Mucho más que libros

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Cada vez más librerías ofrecen un servicio integral a sus clientes: eventos culturales, talleres y cursos, espacios donde conjugar una lectura silenciosa con un buen café o un plato delicioso. En esta nota,  algunas opciones

La aparición de los libros digitales –que facilita la compra a través de Internet- es uno de los factores que, además de imprimir un cambio drástico a la dinámica del mercado editorial, determina de algún modo el rediseño de las librerías tradicionales, que ahora buscan ofrecer servicios complementarios a la venta de libros. 
Algunas de las mejores cadenas libreras y de los locales más concurridos han optado en los últimos años por conjugar, bajo un mismo ámbito, venta de ejemplares, servicio de cafetería, presentaciones y mesas redondas, e incluso cursos y talleres para los amantes de la literatura.  Cada vez son más las librerías que mutan en espacios destinados al arte, la cultura y el esparcimiento, y que a su vez comprueban cómo se incrementan las ventas, además del disfrute de los visitantes, a partir de la ampliación de las alternativas que ofrecen los locales.

 

En el Ateneo Grand Splendid (Av. Santa Fe 1860, capital), por ejemplo -la librería más grande de Latinoamérica, y considerada una de las más impactantes del mundo- sobre el antiguo escenario se levanta un coqueto café desde cuyas mesas se aprecia la cúpula pintada en 1919 por Nazareno Orlandi, y que constituye una representación alegórica de la paz, en el marco del fin de la Primera Guerra Mundial. Además de los 2000 m2 repartidos en cuatro plantas destinadas a la exhibición y venta de sus más de 120.000 títulos en stock, el local cuenta con espacio reservado a la venta de discos  y films en formato DVD. Centenares de porteños y turistas pasean diariamente por ese espacio y disfrutan de un buen momento, hojeando ejemplares, tomando algo, participando de alguna actividad o apoltronándose en alguno de los sillones del lugar para disfrutar de la lectura de algunos de los ejemplares, que pueden consultarse sin compromiso de compra.


En el corazón de Palermo, Eterna Cadencia (Honduras 5574) se ha convertido en un espacio ineludible de la agenda cultural porteña. Además de la librería y el café, suma un espacio para charlas, mesas redondas y debates de las que suelen participar referentes literarios locales. Tiene un blog donde se publica la agenda de eventos y las crónicas de las presentaciones y entrevistas concretadas y suma una editorial, que lleva su nombre y que publica autores mayoritariamente jóvenes.

La cadena Cúspide (que tiene su sede central en Florida 628, pero posee varios locales en capital) también ofrece la posibilidad de pasar largas horas en compañía de libros y un buen café. Posee un catálogo bien nutrido y también ofrece el servicio de búsqueda de títulos específicos, incunables, agotados o de escasa circulación. Mientras que Crackup (Costa Rica 4767), que funciona como editorial y librería, es otro de los espacios que fusiona exposición y venta de libros –incluso es un buen lugar para hallar incunables o títulos agotados-, servicio de cafetería y un sector destinado a la realización de presentaciones, mesas redondas y cursos. A su vez, la editorial  posibilita la publicación de nuevos autores.

Un sitio que conviene conocer es Dain Usina Cultural (Nicaragua y Thames), una propuesta integradora en un edificio tradicional del barrio de Palermo. La librería cuenta con más de 20.000 ejemplares y con la posibilidad de solicitar cualquier libro que esté disponible en Buenos Aires y obtenerlo en 24 horas. La propuesta gastronómica incluye un exquisito menú de autor y un espacio al aire libre para disfrutar, y el espacio multicultural ofrece talleres, presentaciones de libros, mesas redondas, ciclos musicales y una importante variedad de actividades culturales.