Niños, reyes de un mundo hecho a medida

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El mercado local ofrece hoy miles de productos y servicios destinados a los chicos, en el marco de un fenómeno que creció en los últimos años y tiene a la infancia en el centro de la escena. Ropa, juguetes, espectáculos, cursos: cada vez hay más propuestas destinadas a ese target. Un fenómeno cultural y comercial, que sigue expandiéndose.

Sus padres, hijos de los 70’s y 80’s, se conformaban con un universo de productos y propuestas culturales más bien acotado, en el que las marcas y los nombres de artistas y referentes culturales –escritores, músicos, dramaturgos- eran acotados y reconocibles para muchos. En aquel mundo, hoy distante, los chicos se entretenían con unos pocos canales de aire, María Elena Walsh era la reina de las canciones, Hugo Midón encabezaba algunas de las obras teatrales más atractivas y autores como Elsa Isabel Bornemann, Poldy Bird o la misma Walsh firmaban obras de narrativa que circulaban entre las casas y en los colegios, por citar algunos ejemplos. Había muchísimas menos alternativas que las que inundan por estos días las guías y publicaciones destinadas a los niños. Si es usted padre, sin embargo, probablemente se sorprenderá de la cantidad de actividades que tienen ahora a su alcance los más pequeños para divertirse y absorber cultura.


Es que en los últimos diez o quince años, en Argentina, estalló un fenómeno sin precedentes, que tiene a los chicos en el centro de la escena: hoy son miles las propuestas educativas, culturales de calidad –cine, teatro, música, canales de tv, cursos y talleres- y millones los productos de toda clase –indumentaria, juguetes, muebles, accesorios, calzado- que apuntan exclusivamente a ese target. Los pequeños se han convertido en protagonistas de una movida inédita.
El fenómeno obedece, por un lado, a un visible cambio cultural –hoy los chicos y su crianza importan mucho, la atención que se les presta, aunque quizás no sea mayor, está revalorizada- y, por otro, a un incremento del interés comercial de las marcas y grandes empresas en conquistar esa franja de consumidores, la de los padres “dedicados” y la de los mismos chicos, que marcan tendencia muchas veces en cuanto a lo que eligen consumir o piden que les compren.


La consultora TNS Gallup concretó un estudio reciente con madres e hijos sobre tendencias de consumo en cinco países de Latinoamérica (la Argentina, Brasil, Chile, Guatemala y México), y lo replicó en Asia: una de las principales conclusiones es que creció tanto el consumo como la influencia y el poder de decisión de los chicos sobre el mismo.  Los chicos pesan cada vez más en las decisiones de compra de las familias, lo que también explica el creciente interés que suscitan.


La Revista Planetario -surgida en Buenos Aires, no casualmente, hace casi 15 años, simultáneamente con la “movida de los chicos”- reproduce fielmente el fenómeno: nuclea mes a mes avisos de los más diversos rubros destinados a que los padres se informen sobre servicios y productos para sus hijos, y no ha dejado de crecer desde su aparición. Desde que nació, en 1999, duplicó su tamaño y pasó de  tener 16 a 160 páginas. Su director, Fabián Saidón, dice que los rubros que más se desarrollaron en el circuito alternativo fueron los de "indumentaria y juegos y juguetes, que tuvo un vuelco enorme con la devaluación y la sustitución de importaciones, y sobre todo, lo relacionado con eventos infantiles”; a tal punto, que les exigió responder con un suplemento dedicado exclusivamente a fiestas, que ocupa 60 de las 160 páginas. En Planetario observan que "es cierto que se viene prestando más atención a la infancia", y que "expandirse hacia los más pequeños es la forma de ampliar el mercado para muchas firmas comerciales.”


A nivel del mercado editorial –como en el de la ropa y los juguetes- también se ha evidenciado un crecimiento de la producción y la venta de libros infantiles, al punto que los editores califican la expansión como un “boom”: no sólo las editoriales publican muchos más libros para chicos que hace una década, sino que venden más y asisten al surgimiento de nuevas “figuras” –escritores e ilustradores- que se vuelven masivamente exitosos. La argentina Isol Misenta, por ejemplo, convoca multitudes cuando se presenta en la Feria del Libro, y recibió este año el premio Astrid Lindgrens, una especie de Nobel de Literatura infantil, lo que terminó de consagrarla.


Como los dibujos de Isol, la llamada “nueva literatura infantil”, dicen los editores, busca dejar de lado los relatos con moraleja final, son menos formales y buscan permitir en los más chicos el desarrollo del pensamiento crítico. Además, tienen muchas veces a los mismos chicos como protagonistas y los acercan a problemáticas y conflictos más realistas que antaño. Graciela Cabal, Graciela Montes, Silvia Schujer, Ricardo Mariño, Marcelo Birmarjer, Luis Pescetti, la recientemente fallecida Elsa Bornemann, Laura Devetach, Antonio Santa Ana y Ema Wolf, son algunos de los autores más exitosos


Las librerías Yenny y El Ateneo tienen desde hace 15 años espacios dedicados específicamente al público infantil: libros, compacts, DVD y decoración acorde al target:, 30 de los 33 locales destinan un sector para chicos. Esas áreas generan el 15% del total de la facturación de las cadenas. Carlos de Santos, presidente de la Cámara Argentina del Libro, estima que "hay una gran pujanza en el mercado del libro infantil; hay cada vez más publicaciones y de gran calidad. Es una tendencia que continúa y que es muy positiva porque acerca a los niños como nuevos lectores".


En lo referente a la oferta televisiva, los canales que se ubican al tope del ranking de canales infantiles en la Argentina son: la señal Paka Paka, por la calidad de sus propuestas, y Cartoon Network, Jetix y Discovery Kids, como los más vistos.
Mientras que en lo que respecta a animaciones de fiestas y eventos-, también se han diversificado las alternativas: los varones, hoy eligen las fiestas de divulgación de ciencia, en las que realizan experimentos (fueron las que más crecieron en el rubro) y las nenas tés y spas domésticos, que incluyen servicios de maquillaje y peluquería, y los talleres de cocina a domicilio.

 

En lo que a juguetes se refiere –al igual que en el rubro de indumentaria-, las marcas artesanales han ido conquistando espacio en el mercado, multiplicando la oferta: así como miles de pequeños y medianos emprendedores se han puesto a producir y vender ropa de chicos con relativo éxito –compitiendo contra las grandes marcas, y  carpinteros, costureras y diseñadores independientes fabrican juguetes y muebles y marcan tendencia.


Hoy, los niños parecen ser los reyes de un mundo que gira en torno suyo, y seguirá conquistando espacios, en base a sus necesidades y deseos. Un mundo hecho a medida.