El señor de la Corte. La historia de Ricardo Lorenzetti

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Uno de los libros recomendados de este mes es El señor de la Corte. La historia de Ricardo Lorenzetti, publicado por Ediciones B de Argentina de Natalia Aguiar

      Recibir críticas de los adversarios forma parte ineludible de la vida de aquellas figuras que desempeñan puestos notables en la esfera pública. Cuando más alto se está, mayores son las críticas y mucho más cuando los que son criticados ostentan resortes de poder mediante los cuales pueden ejercer influencia sobre el curso de ciertos acontecimientos y la continuidad o no de algunos intereses. En los últimos tiempos, una de las personalidades que viene recibiendo los más duros planazos a su investidura es el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Luis Lorenzetti, un abogado de la ciudad de Rafaela, Santa Fe, sin mucha notoriedad hasta hace dos décadas, y que poco a poco, en los diez años más recientes fue transformándose en un habilidoso constructor de un destino público que terminó aupándolo en el punto más alto de la cúspide judicial de la Argentina.

       Sin duda, no le faltó habilidad a este funcionario ni capacidad arquitectónica para diseñar el modelo de un itinerario que lo convertiría en figura clave de la Justicia en el país, pero también en candidato a serlo –así lo han dicho los mentideros donde se propalan las noticias e informaciones de los famosos- en el terreno de la política. Por lo menos, si los cálculos y los planes elaborados por él para su futuro se cumplen y los planetas se alinean. Entretanto y como figura pública que provoca tanto adhesiones como rechazos no le faltan los libros que se han dedicado a su figura y a su actuación en los últimos años. Uno de los mejores sin duda es Los supremos, de Irina Hauser, que retrata la existencia y actuación de distintas personalidades que han pasado por la Corte Suprema en los últimos tiempos, y que hemos comentado. En un trabajo que reduce su foco sólo a Lorenzetti, la periodista y abogada Natalia Aguiar, aporta también un valioso estudio en El señor de la Corte sobre la trayectoria profesional, parte de la biografía personal y la actuación pública del actual presidente del máximo organismo de la justicia en el país.

       La reconstrucción comienza prácticamente por el final, donde se analizan en particular algunas de las últimas intervenciones de Lorenzetti en la Corte Suprema en casos de los recientes años, empezando por el primer conflicto que lo enfrentó con el gobierno de Mauricio Macri cuando éste nombró por decreto a los nuevos miembros de aquel organismo (Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti); siguiendo por la supuesta deslealtad que perpetró con su ex protector y admirador, el juez Carlos Fayt, al dejarlo sin cobertura y empujar su renuncia; y, finalmente, siempre en el primer capítulo, culminando con la operación para implementar un nuevo software en el sistema de información electoral argentino que lo hubiera colocado en situación de poder “manipular los resultados de los comicios”, según dice Aguiar, y que hubiera le conferido un poder único sobre políticos y candidatos. Operación que, al parecer, fracasó. De ahí en más, el libro va hacia atrás, hacia el pasado y relata algunos episodios en los que Lorenzetti militaba en la juventud peronista durante sus estudios en Santa Fe y fue perseguido. Y luego sus avances hacia la notoriedad a través de relaciones que lo llevaron a la Corte Suprema durante el kirchnerismo.

      Una buena cantidad de páginas están dedicadas también a su participación en el fallo que terminó por convalidar la Ley de Medios, las ventajas simbólicas que extrajo de su actitud en el asunto y la enemistad profunda que le costó con Clarín, que a partir de entonces lo tuvo en la mira y le empezó a sacar trapitos al sol cada vez que se mostraba hostil a las posiciones de la corporación. Entre otros efectos de esas presiones, hay que computar –y el libro lo cuenta- su actitud en apoyo de las posiciones de la jueza Arroyo Salgado, ex mujer de Nisman, lo que lo ubicó en una posición abiertamente ríspida frente al gobierno de Cristina de Kirchner y a favor de una postura que no contaba con ningún respaldo probatorio en la causa. En otros capítulos, se analizan también las denuncias sufridas por el presidente de la Corte por posibles irregularidades durante una gestión del pasado en temas de salud en Rafaela y las varias embestidas que recibió de parte de Lilita Carrió. El libro se corona con una entrevista al propio Lorenzetti, ofrecida por éste de mala gana y en la que rechaza muchas de las denuncias que se han levantado contra él, en algunos casos afirmando que esas incriminaciones no tienen pruebas que los avalen. En fin, un libro valioso donde quien sepa poco del “faraón de la Corte”, como se lo define, podrá, a partir de su lectura, saber bastante más sobre su vida y curriculum. No es poca cosa, aunque no todo, si se tiene en cuenta la necesidad que tiene el ciudadano argentino de conocer más sobre la profunda crisis que vive el sistema judicial argentino. Y el rol que han desempeñado en esa situación algunas figuras.