Entrevista a Jonás Gutierrez

Deportes

El Galgo disfruta de un presente feliz en Defensa y Justicia, después de haber superado un cáncer en un testículo y haber sido discriminado por el Newcastle, club al que salvó del descenso con un gol en su último partido.

 

El 24 de mayo de 2015 todo el mundo habló de él. A seis minutos del final, su equipo el Newcastle le ganaba 1 a 0 al West Ham por la última fecha de la Premier League. Necesitaba el triunfo para evitar el descenso. Era un partido más que tenso y estaba consiguiendo su objetivo. Pero en la liga inglesa todo puede pasar. Entonces Jonás recibió un pase de su compañero Jack Colback y sacó un disparo que se metió lentamente en el arco rival. Era el 2 a 0 que aseguraba la permanencia. El héroe era ese argentino que hasta un año atrás estaba peleando contra un tumor en su testículo izquierdo. Paradójicamente, aquel fue su último encuentro con el club del que fue ídolo y al que terminó ganándole un juicio por “discriminación”.

Surgido de las divisiones inferiores de Vélez (debutó en Primera en 2001), Jonás Gutiérrez es uno de esos futbolistas en extinción. Volante derecho veloz, con habilidad y desborde, se forjó en ese  pasado en el que se destacaban los carrileros. El fútbol actual prefiere mediocampistas interiores y le deja esa tarea a los mediapuntas o bien a los laterales. Si bien ha sabido adaptarse a cualquiera de las dos funciones, su posición originaria encajaba perfectamente con el viejo y querido 4-3-1-2.

Es curioso que un problema de salud también haya determinado su vocación futbolera. Cuando tenía apenas 2 años sufrió una convulsión febril que le produjo un paro cardíaco y le paralizó la mitad izquierda de su cuerpo. Por suerte se recuperó, pero el médico le recomendó a su madre que practicara deportes para determinar si había quedado alguna secuela. Así fue como dio sus primeros pasos en una cancha en Estudiantes de Caseros a los 3 años.

Ya de niño se destacaba por su velocidad, por lo que con un poco de manejo no le resultó difícil destacarse como futbolista. Jugó en Vélez hasta mediados de 2005, de dónde se fue con el título debajo del brazo. Bajo la dirección técnica de Miguel Ángel Russo ganó el Torneo Clausura 2005 con seis puntos de ventaja sobre el escolta Banfield. Su destino fue Mallorca, en el que estuvo tres temporadas completas antes de pasar al Newcastle. En el club inglés jugó desde 2008 hasta 2015, con un breve paso por el Norwich cuando fue cedido tras la operación.

Su problema comenzó por un choque con el francés Bakary Sagna en un partido contra el Arsenal el 19 de mayo de 2013. Después de aquel día empezó a sentir un dolor en los testículos, pero siguió jugando. Incluso arrancó la nueva temporada. Pero con un par de partidos encima una inflamación lo preocupó. Los exámenes arrojaron un diagnóstico temible: cáncer testicular. Viajó a la Argentina para operarse y hacer la rehabilitación. Era octubre de 2013. Cuando volvió a Newcastle, había “perdido” su lugar. En una situación confusa que terminó en un juicio de Jonás al club, no fue tenido en cuenta y prestado al Norwich. Solo cuatro partidos disputó en su nuevo equipo hasta que una lesión en el gemelo lo marginó. Cuando estaba para regresar había cambiado el entrenador y volvió a quedar relegado. Ese año, sin embargo, volverían los problemas testiculares. En unos estudios de rutina aparecieron unos ganglios que lo obligaron a iniciar la quimioterapia.

Ese año 2014 no jugó más. De regreso al Newcastle volvió a pisar una cancha el 4 de marzo de 2015, en un encuentro de local frente al Manchester United. Desde entonces volvió a ser convocado partido tras partido. Los hinchas y el público ya conocían su historia, por lo que proliferaban las banderas en su apoyo y el mundo se asombraba de su recuperación. Todo parecía un cuento de hadas, especialmente tras aquel gol en la última fecha. Sin embargo, Jonás terminó demandando al club por el trato que había recibido cuando se le diagnosticó el tumor. Un tribunal de Birmingham le dio la razón al volante cuando ya estaba jugando nuevamente en España, esta vez para el Deportivo La Coruña. No participó mucho en el equipo gallego y a mediados de año pegó la vuelta a la Argentina. El destino más lógico era Vélez, el club que lo había visto nacer. Pero desde el Fortín le cerraron las puertas alegando que no harían más incorporaciones. Defensa y Justicia se interesó en él y ya lleva 10 partidos (8 como titular) en Florencio Varela.

En cuanto a la Selección, Jonás tuvo una esporádica pero aceptable actuación. Debutó en un amistoso contra Francia bajo la dirección de Alfio Basile, el 7 de febrero de 2007. Luego disputó 21 partidos más, incluyendo tres (dos como titular) en el Mundial de Sudáfrica 2010 y con Diego Maradona en el banco. Su última presencia fue en la primera fecha de las Eliminatorias para Brasil 2014, el 7 de octubre de 2011 frente a Chile. Convirtió un gol, en otro amistoso contra Francia en 2009.

A los 33 años y habiendo demostrado fuera de la cancha el mismo coraje al que nos tiene acostumbrados adentro del campo, Jonás Gutiérrez tiene mucho para dar todavía. Y, por suerte, será en el fútbol local.