Liliana Mazure: ¿la televisión está cambiando?

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Los contenidos generados por la televisión digital están impactando de modo lento pero seguro en la programación de la pantalla chica argentina. La presidenta del INCAA, Liliana Mazure, y el ingeniero Germán Calvi, de la misma entidad, se refieren a este fenómeno.

El viejo modelo cultural de una televisión chabacana y facilista, cuyo paradigma fue durante años Gerardo Sofovich al frente de Canal 7 y hoy lo es, en gran medida, Marcelo Tinelli en Canal 13, ha comenzado ha sufrir un proceso de cuestionamiento en los medios comunicacionales que, de continuar la orientación iniciada en los últimos tiempos, podría cambiar el rostro de la actual realidad en la pantalla chica en el país. No es un camino sencillo ni se supone que, de pronto, la programación que se ve hoy día dará un giro radical, abandonando los criterios y las costumbres dominantes. Pero, producto de las nuevas medidas que se toman y se tomarán en cumplimiento de la aplicación de la ley 26.522, se están creando las condiciones para que se inicie una fuerte democratización en los contenidos de los medios y servicios audiovisuales. Eso significa, en primer término, que habrá una gran diversificación de los materiales que se proyecten, decisión que dejará espacio a distintas expresiones del espectro político, social, artístico y cultural que hasta el momento carecían de aire por efecto del predominio de una programación monocolor y proclive a la banalidad.
Canal 7, Canal Encuentro, Paka Paka y el flamante canal Tecnópolis venían demostrando ya que se podía hacer una televisión educativa y cultural atractiva y que ese cuento que una programación mejor sería aburrida y poco entretenida para el público, el primer impacto potente que comenzó a sentir la grilla tradicional fuera de los límites de las pantallas oficiales tuvo origen en la aplicación, desde hace aproximadamente un año y medio, del llamado Plan Operativo de Promoción y Fomento de Contenidos Audiovisuales Digitales, un convenio firmado entre el ministerio de Planificación Federal, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la Universidad de San Martín (UNSAM), destinado a proveer a las diversas pantallas del medio de un amplio stock de nuevos contenidos, elaborados bajo el estímulo de un riguroso concepto de federalismo.

En este convenio, el ministerio aporta los fondos y es importante porque no son fondos del Instituto de Cine, que se dedican a promover esta actividad, sino que pertenecen a ese organismo, que lleva adelante el plan estratégico 2009-2019 para implantar la televisión digital en la Argentina. Como dato informativo complementario digamos que la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFCA) comenzará la licitación de las 220 señales de aire que se concursarán en marzo y según se ha dicho para fines de 2013 estarán colocadas las 120 antenas que se ha previsto instalar. Para tener una visión más detallada de algunos aspectos de este plan, Cabal Digital conversó con el ingeniero Germán Calvi, coordinador general de la Unidad de Fomento a la Producción de Contenidos para TV, Internet y Videojuegos, dependiente del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales). La información que se proporciona a continuación es fruto de esa charla.

 

La primera edición del plan operativo, que comenzó en julio de 2010 con distintos llamados a concurso, dio como resultado, a su fin, la concreción de 102 producciones de carácter federal, 40 nacionales y 7 de coproducción internacional, éstas últimas con países como Paraguay, Cuba, México, España, Chile, Uruguay. A eso hay que sumar la compra de 90 materiales ya terminados, la mitad de ellos cortometrajes y la otra mitad documentales. Esto sobre un total de 1150 proyectos presentados y analizados por jurados muy competentes, que pusieron en actividad para su realización a un enorme conjunto de profesionales (actores, técnicos, autores, directores, etc.) y dejaron en muchos casos materiales en condiciones de ser filmados en otros ámbitos. La distinción entre proyectos nacionales o federales es que en los primeros, para hacer los concursos, toman a todo el país como un distrito único, mientras que los segundos lo dividen en seis regiones para asegurar que haya en todos lados producción local, materiales hechos en las propias provincias.
Todos estos proyectos produjeron unas 390 horas de contenidos, que sumados las 60 proporcionadas por los materiales terminados que se compraron dan unas 450 horas disponibles de productos para emitir. En los últimos meses se ha hablado de más de 500 horas de ese material disponibles porque se le han agregado producciones ya realizadas pertenecientes al segundo concurso. En esta nueva edición del plan se llamó ya a un concurso llamado Series de Ficción en Alta Definición con varios canales privados de aire (que se hicieron en Full HD). En la primera edición se exigía calidad, pero no Full HD. En este concurso ganaron 10 proyectos: uno Telefé, uno Canal 10 de Mar del Plata, 4 Canal América y 4 Canal 9. Muchos ya están en el aire. Después se organizó un denominado concurso de ficción para todos o prime-time, cuyas producciones en algunos casos se han terminado. Son series de 13 capítulos de una hora cada uno (48 minutos de artística). Los anteriores eran de 26 minutos.

 

Durante 2011, y gracias a la experiencia adquirida en el 2010, se repitió el esquema anterior, pero se le mejoraron algunos criterios en las convocatorias. Y se agregaron algunos otros géneros como las series animadas o los magazines. El año pasado, la ficción animada no estuvo prohibida, pero como es más cara y lleva tiempos más largos no se estimuló. Este año se hizo ya una incursión específica en animación. Argentina tiene un desarrollo de la industria de la animación muy importante y está vinculada a las producciones internacionales de mayor peso, como las de Canadá, Estados Unidos o Europa, que suelen usar las capacidades de nuestro país para sus grandes producciones. Se decidió entonces comprar una serie de producciones de animaciones terminadas con el consiguiente derecho a exhibirlas. Habrá al respecto un concurso nacional (para productoras con antecedentes) y otro federal (con productoras sin antecedentes). Y otro para animaciones federales temáticas. En un acuerdo de Planificación con Desarrollo Social, este último ministerio propuso que esas animaciones fueran sobre cuatro temas: la conquista de derechos en lo que tiene que ver con el trabajo, la familia, la juventud y la integración de las discapacidades.
Todos los materiales producidos en estas dos ediciones y las que se realicen en el futuro se archivan en el Banco Audiovisual de Contenidos Audiovisuales Argentinos (BACUA), dependiente de Planificación, que es organismo encargado de colocarlos en los distintos canales. “El BACUA es el que dialoga con las pantallas –comentó Calvi-. Nosotros como parte del INCAA colaboramos durante un mes con esa institución para esta nueva función: dialogar con los programadores de los  canales públicos. Y de ese modo logramos programar las primeras ochenta series, utilizando un criterio regional, que primero los contenidos del NOA se estrenan en las pantallas del NOA, los de la Patagonia en la Patagonia, y así en todas las regiones, pero de inmediato con un sentido de rotación que lleve esos materiales por todo el país y genere un efecto de multiplicación. Esa rotación de contenidos es muy buena –porque un material de Río Negro por decir algo no compite con la programación de Misiones-  y provee de muchas horas de contenidos exhibidos. Logramos así más de 360 horas de contenido exhibido con las primeras 80 series. Fue una experiencia interesante. Ahora el BACUA ya opera solo. Hoy, por otra parte, hay mucha demanda de los realizadores para que sus contenidos circulen. Canal Encuentro ha pasado muchas horas del plan, lo que habla bien de la calidad de esos materiales, habida cuenta del nivel de exigencia que allí se requiere en ese sentido. También se pasaron por Canal 7 que empezó el lunes 19 de diciembre la emisión de la primera historia de ficción del plan, El Paraíso. Más de canales 14 canales públicos provinciales ya emitieron además los contenidos del plan.”

 

“El proyecto de la presidencia –agregó-es que en cualquier lugar del país el ciudadano tenga televisión digital, que es gratis. Con la compra de un codificador se podrán ver alrededor de 30 canales en cada lugar, de esos 10 serán canales públicos nacionales y provinciales, 8 o 10 canales de ese lugar, y otra cantidad igual de las organizaciones de la sociedad civil: cooperativas, iglesias, sindicatos, ONG. Esa es la idea, y en paralelo, el que quiere tener cable lo puede adquirir pagando. No es que desaparece la televisión paga sino que ésta, en paralelo, convive en la televisión gratuita. Hoy tenemos ya 16 canales gratuitos funcionando. El propósito es que,  después de que se abran las ofertas de las nuevas señales que licitará el AFCA, existan los 220 canales que se tiene previsto implantar. Pero no es que se prenderá la TV Digital y se tendrán las 220 señales para ver. Porque la TV Digital se sube por cada antena a un territorio. Y la ley de medios es fuertemente antimonopólica, y en cada región se va a tener que elegir entre tener una señal de televisión o tener una radio o un diario. No se van a tener las tres cosas. Unos  20 o 30  funcionarán en Córdoba, otra cantidad similar en el sur, el norte o la Capital Federal. Los canales que van a llegar  a todo el país son  Canal 7, Encuentro, Tecnópolis, INCAA TV, Paka Paka. Los otros no. La televisión por aire llegará con sus canales a la zona que le corresponda. Canal 13 o Telefe, por ejemplo, emitirán en la zona metropolitana, pero no en todo el país. Sí se puede llegar a todo el país mediante el cable. Los canales, por su parte, podrán seguir repitiendo pero deberán reducir sus porcentajes, que hoy es de un 70 al 80 de su programación a unos 30 o 40 por ciento. Ese porcentaje depende de cada ciudad o zona. Cuando menos población tenga y su capacidad de producción local se haga más difícil, tendrá más posibilidad de repetir. Habrá lugares donde la repetición bajará debido a esa circunstancia a un 50 por ciento, pero una ciudad como Córdoba no podrá, por su capacidad de generar materiales propios, repetir más de un 30 por ciento como máximo.”


Con Liliana Mazure

Cabal Digital conversó también con la presidenta del INCAA para conocer su opinión acerca del marco estratégico en el que se mueve esta entidad respecto de la televisión digital. La charla tuvo lugar unas semanas después de la realización en Mar del Plata del Primer Encuentro Nacional de Comunicación Audiovisual, que reunió a realizadores, gerenciadores de la televisión, públicos, técnicos, actores y autores convocados para discutir el futuro de la comunicación, en especial en el medio televisivo.

¿Qué motivos podría decir influyeron para que se realizara el mencionado encuentro de Mar del Plata?
Este proceso empieza cuando se crea el Consejo Asesor de Televisión Digital. A partir de allí se empiezan a instalar en todo el país las antenas de la televisión digital gratuita y pública. Con esta instalación se cae en la cuenta que se estaban necesitando muchos contenidos y que, de acuerdo con la ley de servicios audiovisuales, un porcentaje de esos contenidos era obligatorio que fueran nacionales y en el caso de las provincias de producción regional, propia. La producción de esos contenidos convocó a una enorme movilización de sectores que se pusieron a trabajar en su concreción: escritores, actores, realizadores, directores, productores de todo el país, más las cooperativas, ONG y las universidades involucradas en esa tarea. Todos estos grupos, que habían comenzado a trabajar a través del plan de fomento, se merecían un encuentro para reflexionar sobre lo que hicieron y las perspectivas para el porvenir. Y también creímos que debían participar quienes proporcionaron las herramientas que permitieron llevar adelante esa tarea en la televisión digital, entre ellos el ministerio de Planificación Federal, Barsat, los gremios que trabajaron con nosotros en todo esto, las sociedades de gestión. Y decidimos juntarnos todos para charlar sobre contenidos en noviembre, que nos pareció era un mes realmente adecuado y coincidía con la realización del Festival Internacional de Cine. La idea del encuentro era discutir para quién producimos, qué producimos, qué queremos producir, hacia dónde vamos, cuáles son los lenguajes, cuál es el público.
 

¿Hubo acuerdos?
Sí, los hubo pero más que acuerdos diría que hubo grandes descubrimientos de coincidencias, de expectativas hacia el futuro, porque esto recién empieza. Es la primera experiencia. Y hubo mucho acuerdo en cuanto a cuáles son los temas a discutir, dónde hay que crecer, ya que esta experiencia que se cumplió es el arranque de un  enorme crecimiento, de un desafío de gran alcance.
 

¿En qué estado está el propósito de llegar a una meta del 60 por ciento de producción nacional y regional? ¿Se está cerca o es un proceso?
Es un proceso. Fíjese que en la segunda etapa de los concursos –o la primera si se considera que la anterior fue un plan piloto-, es decir, los que se están llevando a cabo en la actualidad, incluyen ayudas para concursos de programas de piso de los canales, porque todos los canales de las provincias, los públicos y los privados aún más, eran repetidoras de los canales de aire de Capital. Entonces, instaurar esta nueva realidad cuesta mucho, es un proceso largo que habrá que ir construyendo. Esos canales no tenían ni idea de lo que es una producción, además como repetidoras les iba muy bien. Ahora hay que ir trabajando en conjunto, conduciendo, capacitándose. Se trata de una nueva etapa y en tal sentido es un proceso de aprendizaje para todos.
 

¿Y hay una buena reacción en ese sentido?
En la primera etapa los canales no se engancharon, pero ahora hay una nueva actitud, en las provincias se piden los contenidos que se han producido y se los ponen en prime time, sobre todo las producciones regionales. Además la gente se quiere ver, porque son historias de la región, con actores de la región. Entonces, los canales se están dando cuenta que les va muy bien cuando emiten estos programas. Es un buen negocio.
 

¿En la primera edición cuántos proyectos se presentaron?
Fueron 1150 proyectos. Ahora vamos a estar cerca de los 3000.
 

¿Hay mayor conciencia en los canales acerca de la importancia de la nueva etapa?
Me parece que sí. Reparemos sino en que hay canales, me refiero en especial a los privados de Capital, que no hacían ficción desde hacía mucho tiempo. América y el 9 no hacían ficción. Y el 9 había sido el gran canal de la ficción. Y están felices de haber incorporado series de los recientes concursos a su programación. Y la gente, que ya se está habituando, les va a exigir más. De modo que a todos les conviene que esto siga así y a todos les vino muy bien, están cambiando las pantallas, son todas temáticas que antes nadie financiaba. Ahora por la nueva ley van a tener que tener un porcentaje de contenido nacional, que es el 60 por ciento.
 

¿Qué significa, además de la importancia en la generación de trabajo, desde el punto de vista simbólico la concreción de todo este plan?
Todo el plan de la televisión digital tiene que ver con un proyecto del gobierno nacional que, a partir de la ley de medios, empujó un cambio en el paradigma  de la comunicación. Creo que se relaciona con lo que la presidenta dijo en estos días: que quien tiene el poder y gobierna es quien recibió el 54 por ciento de los votos, el respaldo del voto popular. No quien tiene el poder económico, que son las grandes empresas. Esto significa además los medios tienen que transmitir y decir lo que la voluntad popular quiere expresar, no lo que desean imponer las grandes corporaciones, en defensa de sus  intereses. Lo fantástico de todo esto es que la utilización de las nuevas tecnologías se hace en función de las necesidades de las mayorías populares y no del comercio y del mercado. Si esa tecnología se pone al servicio de todos es pues muy diferente que si está al alcance de unos pocos, que es como ha venido sucediendo. Por eso somos el país que mas netbooks ha entregado a los jóvenes en las escuelas secundarias, el país que mayor conectividad tendrá, donde la banda ancha llegará a todos los sectores sociales en el territorio nacional. Esto es de verdad cambiar el paradigma de la comunicación, porque el pueblo argentino, los ciudadanos son los dueños de esos medios de comunicación y de los contenidos que circulan.
 

¿El hecho de que no se aplique en su totalidad la ley de medios puede ser un obstáculo para la continuidad de este plan?
La ley de medios debería aplicarse en su totalidad, en su verdadera dimensión, porque sino ese proceso de transferencia de poder de los medios monopólicos a los ciudadanos que plantea esta ley democratizadora no se consuma por completo. Este proceso de transferencia ha sido lento y es entendible porque no se puede realizar de un día para el otro. La ley sale, pero luego se necesita un tiempo cultural para ir aplicándola. La no aplicación de algún artículo trae problemas pero nosotros tenemos mucha paciencia y sabemos que la ley se cumplirá en su totalidad. Entretanto, vemos que todo este plan de digitalización vino a acelerar los tiempos de esta transferencia, de ese traspaso del poder a la ciudadanía. Y eso es saludable y lo festejamos.

                                                                                           Alberto Catena