Mucho más que una revista
Hecho en Buenos Aires es mucho más que una revista: es un proyecto de inclusión social: la define el hecho de que los vendedores de la revista son personas desocupadas o en situación de calle que, a cambio de su trabajo, se llevan el 70% del precio de tapa de cada número de los 7 pesos que cuesta cada ejemplar, 5 son para el vendedor. Así, el reparto de los ejemplares –que redacta un grupo de periodistas profesionales y editores- cumple una doble función: les da un trabajo digno a aquellos que no lo tienen, mediante la autogestión, y opera a su vez como mecanismo de distribución.
Actualmente, más de doscientas personas trabajan vendiendo los ejemplares de la revista, en los distintos barrios porteños, y se calcula que a lo largo de estos doce años la iniciativa ha dado empleo a tres mil personas, a las que también se les brindaron servicios sociales, terapias de apoyo, talleres de arte, pintura y escritura, así como tienen a su disposición consultorio jurídico, derivaciones, tramitación de documentación, acceso a becas y estudios formativos. Todo está pensado para facilitarles la reinserción laboral y la contención de la que carecen.
La revista, que impulsa una organización sin fines de lucro, se publicó por primera vez hace 12 años, y desde entonces sale con una frecuencia mensual.
Hecho en Bs As ofrece contenidos de interés general, actualidad, medio ambiente, enfoques sociales, arte, espectáculos y cultura, y está comprometida desde sus orígenes a dar espacio a temas o conflictos sociales que afectan a los desocupados o excluidos, en un sentido amplio. Los vendedores de la revista también tienen la posibilidad de expresar sus problemáticas a través de opiniones, comentarios, poemas y dibujos.
“Los vendedores se registran, reciben una capacitación y una credencial que los habilita para distribuir la revista que deben exhibir mientras venden y firman un código de conducta que deben cumplir”, explican los hacedores de Hecho. “Creemos que ofrecer una oportunidad de generación de ingreso digno es el primer paso para correrse de la línea de exclusión; aunque el desempleo no es la única necesidad que atraviesan las personas negadas de las oportunidades. Es por eso que ofrecemos a nuestros vendedores/as y sus familias servicios sociales y formativos que les permiten acceder a un circuito integral de inclusión”, explican.
Así, el proyecto provee a personas a quienes el sistema o la sociedad ‘les cerró la puerta en la cara’ y los confinó al asistencialismo y la desesperanza, de oportunidades bien concretas. “Buscamos que nuestros vendedores puedan recuperar su autoestima, salir adelante mediante sus propios medios y lograr autonomía”, sostienen los periodistas de la revista.