Liliana Herrero, otra cara del folklore argentino



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Respetada y admirada por sus colegas, la cantante entrerriana Liliana Herrero ha sabido renovar la estética del folklore argentino.
Así es como se apropia de temas populares interpretándolos de manera  muy particular y emotiva.
El músico Fito Páez fue quien confió en su talento desde el principio, a fines de los años ´70, impulsándola a grabar su primer trabajo discográfico
Liliana Herrero es ganadora de uno de los premios más importantes de nuestro país, Herrero recibió el Konex de Platino a la mejor cantante de la década 2005-1995.
“Este tiempo” se llama su último disco. Un repertorio sumamente ecléctico con 14 canciones de autores contemporáneos como Luis Alberto Spinetta, Juan Falú, Jaime Roos y Lisandro Aristimuño.

¿Cómo nació su relación con la música?

La música estuvo presente siempre en mi vida. No sé si recuerdo algún momento sin la música; por más que lo intento no puedo recordar momentos en los cuales no haya estado presente la música; seguramente porque en mi casa se escuchaba mucha música. La filosofía, en términos profesionales, aparece recién cuando me voy a estudiar a Rosario. Muchos años después, te diría a fines de los años ´70, aparece alguien fundamental para mi vida que es Fito Páez y es él quien en realidad propone la grabación de un disco; yo nunca había pensado en hacer una carrera profesional con la música, por lo cual el hecho de que estés vos hoy acá haciéndome una entrevista, el responsable es Fito Páez, no yo.
 

¿Es posible que se defina como artista?
Yo soy una intérprete; pero para mí un intérprete no es aquel que hace una versión igual a la original, sino que al contrario, es posible interrogar a las canciones y ver si ellas tienen algo para nosotros. Yo siento que sí, por eso para mí es más sencillo elegir un tema que luego definir qué hago con ese tema.
 

¿Cuál es su principal virtud y defecto?
Mi principal defecto es que soy una fumadora. Todos los días al levantarme me propongo dejar definitivamente de fumar y lo lograré algún día. Esto afecta enormemente las cuerdas vocales. Me considero virtuosa en que soy afinada, soy curiosa, intensa; para mí cantar no es una tarea administrativa, yo pongo toda la carne al asador. Me gusta el riesgo artístico y musical…creo que esas son virtudes. 
 

¿Recuerda con especial cariño alguno de sus discos en particular?
De los discos míos yo rescataría el primero porque yo ni pensaba grabarlo; cayó como de sorpresa en mi vida, yo estuve involucrada en su hechura, pero Fito fue el iniciador; y me parece que todos los discos posteriores son como variaciones de aquel gesto inicial de interrogar una memoria cultural. No sé si aquel primer disco es el mejor, pero yo recuerdo con mucha alegría el proceso de grabación, porque además lo hicimos de forma muy precaria: ni siquiera en un estudio de grabación sino que lo hicimos en una sala de ensayo…es más, algunos temas tuvimos que salir a grabarlos a la calle porque dentro del estudio se escuchaban fuertes ruidos de tráfico. Era tanto el ruido que entraba a la sala que decidimos grabar afuera, que yo cantara a capella un tema con el paso de los autos, el sonido de los chicos jugando en la vereda…eso fue increíble.
 

¿Cuáles son sus proyectos para este año?
Este año me he planteado empezar lentamente lo que llamamos en la jerga de los músicos, a “maquetear”, a hacer una maqueta de un demo, de un nuevo disco. Mi último disco, Este tiempo, tiene muchos lugares a los que no he ido a tocar; yo no he ido al NOA, he ido a pocas provincias del litoral, no he ido al sur debido al tema de las cenizas; por lo cual este año me queda un largo camino por recorrer con “Este tiempo”.
En mi cabeza siempre está la idea de realizar un nuevo disco; y cuanto más conciertos haga y más empiece a cantar esos temas que estoy pensando, es más interesante aún porque seguramente llegaré al disco con una idea totalmente distinta a la que empecé a hacer en las primeras tomas.

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