Bruxismo: causas, consecuencias y posibles soluciones

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Despertar con dolor en las mandíbulas, la cabeza y el cuello es un padecimiento bien conocido por quienes sufren de este problema odontológico que, se calcula, padece un cuarto de la población.

   El bruxismo –el hábito involuntario de apretar, rechinar, trabar los dientes - está causado, en buena parte de los casos, por un exceso de tensión muscular, producto del estrés.  Supone una hiperactividad de algunos músculos temporales que puede conducir a la hipertensión de los músculos de la nuca y el cuello. La consecuencia más inmediata, es el dolor facial e incluso problemas en las cervicales y en la espalda, aunque el bruxismo también puede provocar vértigo, mareos y hasta alucinaciones acústicas (en los casos más severos, también puede llegar a dificultar el habla).
  Los odontólogos definen el bruxismo como una parafunción mandibular persistente que consiste en el frotamiento y rechinamiento dentario sin propósito funcional, lo que en el mediano y largo plazo produce el desgaste de las piezas dentales. Se trata de un problema que suele tener origen en el plano psicológico pero cuyas consecuencias termina atendiendo el odontólogo.

  Además de los dolores mandibulares, las contracturas y las migrañas, suele producir hiperestesia dental (sensibilidad excesiva de los dientes, que se origina cuando la dentina queda al descubierto debido al desgaste), desequilibrios importantes en la articulación témporo mandibular (ATM), problemas para deglutir, movilidad dental y pérdida del diente. Estas consecuencias deben ser tratadas por un  profesional.

  Cabe destacar que el desgaste de las piezas dentales es irreversible. Incluso si se intentaran reparar las partes dañadas de los dientes, no podría equipararse  la calidad del esmalte original, de allí la importancia de detectar el problema a tiempo y tomar medidas para detener su avance.
El bruxismo es uno de los más prevalentes, complejos y destructivo de los desórdenes orofaciales. No existe predilección por algún sexo, disminuye con la edad y 1 de cada 5 pacientes con bruxismo, tiene síntomas de dolor facial.

  Definitivamente en presencia del bruxismo hay que asumir un componente psicológico muy importante: fue Tischler (1928) quien primero llamó la atención sobre este aspecto y precisamente usó el término de “hábito oral neurótico”. En estos casos existe evidencia de aumento de la tensión muscular por tensión emocional como ansiedad. Se considera que –aunque no en todos los casos- el principal factor causante es el estrés emocional (enojo, miedo, agresividad, estrés, frustración).

  Lamentablemente, en relación a esta patología no se puede hablar de prevención sino de diagnóstico precoz: si es detectado a tiempo el problema, el paciente puede ser tratado a partir de la colocación de una férula de descarga que se utilizará durante la noche y en algunos casos durante el día. Son piezas de acrílico, fabricadas a medida, que el odontólogo encarga y entrega después de haber tomado muestras de la boca del paciente. Al ser de un material sólido, placa que recubre la dentadura (generalmente la parte superior) funciona como una férula de descarga que absorbe la presión.

  También puede llegar a indicarse medicación para atenuar dolores persistentes e intensos, relajantes musculares o ansiolíticos, a fin de controlar la ansiedad.
De todas formas, esta práctica atenúa los síntomas sin solucionar el problema, que deberá ser tratado de manera particular, ya sea con ortodoncia, en el caso de desviaciones en los dientes, o con los mecanismos que fuesen necesarios para disminuir el grado del estrés.

Tratamientos específicos para el bruxismo y tips para contrarrestar los efectos de desgaste de las piezas dentales:
   Muchos autores concuerdan en que el bruxismo no se detiene, y no tiene una cura específica: los tratamientos buscan prevenir el daño orofacial y corresponden a técnicas que no garantizan efectividad en un 100% de los casos.
Los tratamientos se pueden dividir en tres tipos:

Tratamientos conductuales
• Reducir toda actividad durante la 2ª mitad de la tarde para reducir el estrés nocturno
• Descansar 60 a 90 minutos antes de dormir.
• No pensar o discutir intensamente, separarse de las actividades diurnas, antes de dormir.
• Aplicar una técnica de relajación durante el día y antes de dormir.
• Mantener buen estado físico, no se aconsejan ejercicios físicos extremos después de las 18.
• Evitar alcohol, café, té, 3 horas antes de dormir, así como comidas copiosas.
• No fumar después de las 19, porque la nicotina aumenta el tono muscular y los despertares (el fumar se considera un factor de riesgo para el bruxismo).
• Establecer un ambiente de sueño favorable, agradable y tranquilo, cama agradable, silencio, 18º C, con aire fresco.
• Si existiera un niño en la casa, por lo menos asegurar una noche por semana de sueño ininterrumpido.

Tratamientos ortopédicos
•  Guardas oclusales blandas (aunque duran poco tiempo y sufren gran deterioro).
• Guardas oclusales rígidas (recomendadas)

Tratamientos farmacológicos

. Ansiolíticos, antidepresivos, miorelajantes etc. Siempre a cargo de un profesional