Libros recomendados: Estambul. Ciudad y recuerdos, de Orhan Pamuk



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Uno de los libros recomendados de este mes es Estambul. Ciudad y recuerdos, de Orhan Pamuk (Literatura Mondadori)

Se podría en parte conocer Estambul viendo la telenovela Las mil y una noches y todavía, de modo más placentero, leyendo Estambul. Ciudad y recuerdos. Pero nadie de los que estuvo en esa ciudad, disfrutándola en cada uno de sus detalles, recomendaría a un semejante que se abstuviera de viajar a ella si es que puede, por más que haya visto la telenovela mencionada o leído el libro de Pamuk. Sus viejos y hermosos edificios en ruinas, las valiosas estatuas, las construcciones históricas, las callejuelas secretas que circulan como pequeños ríos por su geografía, teniendo al Bósforo como fondo inevitable, se deslizan por este retrato minucioso del gran escritor y Premio Nobel, a veces como descripción casi pictórica, otras como pretexto de evocaciones íntimas de su pasado biográfico. Lo interesante además es que el relato se puebla de míticas figuras (artistas plásticos, escritores, asesinos célebres) a través de cuyos ojos la ciudad alcanza una nueva y deslumbrante presencia. Es realmente ilustradoras y fascinante, al respecto, el registro de la visita que hizo a Estambul el poeta, crítico y novelista narrador francés Théophile Gautier, que luego entregó a distintos diarios notas de viaje sobre Estambul que Pamuk las considera “más expertas, organizadas y fluidas” que las de su amigo de Nerval, famoso poeta que también se había allegado al país. El escritor turco, en otros capítulos, habla también de su afición a la pintura y de cómo desde los quince años registró en distintos cuadros de su autoría el Bósforo, la torre de Leandro y las vistas de Findiklt y Üsküdar que se tenían desde su casa de Cihangir. Son muy hermosos los distintos testimonios que revelan el viaje de Flaubert a Estambul en octubre de 1850. “Me gusta mucho Flaubert porque prestaba mucha atención a la forma del humo de los barcos, que yo empleaba para terminar mis cuadros y porque los describe en la frase de apertura de su novela La educación sentimental (también me gusta por otras razones”, dice en la página 328 del libro. Secuencias como éstas y muchas otras hacen a este trabajo memorable y digno de ser leído con la misma fruición que se siente al ver esa hermosa ciudad que mira y se proyecta al Asia sin dejar de estar en Europa.