pero ya empezamos con los trámites de la guardia provisoria. Si bien no es una solución definitiva, la alternativa de adopción de la niña no es una opción viable porque Claudio tiene la esperanza de que su hermana se recupere y pueda ejercer su rol de mamá. Lo cierto es que mientras esto sea posible, la niña tendrá una familia que la proteja, la cuide y le de cariño, en un contexto jurídico regular.

Sofía se presentó a la fundación sumamente preocupada por los obstáculos que se le presentaron a su hermana María  para obtener el DNI. María es mayor de edad y tiene una discapacidad cognitiva; pero ello  no hace que María sea incapaz de realizar actos válidos.  Ella puede obrar jurídicamente en su nombre y por su propio interés, puede darse a entender por escrito y oralmente.  Sin embargo, al iniciar sus trámites de regularización y DNI se le exigió desde el organismo público que iniciara previamente una curatela en favor de su hermana; ésto ocasionó una demora de dos años en el trámite.  Desde Microjusticia planteamos un recurso administrativo donde explicamos que la curatela parecía a todas luces un requisito irrazonable y desproporcionado. Hoy María tiene su DNI y la estamos ayudando a capacitarse para tener un trabajo en blanco.

Ricarda es una mujer de 50 años, tiene dos hijos y tres nietos. Hace dos meses a Ricarda le diagnosticaron cáncer. Durante su internación en terapia intensiva le informaron que necesitaba una prótesis de columna y dosis de quimioterapia, pero los recursos hospitalarios eran escasos. Su hija  salió en busca de ayuda, préstamos, subsidios, pero todo quedaba obstaculizado porque Ricarda no tenía DNI. Una buena amiga suya los contactó con nosotros y empezamos a trabajar. A Ricarda no le daban el alta médica para tramitar personalmente el DNI, pero a su vez para continuar su tratamiento de salud, y ser dada de alta, necesitaba el DNI. Entonces nos contactamos con la comisaría del lugar y el Registro de Reincidencia articulando la gestión del trámite por mandatario. Cuando estuvo todo listo, funcionarios se presentaron en la sala de terapia del hospital para hacerle el DNI a Ricarda. Hoy, con la constancia de su DNI en trámite, cuenta con una herramienta más para seguir luchando contra su enfermedad.

¿Tienen nuevos proyectos?
Actualmente, como parte de nuestra mecánica de trabajo junto con otras ONG’s, estamos trabajando en un barrio de la localidad de Moreno con la Fundación Pies Descalzos para ayudar a los vecinos a regularizar la situación dominial de sus hogares y obtener cierta seguridad jurídica con respecto a sus viviendas. También, junto con los vecinos de un barrio en la localidad de La Matanza, por intermedio de Un Techo, estamos acompañando a los vecinos en sus reclamaciones frente a la municipalidad por la falta de la provisión de electricidad en el barrio, siendo éste un servicio público que debe proveerse de manera obligatoria e igualitaria.
 

¿Reciben alguna ayuda de algún organismo estatal?
No.

 

¿Qué tipo de colaboraciones y reconocimientos locales e internacionales han recibido?

A nivel nacional, desde lo institucional y en nuestro comienzo, iniciamos el trámite ante la Inspección General de Justicia para registrarnos legalmente como fundación. Para avanzar con esto último,  la Embajada de Holanda envió una carta firmada por el Embajador dando su respaldo a la inscripción formal de Microjusticia.  Cuando obtuvimos el reconocimiento como persona jurídica, nos inscribimos ante la AFIP.
A nivel internacional, este año, a través de la campaña Haciendo visibles a los invisibles, ganamos la competencia Do Good Challenge de la Facultad de Políticas Públicas de la Universidad de Maryland, EEUU. Esta competencia internacional premia campañas de concientización y recaudación de fondos para proyectos con alto impacto social y gracias a nuestra campaña de comunicación, difusión y recaudación Microjusticia Argentina recibió el primer premio. Lo que más recordamos hoy de este premio fueron las palabras de una de las miembros del jurado, Fran Dresher del ciclo televisivo  La Niñera, quien al  entregarnos el primer premio resaltó que el modelo de Microjusticia Argentina debía replicarse en el mundo por su incidencia social.

 

¿Brindaron algún tipo de asistencia en las inundaciones acontecidas en el mes de abril 2013?
En las inundaciones ocurridas en abril de 2013 nos acercamos a los barrios de Saavedra, Mitre y Esperanza (Lomas de Zamora). En CABA nos acercamos a los vecinos y los informamos sobre cómo solicitar subsidios ante GCBA, los ayudamos a completar los formularios, a iniciar sus trámites, etc. Y en Barrio Esperanza nos acercamos a relevar sus necesidades y conseguimos donaciones de materiales como chapas para muchas de sus viviendas que habían sufrido daños durante el temporal.

 

¿Cuáles son los valores, la misión y la visión de esta Fundación?

Nuestros VALORES son que creemos en la igualdad real de oportunidades y que estamos convencidos de que la persona debe vivir en un ámbito social y legal que le permita desarrollarse de manera autónoma y digna. 
Nuestra MISIÓN es integrar a las personas en estado de vulnerabilidad social, a través de la asistencia legal y de la regularización jurídica en nuestro país.
Y nuestra VISIÓN es la de una Argentina donde todos sus habitantes gocen efectivamente de los derechos constitucionales, cumplan sus obligaciones y tengan igualdad de oportunidades para construir su futuro de manera autónoma.