Discriminación en el fútbol: un problema de todos

Deportes

Los cantos y los actos de discriminación en el fútbol son un problema que refleja en parte lo que pasa fuera de los estadios. Qué hacen los organismos que se ocupan de esta temática.

El mecanismo pasional que genera el fútbol en cada uno de sus actores (jugadores, entrenadores, hinchas, directivos y periodistas) desde su desembarco en nuestro país es innegable. En las últimas décadas Argentina sufrió los flagelos del proyecto neoliberal de los años 90`. La sociedad post-industrial heredera de la Ley de Flexibilización Laboral y de la Ley Federal de Educación  generó -entre otras causas- un alto grado de desocupación, una merma en los planes educativos y como consecuencia mayores relaciones de agresividad entre los ciudadanos. El deporte, fiel reflejo de este contexto, no se vio exento de esta situación y varios son los hechos que suelen derivar en agresiones de distinta índole. Desde el año 2009, el Observatorio de la Discriminación en el Fútbol del INADI realizó un relevamiento en todos los estadios de Primera división y en sus conclusiones mencionó que 8 de cada 25 canciones promedio que se entonaban por las hinchadas eran discriminatorias.
Partido tras partido en nuestro fútbol se ponen en evidencia cantos agresivos que bajan desde las tribunas construyendo un “nosotros” inclusivo vs un “otro” peligroso. ¿El fin? Denigrar al rival –deportivo –. Se le cargan connotaciones negativas a la extranjeridad “son de Bolivia y de Paraguay…”, a la condición sexual “no somos como los pu… de la …”, a la condición social “vos sos de la villa…”, al culto religioso “Lo dijo el tío -Héctor Cámpora-, lo dijo Perón, con los judíos hacemos jabón…” entre otras situaciones infinitas.  Para el Coordinador del Observatorio de la Discriminación en el Fútbol Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, Santiago Pirolo, “a partir de la pasión que despierta el fútbol se ha ido formando una cultura del aguante que empieza por el aliento y en muchos casos ha terminado, desgraciadamente, en la violencia. En el medio aparecen conductas muy reprochables que no tendrían lugar en otros ámbitos o que recibirían una condena fuerte. La discriminación mediante cánticos y banderas es una de las formas que encuentran las hinchadas para resaltar una identidad a partir de la negación o denigración del otro”.

Este problema no solo aqueja a quienes están en las tribunas, también los protagonistas, muchas veces entre ellos mismos, se agreden verbalmente sin tener en cuenta el daño que contienen sus palabras. Si hacemos un repaso histórico a corto plazo, un caso recordado es el del hoy jugador de Estudiantes de La Plata Leandro “Chavo” Desábato, quien en un encuentro entre Sao Paulo de Brasil y Quilmes por Copa Libertadores fue denunciado por su rival Grafitte por haberlo tratado, supuestamente, de “gorila” debido a su condición étnica. También el delantero de Colón, Esteban Fuertes, debió realizar una disculpa pública y se comprometió a participar en campañas antidiscriminatorias luego de haber tratado de “mogólicos” a algunos jugadores de Racing.  Jugadores extranjeros que participan en nuestro fútbol como Santiago Salcedo y Ronald Ráldes han hecho público su disgusto por el hostigamiento que les ha tocado sufrir por su respectiva condición de paraguayo y boliviano.
Si nos posamos en el diccionario de la Real Academia Española en su vigésima segunda edición y buscamos el sentido de la acción discriminar encontramos: “Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.”
La pregunta que podemos plantearnos es: ¿Porque el ser humano –desde tiempos remotos- tiende a discriminar? Desde la cátedra de “Cultura popular y cultura masiva” de Pablo Alabarces en la Universidad de Buenos Aires se plantea la hipótesis que una sociedad es racista – por ende discrimina- cuando al otro se lo ve como a un inferior y se le aplican los atributos negativos. En el caso del fútbol se ejerce un racismo ligado a las clases populares, al color de piel y al tipo de inmigración o procedencia. Lo terrible de pertenecer a una sociedad racista es que uno, muchas veces estando en contra, igual termina reproduciendo este tipo de estereotipos. Para Pirolo “Bajo ese lema (folklore del fútbol) parecieran legitimarse acciones lamentables que difícilmente se darían en otros ámbitos. Creemos igual que de a poco se va tomando conciencia de que esas prácticas naturalizadas de discriminación en los estadios pueden dañar a todo un colectivo y que la justificación de que son parte de ese ´folklore` no alcanza”. Para el Coordinador del Observatorio de la Discriminación en el Fútbol  eso es contra lo que hay que trabajar. “Debemos hacer ver ese tipo de prácticas penosas, altamente agraviantes que hieren la dignidad de muchas personas y terminan arruinando el verdadero folklore de nuestras tribunas que se destaca del resto del mundo por el colorido, la pasión y el clima festivo que en estas se vive”.
Hoy en una Argentina enmarcada dentro de un proceso histórico que deja de lado el paradigma neoliberal por políticas económicas de protección interna y de inclusión social, podemos inferir que la discriminación y búsqueda sistemática de segregación es, tal vez, una de las herencias más preocupantes para esta sociedad que convivió más de 30 años con políticas individualistas “del sálvese quien pueda”. El fútbol, sin lugar a dudas, es aquella práctica que reúne la mayor cantidad de rasgos de “la argentinidad”, así sea en el potrero más humilde o en el estadio más importante de nuestro país. Santiago Pirolo afirma que existen tres ámbitos puntuales en concordancia con la problemática en materia de discriminación que aqueja al fútbol argentino. El primero es el papel de las hinchadas. Estos grupos “mediante cánticos, banderas y otros hechos puntuales incurren en actos de xenofobia, racismo y discriminación o estigmatización en general altamente ofensivos y denigrantes hacia colectivos enteros”. En segundo lugar están los jugadores, técnicos y dirigentes quienes “tienen una responsabilidad muy grande a la hora de hacer declaraciones o de manifestarse dentro del campo de juego, ya que son figuras públicas cuyos discursos llegan a mucha gente mediante los diarios, la tv y la radio” y en tercera instancia los periodistas deportivos “quienes cubren y analizan el espectáculo deportivo y tienen también una gran responsabilidad por el hecho de estar hablándole a miles de personas. De ellos depende que se generen coberturas que respeten las diversidades, libres de burlas estigmatizantes y cualquier forma de discriminación”.
Existen abanderados dentro de estos actores sociales que reivindican la lucha del INADI. Cada vez son más frecuentes los periodistas deportivos que se prestan a charlas sobre el tema como Alejandro Fabbri, José Jozami y Fernando Pacini. Algunos de ellos hasta han realizado material bibliográfico al respecto. Jozami, periodista y abogado, es autor del libro “Fútbol y Violencia. Miradas y propuestas” junto al psicólogo Marcelo Roffé. Algunos clubes también han adquirido el compromiso en referencia a este mal que nos aqueja. Independiente y Racing, clásicos rivales, firmaron en octubre de 2011 convenios de cooperación mutua para fomentar el respeto por la diversidad y la inclusión dentro del deporte. Estos acuerdos ejemplificadores, que suman para desdramatizar el fútbol, implican la capacitación y formación de las divisiones inferiores en ambas instituciones con un objetivo: fomentar la lucha contra la discriminación.
Estas acciones demuestran que, si bien el mal de la discriminación esta enquistado, existe dentro de los actores del fútbol (mencionados al comienzo de la nota) un aire de cambio. Cada vez son más las medidas que se ejecutan a cargo del INADI ligadas a la prevención. “En los partidos de primera división el INADI tiene estudiantes de periodismo que actúan como veedores y relevan las situaciones discriminatorias que perciben en los estadios como por ejemplo cánticos, banderas, etc. También se procura que haya buena accesibilidad para personas en sillas de rueda con el objetivo de poder llegar a acuerdos con los clubes cuyos estadios no sean accesibles, se ha confeccionado un paquete de recomendaciones para periodistas para que se hagan coberturas libres de discriminación y constantes jornadas de capacitación para árbitros.” cuenta Pirolo.
El viento sopla y en la argentina de hoy son cada vez más aquellos que parecen haber despertado del letargo y ya no hacen oídos sordos a estos hechos repudiables. Y para todos aquellos que entiendan que dar un trato de inferioridad a otro ser humano no hace otra cosa que limitarnos, las líneas de denuncia están abiertas (mail: futbol@inadi.gov.ar ; teléfono 0800-999-2345).