Entrevista a Federico Molinari



Deportes

Finalista olímpico en gimnasia artística en Londres 2012, el rosarino que hoy demuestra sus aptitudes en el teatro y la televisión, mientras sigue compitiendo, es uno de los deportistas nacionales más particulares.

 

Pocos deportistas argentinos tienen una historia tan peculiar como la de Federico Molinari, quien se dedica a una disciplina que suele tener poca repercusión en los resúmenes deportivos pero que gracias a sus buenas performances en la elite mundial y a su participación en el teatro y la televisión, terminó ayudando a que la gimnasia artística empezara a ser observada de otra manera.

Con padres gimnastas, la niñez de Federico no podía transcurrir mayormente en otro lugar que no fuera el gimnasio. No fue, sin embargo, en su Rosario natal sino en la también santafesina San Jorge.  Y es que como sus padres fueron contratados como entrenadores por el club que lleva el mismo nombre de la localidad, con apenas 4 años se mudó junto a papá Fernando, mamá Alicia y su hermano Matías a esa ciudad.

Su adolescencia no fue muy distinta a la de la mayoría de los jóvenes que eligen entregarse a la práctica de un deporte: sacrificada. Molinari entrenaba todos los días, resignando tiempo de estudio y de ocio. El primer premio a su capacidad le llegó a los 13 años, cuando fue convocado a la selección argentina de gimnasia infantil que participó del Campeonato Sudamericano en Santiago de Chile, allá por 1997. Tres medallas de plata y una de bronce fue la primera cosecha de un niño que ya prometía.

Los primeros años de su carrera adulta fueron difíciles. Distintas lesiones no le permitieron lograr la continuidad que todo deportista necesita para empezar a obtener resultados. Sin embargo, su perseverancia y el apoyo de los afectos, como él mismo reconoce, le permitieron salir adelante. Así, llegó 2008, año bisagra en su trayectoria. No fue precisamente por los Juegos Olímpicos de Beijing, a los que justamente no había podido clasificarse el año anterior porque todavía sufría inconvenientes físicos. Pero ya recuperado, ese mismo año obtuvo un sexto puesto en Paralelas en la Copa del Mundo de Moscú y un cuarto lugar en Anillas en Barcelona. A fin de año, fue reconocido con el Olimpia de Plata en su deporte por el Círculo de Periodistas Deportivos.

Los buenos rendimientos continuaron y en 2012 cumplió el gran sueño de su vida: competir en un Juego Olímpico. Y no defraudó. En la cita olímpica de Londres, Molinari obtuvo un diploma por el octavo lugar en la final de Anillas. No podrá repetir lamentablemente este año en Río porque quedó afuera del Preolímpico al ser superado por Nicolás Córdoba como el mejor argentino en el Mundial de Glasgow en octubre pasado. Sin embargo, con 32 años Federico sabe que la mayor parte del camino ya ha sido recorrida y sus planes empiezan a orientarse más hacia la docencia y el entrenamiento de jóvenes talentos. Mientras, difunde su deporte y disfruta del reconocimiento popular a través de la obra de teatro Stravaganza, de Flavio Mendoza, y del programa de televisión Combate, que va por Canal 9 de lunes a viernes a las 17.