Huevos y roscas de Pascua



Gourmet

Para disfrutar de la mejor gastronomía, hoy comemos huevos y roscas de Pascua

Con su Bacalao, sus Empanadas de vigilia, por lo general de atún, su Empanada gallega, —que reemplazan el consumo de otras carnes, no permitido en esta fecha— la cocina tradicional de Pascuas es un clásico que se repite año tras año. Pero lo que verdaderamente caracteriza a la Semana Santa gastronómica, al menos en la Argentina, son dos especialidades que integran el rubro Dulces: los Huevos y las Roscas.

Como la mesa navideña, la tradición de los huevos, no solo los de chocolate, viene del otro hemisferio. Según esta hipótesis, más que verosímil, como la Pascua coincide, días más o menos, con la llegada de la primavera, que es cuando las aves que migran desde el Sur ponen sus huevos en el Norte, en la antigüedad estos servían de alimento esencial hasta terminado el deshielo y llegado el verano.

Así, los huevos —por otra parte, símbolo de la fertilidad— se convirtieron en íconos de la Pascua en todas las latitudes. Aparecen duros, por ejemplo, en las Roscas, y de la misma forma en los festejos más tradicionales de Pésaj, la Pascua judía, en el plato del Séder. Claro que los de chocolate son los que se llevan todos los premios. Habitualmente rellenos con confites, bombones u otras delicias; artesanales, industriales, gourmet y hasta caseros, la tradición indica que, para consumirlos, hay que romperlos de un solo golpe.

Otra tradición relacionada con los huevos de Pascua —en otros países, por ejemplo los Estados Unidos, es más popular el Conejo— es la de la búsqueda de ese tesoro de chocolate que los adultos esconden para que los chicos encuentren y disfruten. También lo es el intercambio de huevos pascuales, aunque no tanto en nuestro país. Y las creativas decoraciones, que nacieron siglos atrás, cuando la Iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma por considerarlos de algún modo provenientes de la carne. Así, para que no se pusieran en mal estado, y para diferenciarlos de los más frescos, se los cocinaba y pintaba.

El otro dulce típico de consumo en Pascua es la Rosca. No es mucho lo que se puede decir sobre ella, salvo que es similar a la de Reyes pero con la inclusión, o no, del huevo duro. Aquí, una receta para hacerla en casa. Y ¡felices Pascuas!

Ingredientes
Para la masa
500 g de harina
50 cc de leche
4 huevos
100 g de azúcar
1 cucharadita de sal
100 g de manteca
30 g de levadura fresca
Ralladura de la cáscara de 1/2 limón
1 cucharada de miel
1 cucharadita de esencia de vainilla

Para la crema pastelera
2 huevos
150 g de azúcar
50 g de harina
20 g de almidón de maíz
1 cucharadita de vainilla
400 cc de leche

Preparación
Mezclar la leche tibia con la levadura y la miel. Dejar leudar hasta que se forma una esponja. En un bowl, mezclar la harina y la sal, hacer un hueco y colocar los huevos, el azúcar y la ralladura de limón. Agregar la esponja e incorporar la harina de a poco hasta lograr una masa lisa. Añadir la manteca a punto pomada y seguir amasando lentamente. Colocar el bollo sobre la mesada previamente enharinada y hacer un hueco en el centro, lo suficientemente grande como para que no se cierre al leudar la masa. Poner la rosca en una placa enmantecada, con un recipiente en el hueco para que quede abierto. Después de media hora de leudado, decorar con la crema pastelera y pintar con huevo batido. Si se desea, agregarle el o los huevos duros. Cocinar durante 20/25 minutos en horno precalentado a 180/200º.

Presentación
Decorar con cerezas al marraschino, azúcar granulado, frutas abrillantadas, almendras fileteadas o hilos de chocolate cobertura.

 

                                                      Oscar Finkelstein