Tribalistas II

Entretenimientos

El nuevo disco de Tribalistas

Después de quince años, el súper trío de la música popular brasileña integrado por el paulista Arnaldo Antunes, el bahiano Carlinhos Brown y la carioca Marisa Monte vuelve con un segundo disco. O, mejor dicho, con un conjunto de diez canciones nuevas que, a tono con la época, no tiene formato de disco, sino que se consume o descarga de manera digital. Estos temas vienen acompañados por sus respectivos videos, dirigidos por Dora Jobim, nieta del gran compositor Antonio Carlos Tom Jobim.

El sucesor de aquel primer encuentro –un megaéxito de crítica y ventas con canciones convertidas en clásicos perdurables como Velha infancia, Carnavalia, Ja sei namorar y más– conserva el típico espíritu de las reuniones de músicos populares de Brasil, un arte genuino al que los Tribalistas le suman contemporaneidad en el sonido y en la temática, con eje en el drama de las migraciones forzadas y en el medio ambiente, entre otras crisis globales. Así arrancan, con Diáspora: “Atravesamos el mar Egeo/ El barco lleno de fariseos/ Como los cubanos, sirios, gitanos/ Como romanos sin Coliseo/ Cruzamos al otro lado/ Al Río Rojo del mar sagrado/ Los centros comerciales superpoblados/ De refugiados retirados”. Y retoman el tema en Lutar e vencer (“Tenemos suministros/ Tenemos provisiones/ En este campamento/ De nuestra ocupación/ Tenemos víveres (…) Material humano/ Con potencial/ De una naturaleza sobrenatural/ Tenemos líderes (…) Vengan pronto, no tarden/ Estamos esperando/ Somos fuertes para luchar y vencer”.   

Um só, una de las cuatro primeras canciones en ser reveladas, es toda una declaración de principios: “Somos comunistas/ Y capitalistas/ Somos anarquistas/ Somos el patrón/ Somos la justicia/ Somos el ladrón (…) Somos uno solo, uno solo”. La bella Fora da memoria y la conmovedora Aliança, también del combo inicial, son típicos temas de amor al ritmo del samba, donde la voz grave de Antunes y la aguda de Monte constituyen, justamente, una alianza perfecta.

Trabalivre muestra el costado musical más festivo del álbum, no tanto el contenido de su letra: “Un día mi madre me dijo/ Ya sos grande, tenés que trabajar/ En aquel instante aproveché la oportunidad/ Vi que era libre para darme vuelta/ Hice la valija, compré el pasaje/ El tiempo pasó rápidamente y aquí llegué/ Pasé por todo lo que es difícil/ Me perdí por la ciudad pero ya me encontré (…) Soy fácil, no entro en crisis/ Tengo tiempo libre/ Para trabajar”. En la misma línea está Baião do mundo, una oda a las bondades del agua: “Vaya, agua viva/ Corra en el lecho/ Hacia el mar que la devora/ Agua que lava/ Lleva la canoa/ Vuela cuando se evapora”. Rítmicamente festiva pero más banal es Feliz e saudável.

El agua se hace presente también a través de Os peixinhos (“Los pececitos son/ Flores sin suelo/ Nadan, boyan, hacen burbujas”), mientras que la libertad es la clave en Ânima, un punto poético muy alto de Tribalistas II: “En otra dimensión/ No tenía techo ni suelo/ No había principio ni final/ Yo caí en una placenta/ A finales de los años sesenta/ En el hemisferio sur occidental/ De donde vine/ No traje valijas/ No traje nada/ No traje color/ No traje masa/ Solo traje alma (…) A donde voy/ No llevo casa/ No llevo nada/ Voy en ese vuelo/ No llevo peso/ Solo llevo alas”.

Notas relacionadas