Adictos al sexo, cómo reconocer esta patología

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Conductas irrefrenables, sexo en cualquier momento y lugar, culpa, ansiedad y problemas sociales son algunos de los padecimientos que aquejan a los adictos al sexo. ¿Qué es la adicción al sexo? ¿Cómo distinguir la patología del deseo? Las señales de alarma. Dos especialistas consultados aportan información confiable sobre el tema.

A Michael Douglas, Lindsay Lohan, Hugh Grant, Tiger Woods, Sharon Stone y Charlie Sheen los une el haber padecido una adicción sexual por la que vivieron internaciones y debieron ser sometidos a reiterados tratamientos de recuperación. Pero ¿qué es exactamente la adicción al sexo, esta patología que afecta al 6% de la población mundial? Revista Cabal consultó a dos especialistas:
El Dr. Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo la define así: “Se denomina adicción o compulsión al sexo al incremento del deseo sexual, acompañado de una fuerza o impulso irrefrenable que mueve al sujeto a tener contactos sexuales con otros o a masturbarse con la sensación de no poder parar y con una fuerte carga de culpa posterior. La sensación erótica no es placentera: hay fantasías intrusivas, búsqueda de contactos rápidos, dificultad para pensar en otros temas y un inevitable deterioro en la vida social, laboral y de pareja.”
Por su parte, el psicoanalista Luis Darío Salamone autor de los libros Alcohol, tabaco y otros vicios y El silencio de las drogas, ambos centrados en el tema de las adicciones, explica que para el Psicoanálisis también existe la adicción al sexo: “Uno puede ser adicto a cualquier cosa. Pero no todas las adicciones son iguales. Hay adicciones que rompen el vínculo con el Otro.  Esto no siempre sucede en lo que se refiere a adicción al sexo, sobre todo, cuando esta conducta se juega en el marco de una pareja: a veces el hombre o la mujer protagonistas de esa relación amorosa se transforman en el “síntoma" del otro.

Es importante tener en cuenta que la presencia de deseo sexual frecuente no representa una adicción al sexo. Las perturbaciones que dan cuenta de este tipo de enfermedad son el deseo constante y la imposibilidad de distinguir cuáles son los momentos adecuados, de tal modo que se ve afectada la vida social y laboral de la persona. La patología también se caracteriza por un comportamiento compulsivo y repetitivo, en el que aparece posteriormente la sensación de culpa.  Dice el Dr. Ghedin: “La persona siente que tiene que saciar en forma urgente su necesidad sexual, lo que le provoca inquietud interna, ansiedad, conductas de riesgo, descalabros económicos -gastos en prostitutas, casas de masajes, pornografía, tour sexuales, etc.-, e incluso pérdida de trabajo –por inasistencias, falta de concentración, aislamiento etc.-.

  Es considerada una adicción cuando cumple con los requisitos de dependencia psicológica (necesidad subjetiva) y física (perturbación corporal).  Se la denomina “la adicción silenciosa” porque no tiene la visibilidad de las que se producen por abusos de sustancias. En este sentido, también son adicciones similares la Ludopatía- adicción al juego-, la compulsión por las compras, y los desórdenes de la alimentación.

El Dr. Ghedin  explica: “Este trastorno aparece tanto en pacientes hombres como en mujeres, y en edades que van entre los 20 a los 45 años, una etapa de constantes cambios y mayor energía física y mental.  No se conocen las causas que lo provocan, aunque los estudios apuntan a desórdenes en los neurotransmisores cerebrales -aumento de la dopamina-, y fundamentalmente a factores emocionales: narcisismo insatisfecho, inseguridad, sentimiento de inferioridad, temores a ser humillados o avergonzados por los demás.”
Durante las últimas décadas se ha verificado un incremento de los casos debido al uso de las redes sociales y a cierta facilidad que éstas habilitan para hacer contactos y concretar citas rápidas.

Respecto a la posibilidad de una cura, el Dr Ghedin aclara: “No hay tratamientos que curen la hipersexualidad, aunque se puede controlar con terapias cognitivas combinadas con antidepresivos, que incrementan los valores de serotonina, y también asistiendo a grupos de ayuda para personas con adicción al sexo (Sexo Adictos anónimos).”

¿Qué dice el psicoanálisis en relación a un tratamiento posible? Para Salamone, “el psicoanálisis no propone un tratamiento posible a cada patología, propone un tratamiento del sujeto que le permita cuestionarse lo dañino que puede resultar el goce y abrir al camino a su deseo.” Se trata de una perspectiva que se enfoca en individuos particulares, con una historia y un presente, antes que en la patología en sí misma.


Las 10 señales de alerta para detectar la hipersexualidad (por el Dr. Walter Ghedin):
•Se siente un deseo intenso, incómodo, que necesita ser satisfecho en forma urgente.
•El impulso sexual se acompaña de fantasías y pensamientos intrusivos.
•La persona intenta infructuosamente controlar la conducta sexual.
•Consumo excesivo de material pornográfico.
•Aparición de culpa por no haber podido frenar el impulso.
•Deterioro laboral, social, académico, familiar.
•Gastos desmedidos en “sexo pago”.
•“Sexo rápido” en lugares marginales.
•En el momento del impulso, el sujeto no puede evaluar los riesgos (sexo con desconocidos, peligro de contraer enfermedades de transmisión sexual, etc.
•Malestar subjetivo: angustia, remordimiento, culpa, aislamiento social, ideas depresivas, intentos de suicidio, etc.
•Dificultades para pedir ayuda: sentimientos de vergüenza que impiden compartir el problema con personas cercanas o profesionales.