Peluquerías: raros peinados nuevos

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Aunque todavía sobreviven algunas peluquerías de barrio, decoradas con austeridad y simpleza, los salones más modernos redoblan la apuesta y ofrecen servicios y productos que hacen del momento del corte un rato de auténtico placer y de encuentro. Los locales alternativos ya son tendencia. 

La tendencia viene de Nueva York, en donde las nuevas peluquerías combinan tragos, y venta de ropa o música, con los servicios tradicionales. En la gran manzana, ya es habitual que en algunos barrios, los mozos ofrezcan tragos a los clientes de la peluquería, y que los clientes degusten una cerveza o una copa mientras se peinan y preparan para la noche. Es una especie de after office pero en la peluquería: con un Martini o un Campari, que toman mientras oyen el nuevo tema del grupo de moda, se atreven a nuevos cortes rapados o a colores estridentes, y postean selfies en las redes sociales, incluso antes de que sus cambios de looks estén terminados.

Aquellos salones que olían a spray de cabello y en los que las señoras comentaban los chismes o temas de la semana, entre espejos y grandes secadores en donde ubicaban sus cabezas, está dando lugar ahora a nuevos espacios, en donde puede haber desde Djs que pasan música hasta desfiles de moda.
La tendencia ha dado lugar a una cada vez más amplia oferta de locales alternativos, de diferentes estilos. Alcanza con hacer un recorrido por algunas de las peluquerías más concurridas por la nueva generación: hay desde locales muy glamorosos que venden prendas de moda, hasta salones onda retro en donde los adolescentes y jóvenes comparten un rato diseñando su imagen y ‘produciéndose’.

No es extraño encontrar en estas  nuevas peluquerías porteñas desde muestras de arte –pintura, dibujo, comic- hasta venta de ropa, CD’s y objetos vintage para decoración o accesorios. Tienen, además, conexión Wi Fi y también en algunos casos proyectan películas u ofrecen un menú de tragos para ir anticipándose a las salidas nocturnas. Palermo Soho y Barrio Norte son las zonas que lideran la tendencia.

“Lo que cambió es el concepto de lo que es una peluquería”, explica uno de los responsables de uno de estos salones, ubicado sobre la Av. Crámer, del que los adolescentes salen con parte de la cabeza semi rapada, flequillos bien cortos y todo tipo de colores en el pelo. “Hoy se amplía todo lo referido a la estética y el arte vinculado a la imagen personal, eso es más divertido y los chicos jóvenes lo disfrutan y lo captan. También la idea de lo que es un peluquero está cambiando, se lo ve más como alguien informado que te ayuda a encontrar tu mejor estilo, y no tanto antes, en que el peluquero se limitaba a recortar puntas y no tenía ni idea de las tendencias de moda”.
Los nuevos coiffeurs entienden su oficio como un arte asociado a otras estéticas y prácticas, además de al estricto corte o peinado. Hay quienes también trabajan a domicilio, y atienden a vecinos o figuras de la farándula local, que prefieren cortarse o peinarse en sus casas y no asistir a un salón. El Eléctrico, por ejemplo, es uno de los peluqueros que se hizo conocido entre la gente del ambiente de la televisión y el mundo del espectáculo por sus propuestas audaces y por la comodidad que implica recibir al peluquero en el hogar.

Por estos días, los hombres se preocupan por la imagen a la par de las mujeres, de modo que el fenómeno alcanza a ambos sexos. Según una encuesta reciente de D'Alessio Irol ("Nuevas tendencias en estética masculina"), tres de cada cuatro hombres van a la peluquería una o dos veces por mes, y al 46 por ciento,  peinarse de determinada manera los hace sentir "seguros”. De ese universo, entre un 30 y 40 por ciento de los de nivel adquisitivo medio/alto se vuelcan a las peluquerías de diseño.

Los estilos de los modernos salones, son de lo más variados. Están aquellos que optan por una estética sofisticada y glamorosa, y reproducen las tendencias de moda: en un local de Barrio Norte, por ejemplo, las capas de los peluqueros son un diseño exclusivo de Gino Bogani. En ellos, tanto la decoración como la música ambiente y la onda de los empleados transmiten sofisticación y estilo. Mientras que en los que apuntan, principalmente, al público adolescente y juvenil, eligen para la decoración una onda más rocker: hay locales de Palermo, en los que la poesía, el rock y el arte conviven con la moda y el diseño de los cortes, arriesgados y muy actuales.
Pizza, birra, pelo, Pelos, música y poesía, son algunos de los lemas que inspiran a los creadores de uno de estos salones a trabajar con una onda informal y positiva. Allí se pueden ver casetteras ochentosas – para oír música de los años 70’ y 80’-, películas en super 8 que se proyectan en los locales y un ambiente muy decontracté, lo que sin duda hace de la visita a la peluquería una experiencia divertida.

Otras de las peluquerías  de moda explotan específicamente la onda retro: hay una con una estética inspirada en la película La naranja mecánica, secadores antiguos y muebles estilo vintage.
Mujeres y hombres, actores, músicos, empresarios y adolescentes, todos se van sumando a esta movida, se relajan y atreven al cambio.