Los nuevos panchos

Gourmet

Hasta no hace mucho, el pancho era un pan alargado con una salchicha de Viena adentro, estándar o XL, aderezada con mayonesa y/o mostaza y/o ketchup, más una “lluvia” de papas pay en los casos más sofisticados. Y todos sabíamos dónde comer el mejor: en una estación de tren, en una calle perdida del Conurbano o hasta en alguna cancha de fútbol del Ascenso. Todo esto sigue vigente, de hecho el pancho “de kiosco” sigue siendo uno de los alimentos más económicos para un almuerzo de vacas flacas, pero de un tiempo a esta parte la oferta se diversificó. Es muy fácil de comprobarlo recorriendo al mediodía las calles del Microcentro o a cualquier hora las de Palermo.

Los nuevos panchos devinieron mayormente hot dogs, una elección que bien merecería un comentario del gran Arturo Jauretche, y se cobijan bajo el paraguas del pancho gourmet, en armonía con otras especialidades de moda, por ejemplo las hamburguesas ídem. Salchichas caseras de vaca, cerdo, pollo o cordero, más o menos especiadas o ahumadas y por lo general grilladas; panes a medida y gusto del chef panchero, tibios o calientes y en algunos casos ligeramente húmedos; aderezos, salsas e ingredientes que van de la mostaza picante al chucrut, del relish al guacamole, de la panceta crocante al queso Cheddar fundido, de la cebolla caramelizada a los champiñones, de los tomates secos al queso Brie... Así es el mundo de los nuevos panchos. ¿Habrán llegado para quedarse?