44 El forastero misterioso

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Uno de los libros recomendados de este mes es 44 El forastero misterioso de Mark Twain publicado por Editorial Tusquets

Cuando Mark Twain (1835-1910), el extraordinario escritor norteamericano, falleció de un ataque al corazón a los 74 años dejó la totalidad de su obra publicada, con excepción del libro 44. Novelas tan maravillosas como Aventuras de Tom Sawyer, Príncipe y mendigo y Aventuras de Huckleberry Finn y otras le habían procurado dinero y una fama extendida que, sin embargo, no habían podido suturar o mitigar los dolores de una vida a la que ennegreció una serie de desgracias familiares, entre ellas la muerte de su mujer y la de dos de sus hijas, una de ellas su favorita. Desgracias a las que hay que sumar también más de una dificultad económica en el final de su existencia. No obstante esas marcas, su fogoso e incansable espíritu aventurero, su amor a las letras y la hondura de su visión en el tránsito que hizo por este valle de conflictividades que es la tierra, habían quedado plenamente plasmado en su magnífica y vital producción literaria. A pesar de eso, Twain creyó en sus últimos años que le debía un nuevo libro a la humanidad, una suerte de testamento donde su odio por las oscuras práticas de la religión y la llamada Ciencia Cristiana quedaría expresado en las vicisitudes de 44, una historia que transcurre en un castillo de Austria, en los primeros años de la imprenta, cuando la Inquisición aún castigaba con la hoguera a los herejes o los acusados de brujería. En ese castillo existe un taller de imprenta clandestino en el que trabaja un misterioso aprendiz, al que se cree sobrino de Satanás en la tierra, denominado solo 44. Este libro quedó inédito a su muerte y siete años después su única hija sobreviviente, Clara, publicó una versión del mismo llamado El forastero misterioso, con omisión del número. Debió morir primero esa hija unos años después para que se pudiera comprobar que el texto original había sido totalmente amputado y manipulado por el albacea del escritor, Albert Bigelow Paine, con la anuencia de Clara quien, habiendo adherido al grupo Ciencia Cristiana, no quería que lo que consideraba pasajes lesivos y heréticos contra la religión pudieran salir a la luz. Pero, finalmente, la maniobra fracasó y el 44, como por un acto de mágica justicia, volvió por sus fueros y fue rescatado hace poco tiempo por una editorial universitaria de California. Ese libro estupendo de Twain está ahora a disposición de los lectores de lengua castellana en la edición que publicó y dio a conocer hace pocos días la editorial Tusquets, en la colección Rara Avis que dirige Juan Forn.