Crítica de cine: Nada es lo que parece



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Nada es lo que parece. En el original inglés: Now You Me. Estados Unidos, 2013. Dirección de Louis Leterrier. Guión: Ed Salomon, Boaz Yaskin y Edward Ricourt. Intérpretes: Jesse Eisenberg, Mark Ruffalo, Woody Harrelson, Isla Fisher, Dave Franco, Mélanie Laurent, Morgan Freeman y Michael Caine.      

Desde el título: Nada es lo que parece, este filme de Louis Leterrier (director de las dos primeras películas de El transportador, la primera de Hulk y de Furia de titanes) advierte que detrás de lo que cuenta, como en cualquier acto de magia, hay solo un truco y que por lo tanto no es necesario creer en lo que se está viendo. Anticipo que, de algún modo, se transforma en un permiso –que el director se toma por sí mismo- para desarrollar un largometraje en el estilo de los shows de David Cooperfield sin preocuparse en ningún momento por darle cierta verosimilitud al relato. Total todo es magia y si es magia, qué es lo no se puede hacer con ella.

 

Para eso junta un elenco de figuras conocidas que en distintos papeles desarrollan una peripecia fantástica inspirada en algunas de esas historias de estafadores que se ven a menudo –y que suelen transcurrir sobre todo en lujosos casinos de Las Vegas-, pero llevando el relato a un nivel de efectos especiales y artilugios visuales que provoca los hechos de ficción más descomunales, como por ejemplo lograr teletransportar a un espectador de un estadio de Las Vegas –otra vez, qué raro- a las cajas de seguridad de un banco parisino y regresar al lugar de origen con millones de euros que desparramaran sobre el incrédulo pero delirante público.

Los artífices de esta operación son “Los Cuatro Jinetes”, dos hombres jóvenes y uno más maduro y una muchacha, que no solo realizan esa proeza –después se explicará cómo- sino que amenazan con otro atraco similar en los próximos días. Los cuatro superhéroes han sido contratados por alguien que quiere reparar, con un acto de justicia, un viejo despojo al que fue sometido un mago ya muerto. Ya se sabrá también –la película une todos los hilos, no importa si para hacerlo deba apelar a lo que sea- quién es el sorprendente autor de la operación. Y los malos, como siempre, serán castigados, a pesar de lo muy inteligentes que parecen. Pero, ya se sabe, los buenos son siempre mejores y más perspicaces.       

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