Luisa Valenzuela: escribir como forma de estar en el mundo

Actualidad

Novelista y cuentista, es una de las escritoras argentinas más prestigiosas. Trabajó como periodista y se define como una viajera empedernida. Luisa Valenzuela vivió en distintas ciudades –Nueva York, París, México y Buenos Aires- y siempre leyó con pasión. Dos de sus últimos libros, recién publicados - EntrecruXamientos (Alfaguara) y Diario de máscaras (Capital Intelectual)- reflejan su placer por la lectura y los viajes.

Piensa Luisa Valenzuela que quien escribe lo hace porque no puede no hacerlo, porque no quiere estar en el mundo de otra forma que no sea a través de sus papeles y ficciones: “No sé tener contacto con la realidad si no es a través de la escritura. Puedo entenderla, pero es un nivel de comprensión menor al que se produce escribiendo”, dice ella. Y será por eso, entonces, que la experiencia en su caso se traduce en libros.
   A diferencia de lo que podría pensarse, sin embargo, de chica  no quería dedicarse a las Letras: rodeada de escritores, en casa de su madre –Luisa Mercedes Levinson, también escritora– observaba a esa gente “rara” desde lejos, y prefería andar por los techos de las casas vecinas, y explorar los terrenos abandonados.
  A los 20 años viajó a Francia y se casó con un marinero con quien tuvo una hija, Anna-Lisa, hoy pintora. Allí, en París, escribió su primera novela, Hay que sonreír, inspirada por las prostitutas del Bois de Boulogne y empezó a soñar con dedicarse definitivamente a la escritura.

   En sus novelas posteriores cobrarían un lugar central el cuerpo, la voz femenina, el erotismo, como temáticas recurrentes y características de un estilo. Luego incorporaría el trasfondo histórico -en Cambio de armas (1982), Cola de lagartija (1983), Realidad nacional desde la cama (1990) o en La máscara sarda, el profundo secreto de Perón (2012), en la que se interésó por la figura del general Juan Domingo Perón y el secreto de su nacimiento.
  En Cambio de armas, un libro integrado de cinco relatos, se metió de lleno con el tema de la Guerra Sucia (1976-1983), desde el punto de vista de los oprimidos. Ese fue uno de sus libros más comentados por la crítica internacional y aportó para allanar aún más el camino profesional, que significó más libertad, más solidez, más y mejores posibilidades de seguir escribiendo.
   El tema de la identidad sería recurrente en su obra: la búsqueda del yo, a través de los otros, del viaje, de la muerte, se pueden encontrar en muchos de sus libros.

  Valenzuela es una escritora versátil y prolífica. En los últimos ocho meses, ha publicado tres títulos: Lección de arte, Diario de máscaras (Capital Intelectual) -sobre una de sus mayores aficiones, el coleccionismo de esas piezas a lo largo de los años-, y EntrecruXamientos, Cortázar-Fuentes/Fuentes-Cortázar (Alfaguara), en el que analiza la obra de dos de los más destacados referentes del boom latinoamericano, el primero, uno de los mayores referentes de la literatura argentina, el otro de las letras mexicanas. Al mismo tiempo, en este libro, reflexiona sobre sus respectivas personalidades y repasa la amistad que la unió a ambos.

EntrecruXamientos es, en este sentido, un ensayo que descubre las sincronías, convergencias y divergencias en sus trayectorias, literarias y de vida de dos grandes de la literatura del siglo xx. La autora lo hace con conocimiento de causa: fue amiga íntima de Cortázar y a Fuentes la unió una relación de aprecio y respecto mutuo a lo largo de los años.

La idea del libro surgió en el marco de las conmemoraciones por el Centenario de Cortázar y consistió en reunir el material que tenía de ambos escritores. Ella esperaba publicar el diálogo que había mantenido con Fuentes en Nueva York y cartas que le había escrito a Cortázar. “Pensé los EntrecruXamientos com juego de la oca, pensaba ir avanzando en casilleros”, relató. “Pero después pensé: no, porque el juego de la oca se termina”, entonces decidió avanzar como por un laberinto espiralado, que al llegar al final recomienza.

Sobre Diario de máscara, explicó, a su vez: “Escribir es un viaje y el coleccionismo y los traslados también me han servido para conocer y aprender sobre las distintas culturas. Una máscara se vuelve valiosa cuando conozco el ritual del que forma parte, cuando revela algo del lugar del que proviene, me gusta que esas máscaras me trasladen, en tiempo y espacio”.
  “¿Qué son en verdad las máscaras? ¿Objetos uso, esculturas, obras de arte, piezas coleccionables?”, se pregunta en el libro. Y responde: “Nada de eso, nada de lo otro. Como en los pases de prestidigitación, nada por acá, nada por allá y de golpe: todo. La máscara es un puente entre los mundos, el palpable y el imaginario.  Un vehículo que nos transporta al no-tiempo sagrado. Una oración hecha materia. Es un intermediario para hablar con los dioses, un escudo ante lo desconocido. Es en sí misma un rito de exorcismo, de limpieza, de curación, de alegría desenfadada. O del más puro maleficio. Es un texto en código. Es la alegría de poder ser simultáneamente uno mismo y el otro. Y mucho más. Por eso este nuevo libro”.

Leyendo sus obras, cobra sentido lo que decía Julio Cortázar sobre ella: “Los libros de Luisa Valenzuela son nuestro presente pero contienen también mucho de nuestro futuro; hay verdadero sol, verdadero amor, verdadera libertad en cada una de sus páginas”.

Mini Bio

Luisa nació en Buenos Aires, donde reside. Sus libros han sido ampliamente traducidos y sus cuentos figuran en innumerables antologías internacionales. Es autora de las siguientes novelas: Hay que sonreír; El gato eficaz; Como en la guerra; Cola de lagartija; Realidad nacional desde la cama; Novela negra con argentinos; La travesía; El Mañana; Cuidado con el tigre y La máscara sarda, el profundo secreto de Perón. Sus volúmenes de cuentos hasta 1999 fueron reunidos en Cuentos completos y uno más (Alfaguara). Han aparecido desde entonces Tres por cinco, Generosos inconvenientes y cuatro volúmenes de microrrelatos. Publicó los ensayos Los deseos oscuros y los otros, cuadernos de New York; Peligrosas palabras; Escritura y secreto, y ahora Diario de máscaras. Es Doctora Honoris Causa de la Universidad de Knox, Illinois; Miembro Honorario de la American Academy of Arts and Sciences; Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Página oficial:

www.luisavalenzuela.com