Mascotas: un mercado en cuatro patas

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La tendencia de gastar cada vez más en las mascotas se refleja en un negocio renovado y pujante. 

No solamente la cola mueven nuestros perros y gatitos: también los números de un mercado millonario que al compás de un nicho cada vez más suculento no para de crecer. La Argentina no es la excepción en esta tendencia, ya que hablamos del país con más mascotas por habitante del planeta: nada menos que el 80 por ciento de quienes aquí viven son dueños de un animal doméstico, cuando la media mundial -de acuerdo a un estudio de GfK Group- está en el orden del 56 por ciento.

Pero el despunte del gasto en el rubro no tiene tanto que ver con la cantidad de bichos con los que compartimos nuestra vida, sino más bien con la sofisticación y cantidad de ítems de un negocio que ofrece alimentos premium, juguetes, golosinas, paseos, ropa, peluquería, guarderías, entrenamientos especiales, cuchas de diseño, accesorios de toda índole y hasta la organización de fiestas de cumpleaños o bienvenida para perros, eventos que se llaman “puppy shower” y suelen incorporar a un animador que hace jugar, baña y peina a los peludos amiguitos invitados. 
Claro que hay mascotas y mascotas. No es lo mismo tener seis mestizos en una chacra que un bull dog francés en un departamento, y si bien todos podrán recibir igual afecto el pequeño can del segundo caso seguro será destinatario de muchísima más atención. Es a ese fenómeno de “humanización” del animal (que puede tener que ver con la soledad, o con las parejas que deciden postergar la paternidad, o con la dinámica de la vida urbana, o con todo eso junto) al que las marcas están hoy apuntando en su afán por obtener su tajada de ese suculento pastel de amor incondicional.

Hace 3 años que Mauro Signore le vio el filo al asunto y junto a dos socios decidió fundar Club Can, una empresa que brinda un servicio de paseo de perros totalmente profesionalizado. “Advertimos que era un nicho que faltaba. Conocíamos a paseadores que no ganaban mal, aunque a la vez es un sector sin demasiados estándares de calidad. Más allá de que hay algunos muy buenos, también están los que atan los perros en una plaza mientras toman mate o charlan, e incluso existen casos de perros perdidos o lastimados”, cuenta.
Fue así que armaron un equipo de paseadores capacitados, divididos por zona y comandados por un coordinador, a lo que se suma una pequeña administración. Cumplen los horarios a rajatabla, mantienen grupos de paseo reducidos, jamás hay faltazos de los paseadores (si uno no puede ir, lo reemplaza el coordinador) y los dueños pueden seguir minuto a minuto el movimiento de sus mascotas a través de google maps, ya que desde la empresa desarrollaron una aplicación ad hoc para android. Mal no les fue: hoy pasean a 75 perros organizados en ocho grupos. Y tienen lista de espera.
“Ojo que la actividad también tiene sus contras. El paseo es algo en lo que los dueños de mascotas están acostumbrados a pagar poco, y a nosotros se nos hace difícil competir con changarines cuando somos una SRL constituida, pagamos impuestos y ofrecemos un servicio profesional. Es un mercado al que todavía hay que educar”, aclara Mauro, que entusiasmado con el nicho mascotero está lanzando un collar especial para salir a hacer running con el perro (se ata a la cintura) al que bautizó como “Barkville” y vende en Amazon. “También quiero sumar una línea de collares intervenidos por artistas –adelanta-. Es un mercado gigante el de los perros, la gente enferma por su mascota le compra de todo y lo lleva a todos lados. Es un hijo más”.

Las revistas Oh my Dog y Urban Pets –ambas dedicadas a las mascotas- brindan claras cuentas de este fenómeno, así como también los restaurants “pet friendly” (como el del Museo Evita - J.M. Gutierrez 3926, CABA-, donde no solamente dejan llevar al perro, sino que los mozos le dan agua y en las sillas hay ganchitos para atar la correa); la proliferación de una inmensa cantidad de accesorios, como los rascadores de diseño para gatos (https://fabricaderonroneos.com/), las camas y cuchas con altísima onda (http://www.perronautas.com y http://arquipets.com/); las comunidades de quienes corren con sus mascotas (http://dogrun.com.ar); o la que hoy se presenta como la “alta costura para perros” más original del mercado (www.margoff.com) donde venden capas, pilotos y vestidos además de un logrado arnés plano que evita lesiones y resulta tan cómodo para el perro como seguro para su propietario.

Antes de decidir tener una mascota hay que saber que la vida con ella será diferente, adelantan cada vez que pueden los veterinarios. Uno de los períodos que más suelen alterarse son las vacaciones. “Para los que tenemos perros, dónde dejarlos cuando nos vamos unos días es un tema, porque no sabes realmente cómo los tratan y si los cuidan o no. Por eso el boca a boca es importante”, marca Carla Ferfolja, diseñadora gráfica free lance y dueña de Kira, una border collie de lo más sociable. “Viajo bastante. Las primeras veces la llevé a un lugar del que supe por referencias y al que de todas formas fui a conocer de antemano. Era increíble: caniles separados y con salida individual para dormir, espacio de juego exterior e interior, pileta y toda clase de actividades pensadas para ellos. Incluso los separan según raza y carácter y te suben fotos para que los veas desde donde estés. Me encantaba esa guardería, pero terminó volviéndose demasiado cara. Así que pasé a otra que queda más lejos y es un poco más rústica, aunque más accesible y manejada por gente súper macanuda. De hecho Kira volvió muy bien cuidada”, relata.
“Encontrar alojamientos que acepten mascotas cuando te vas de vacaciones también es importante. La verdad es que si voy a un lugar que es amigable con mi perro estoy más dispuesta a volver. También es real que hay muchos que aprovechan la movida y hay cosas de moda y superfluas, pero está en cada uno si quiere o no comprar y si se engancha”, dice.
“Se juntan varias cosas: hay razas que antes tal vez vivían ocho años y hoy viven 15 o 20. Y perros que viven más, gastan más. También hay cambios de la vida social que nos llevan a tratar a las mascotas como hijos, sin ir más lejos en Europa hay varios restaurantes que no aceptan niños pero sí perros”, dice Alicia Noë, veterinaria en Curu Pet. “Los fabricantes de alimentos balanceados están desarrollando líneas especiales para diferentes patologías –renales, gástricas o diabetes- que si bien cuestan el doble de las premium nos facilitan el tratamiento de esas enfermedades. Lo que yo noto es cierta inclinación de los dueños a desembolsar sumas más importantes en belleza que en salud”, advierte.

“La tendencia de humanizar a las mascotas es un arma de doble filo. Por un lado hablamos de animales mejor cuidados, lo que no puede ser más que bueno. Pero también tengo cada vez más consultas por alteraciones en el comportamiento y que parecieran tener que ver con ese tipo de trato. Por ejemplo: lo hacés dormir a tu perro en tu cama, pero luego te ponés en pareja y eso ya no es posible, entonces se pone agresivo. O le das de comer lo mismo que vos porque es rico –milanesas, ravioles, sushi- cuando las mascotas deberían recibir una alimentación balanceada de acuerdo a sus requerimientos. A veces cuando las personas personifican a sus perros se concentran en consentirlos pero terminan pasando por alto sus necesidades de animal”, concluye.
Mimarlos: claro que se puede. También regalarles cada tanto un chiche, cuidar de su salud responsablemente y ofrecerles lo mejor. Pero para amarlos no hace falta endiosarlos, sino más bien darles ese lugar tan privilegiado como ancestral e irremplazable: el de nuestros no humanos preferidos.