Manuel Lozano: creer es poder

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Manuel Lozano (28) decidió dar un paso adelante y creó la Fundación Si, alentando la inclusión social de los sectores más vulnerables y fomentando la participación activa de voluntarios. Actualmente, dos mil personas participan auxiliando a escuelas rurales, comedores, familias carenciadas y diversas organizaciones. La fundación procura, no sólo asistir en el terreno de las necesidades básicas, sino generar proyectos de desarrollo comunitario a largo plazo. Además, Manuel este año  publicó su primer libro, “Te invito a creer” (Sudamericana).

Fue una mañana de invierno, casi igual a todas. Manuel Lozano era un chico todavía, tenía nueve años. Una de sus maestras izaba la bandera argentina, en el patio de la escuela; entonces vio algo que lo conmovió: otro chico, parecido a él, tenía los pies apenas cubiertos con ojotas y medias, a pesar del frío que helaba la piel. A Manuel lo invadió la tristeza; sintió que no podía seguir con su día como si nada hubiese pasado, y esa misma tarde le rogó a su mamá que organizaran una colecta para comprarle zapatillas al chico, o zapatos, algo que cubriera sus pies casi desnudos. Juntaron varias bolsas de ropa y objetos en desuso. La directora de la escuela lo retó, sin embargo: “¿A vos quién te mandó a pedir donaciones?”. Manuel prefirió no contestar. Con el tiempo, comprendió que esa mañana no había sido igual a las otras, que esa mañana le había cambiado la vida, de algún modo. Así descubrió su vocación solidaria, supo que dedicaría al menos buena parte de su energía a ayudar a los demás. Y concretó su sueño con la convicción de los que sienten que querer es poder, y que creer también ayuda.

 

“Nunca me sentí común”, explica él en Te invito a creer, el libro que publicó este año Editorial Sudamericana. “No hablo de mejores o peores, hablo más bien de mi forma de sentir. Siempre sentí que sentía diferente, algo así como que tenía una sensibilidad especial. Desde siempre, me preocupan o duelen situaciones o problemas aunque no me afecten a mí directamente. De chico me involucraba en situaciones cuando mis pares no lo hacían. El tiempo me demostraría sin embargo que no era el único. En estos años tuve el privilegio de cruzarme con muchos de los que a lo largo y ancho del país, a pulmón y a corazón, trabajan para transformar la realidad en que vivimos”. A casi veinte años de aquella mañana fría en que vió a aquel chico semidescalzo Manuel, sin estructura burocrática, trabaja para tender puentes entre quienes precisan ayuda y aquellos que pueden dá́rsela. 
Nacido en Chascomús, a los 14 años Manuel ya colaboraba formalmente con un hogar de niños. A la ciudad de Buenos Aires llegó para estudiar; primero pensó en Psicología, pero finalmente se decidió por Derecho.  Con 18 años, ingresó a Red Solidaria. Su compromiso fue en aumento y quedó al frente de la Red en 2008, lugar que ocupó hasta mayo de este año, cuando decidió que era hora de embarcarse en un nuevo desafío y dar vida a Fundación SI, que tiene como principal objetivo promover la inclusión social de los sectores más vulnerables de Argentina

Actualmente, el trabajo se concreta mediante un numeroso grupo de voluntarios que trabaja activamente en la asistencia, contención, capacitación y formación de quienes lo precisan. “Quienes formamos SI creemos en el trabajo de igual a igual, en el trabajo en equipo, en la heterogeneidad de los grupos, en la complementación y en las nuevas generaciones”, explican quienes movilizan el proyecto.
Por estos días participan de la organización nada menos que 2000 voluntarios, que salen por las calles porteñas para brindar abrigo, comida y compañía a gente en situación de calle. La iniciativa se replica en diferentes zonas del Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Tucumán y Posadas “Todo lo que hacemos, lo hacemos a través del vínculo”, cuenta Manuel. “Cada historia en la calle es distinta. Pero si hay algo que podemos encontrar en común, es gente que no tuvo ni afecto ni contención de chicos. Al crearse la Fundación éramos sólo tres personas, luego 650, en el 2010 llegamos a 1500 y hoy somos 2000 voluntarios y fuimos sumando Gran Buenos Aires y el interior del país.”

Lo mejor es que  siguen creciendo, proyectando, movilizando fuerzas en pos de un objetivo común. “Este es un camino de ida. Se necesita tener ganas, sólo eso. Hay un sinfín de lugares donde uno puede colaborar, y mil maneras de ayudar, y cuando uno ve que puede modificar la realidad de alguien, después ya no puede dejar de hacerlo”, dice él, que actualmente es abogado y tiene un posgrado en gestión de organizaciones sin fines de lucro. “Tenemos que ir todos contra el No te metás, quitarle vigencia a la indiferencia y comprender que cada uno de nosotros desde el lugar que ocupa –estudiantes, profesionales, jubilados, amas de casa- podemos aportar para dejar la realidad un poquito mejor de lo que la encontramos. Para lograrlo, necesitamos volver a creer. Ese es el mayor desafío. Creer que es posible, creer en nosotros y creer en los otros. Creer en la vida: que tiene sentido y vale la pena”.

Contacto: www.fundacionsi.org.ar
Recorridas por el frío: recorridas@fundacionsi.org.ar. En caso de requerir más información, comunicarse al (011) 4858-0154.