La región salvaje

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La región salvaje. México, Dinamarca, Francia y Alemania, 2016. Dirección: Amat Escalante. Guion: Amat Escalante y Gibrán Portela. Intérpretes: Simone Bucio, Ruth Ramos, Jesús Meza, Edén Villavicencio, Andrés Peláez, Bernardo Trueba. Fotografía: Manuel Claro. Música: Martín Escalante y otros. Dirección de arte: Daniela Schneider. Duración: 100 minutos. Estreno exclusivo: cine BAMA.

Es indiscutible que el cine mexicano ha lanzado en los últimos años a la palestra mundial de la cinematografía algunos realizadores de probada calidad creativa. Entre ellos está en un lugar muy especial Amat Escalante, de 40 años, que a pesar de tener una producción todavía no muy abundante ha demostrado en sus pocas películas ya concretadas una singularidad artística que lo coloca entre lo mejor de su generación y también del elenco de directores que en su país han alcanzado fama tanto nacional como internacional. Escalante hasta ahora había filmado Sangre (2005), Los bastardos (2008) y Heli (2013), además de un cortometraje Amarrados (2002), que fue premiado en Alemania. En la Argentina, todas sus sobras han tenido circulación por festivales nada más. Antes de dirigir, Escalante había ya tenido participación en la industria de cine de su país como fotógrafo y asistente de dirección de Carlos Reygadas en Batalla en el cielo (2005) y como codirector en Revolución (2010), junto a otros conocidos realizadores mexicanos. Heli (2013) y La región salvaje (2016) recibieron en Cannes la Palma de Oro a la mejor dirección.

Hay que decir primero que La región salvaje se aparta de las características de sus anteriores films, si bien está presidida por las mismas obsesiones y preocupaciones por los temas socio-políticos que azotan a México: el crimen generalizado, la violencia de género, el machismo, la homofobia, la persistencia de una visión conservadora en las instituciones oficiales que lleva a toda clase de opresiones y asfixias. Y para eso, acude al género fantástico, en una línea que mezcla terror con ciencia ficción. El elemento clave de este viaje por ese universo onírico es un monstruo que llega a la tierra traído por un meteorito y que aterriza en una zona rural de Guanajuato, donde un matrimonio lo oculta en una cabaña. Este extraño ser, que recuerda mucho al de Posesión, una película francesa de 1981 dirigida por Andrjej Zulawski y protagonizada por Isabelle Adjani, y que Escalante reconoció como su referente inspirador, dispone de varios tentáculos que operan para dar satisfacción sexual a quienes se le entregan pero también que lo hacen capaz de matar a quienes no le caen bien.

La utilización de un ser así, por la libertad de lectura que ofrece a la imaginación, puede ser metáfora de muchas cosas, pero es evidente que en un mundo marcado por el prejuicio religioso sobre la sexualidad y la consecuente represión sobre la vida erótica, por un lado, y la violencia de todo tipo ejercida sobre los ciudadanos, y en especial sobre la mujer, por el otro, este bicho estelar funciona en lo simbólico como una especie de máquina reparadora de esa insatisfacción de las pulsiones de placer en el primer caso y en el segundo como una suerte de verdugo ejecutor de ciertos castigos a quienes destrozan la existencia de los demás. En este aspecto, Escalante dijo que en el origen de la película lo que más lo impulsó a trabajar sobre estos temas era la epidemia de muertes producidas en México, y en particular de asesinatos de mujeres, y lo que es peor: la impunidad en que esas muertes quedaban. “Y cuando no hay culpables para los crímenes se va creando una monstruosidad y fue sobre ese sentimiento que recargué la creación de esa criatura”, añadió.

Más allá de este eje de comprensión fundamental para la película, es también obvio que su desarrollo –sobre todo en el dibujo de los personajes- da tela para hacer otra clase de interpretaciones y lecturas. Es interesante al respecto lo que dice Escalante en una entrevista que le hicieron en Página 12: “Aquí (se refiere a México) vivimos una violencia que no es solo contra las mujeres, hay una violencia extrema de humano a humano y de hombre contra hombre, que tiene que ver con el narco y todo eso, pero aun así es difícil de procesar. Para mí es un misterio algo grotesco, extraño y no humano poder hacer lo que están haciendo. Cuando veo esas imágenes hay algo que me enciende la imaginación tratando de entender de dónde sale tanto rencor. No creo que la ambición sea lo único.”

Es verdad que en la violencia contemporánea hay algo que reta la imaginación y desafía toda lógica. Es casi imposible comprender la ambición por ganar y ganar cada vez más dinero que tienen algunos seres. Por eso, también estos son temas en los que deja pensando esta película, que a la vez, y por si fuera poco, está muy bien narrada, abunda en climas e imágenes muy atractivos y tiene, en especial en las mujeres, a exponentes de muy buenas actuaciones.

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