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El último disco de Gonzalo Aloras

Durante años fue el secreto mejor guardado de Rosario. Menos en su ciudad natal, claro, donde se formó y donde formó parte de bandas muy reconocidas de la segunda generación de rock rosarino, como Macaferri y Asociados o Coki & The Killer Burritos, y otras de menor alcance nacional como Abrepuertas, Graffiti o Vandera. Pero fue con Mortadela Rancia –el grupo que integró en los 90 y del que queda un disco aún muy escuchable (Ciudad paranoia), con el que mostró sus ases y llamó la atención de otros músicos allende Rosario– que Gonzalo Aloras empezó a despegar de una de las ciudades más musicales de la Argentina, aunque sin abandonarla.

Digital es su último disco y como en los anteriores –Algo vuela, 12 y Superhéroes, más cuatro EP y otras tantas bandas de sonido–, Aloras demuestra que es un cancionista pop para tomar muy en serio, además de un instrumentista muy afilado en la guitarra y eficiente en los teclados, con una de las voces más dotadas de lo que se da en llamar rock nacional. A tal punto son evidentes sus dotes como compositor, cantante, instrumentista y arreglador, que no demoró mucho tiempo para que pasara a integrar la banda de Fito Páez, primero, y de Litto Nebbia, después, dos coterráneos célebres de quienes seguramente se nutrió a la vez que hacía su propio aporte. Lo mismo que con Luis Alberto Spinetta, a quien tuvo como invitado ilustre en su álbum 12 (también estuvieron Nebbia, Páez, Juanse y Javier Malosetti) y a quien rindió tributo en Superhéroes, del mismo modo que lo hizo con Nebbia y Charly García, un muy buen disco de covers de sus ídolos rockeros locales.

En su nuevo trabajo, Aloras le da una ligera vuelta de tuerca a su pop-rock de melodías contagiosas y arreglos de cierta sofisticación –por momentos, un poquito al estilo Steely Dan–, como en Baires, pero también se vuelve más marchoso, un poco más bailable, más electro-pop como en Mar de Poseidón, Bajo la lengua, donde también hay un amague de rap, el tema que da nombre al disco o Filosofía Disco Time. Y algunos acentos ochentosos como en NPV o Luna. De su etapa “anterior”, más cancionística y menos electrónica, hay resabios en Olvídalo y en la bilingüe Música es Dios.

Concebido como un clásico LP, el primero de Aloras y a pesar de su título, este álbum analógico está presentado con sus lados A y B y, a la manera de los tracks ocultos de los CD o de las ediciones japonesas con sus bonus tracks, hay un tema, Dragón, que solo puede escucharse en el vinilo y no en las plataformas digitales de streaming. En cualquiera de los casos, bien vale la pena ponerle el oído.

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