Ubik

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Uno de los libros recomendados de este mes es Ubik de Philip K. Dick publicado por Editorial Minotauro

Uno de los narradores norteamericanos más prolíficos, Philip K. Dick (1928-1982) escribió en vida treinta y seis novelas y ciento veintiún relatos cortos, muchos de estos publicados en las revistas pulp de su época. Poco reconocido durante su vida en el mundo literario, a pesar de haber recibido algunos premios importantes y contar con la admiración de ciertos colegas del género de la ciencia ficción, en el que descolló, alcanzó la fama solo después de morir, entre otras cosas gracias a que varios de sus trabajos fueron llevados a la televisión y el cine. En este último medio, tal vez la recreación más relevante de su obra fue la de la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, conocida bajo el nombre de Blade Runner, que dirigió Ridley Scott. Entre sus novelas más conocidas están El hombre en el castillo, Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, Los tres estigmas de Palmer Eldritch, La transmigración de Timothy Archer o Ubik. Estas dos últimas han aparecido en una colección dedicada a la ciencia ficción por una editorial especializada en el género, Minotauro, y que se vende en estos días en los kioscos a buen precio.

Ubik, libro de 1969, trata de una historia que transcurre en un mundo donde los viajes por el sistema solar se han hecho frecuentes y las grandes compañías especializadas en psiquismo luchan por hacerse del poder y, sobre todo, de los negocios que éste produce. En ese mundo existen un conocido grupo de telépatas denominados los “psis de Hollis”, que desconocen el dominio de esas corporaciones, entre las que figura la identificada como una sociedad de previsión y es dirigida por el empresario Glen Runciter. Esta sociedad, por eso se llama de previsión, es la encargada de controlar los movimientos de estos grupos –e incluso reprimirlos- para que no entorpezcan sus planes de enriquecimiento y vigilancia social. Los convocados para poner en cintura a los rebeldes son bautizados con el rótulo de “los inerciales”, individuos que poseen atributos psíquicos especiales que ponen fuera de combate a esos enemigos. Un día, desde la Luna, se llama a Glen Runciter para que combata a unos “psis” que han escapado de la vigilancia de la compañía y que están haciendo de las suyas, al parecer, en el satélite de la tierra. Se forma un pequeño ejército de “inerciales” y se viaja hacia ese destino, pero al llegar comprueban que es una trampa para liquidar a los hombres más aptos en esa tarea. Y allí, en una explosión que le preparan sus adversarios, muere Glen Runciter.

Pero lo extraño es que, al volver a la tierra, los distintos “incerciales” que han sobrevivido comienzan a descubrir distintos mensajes del jefe muerto que les adelanta que la realidad está sufriendo una insólita regresión que trastoca todo. La mano derecha de Runciter, Joe Chip, a cargo de la compañía, comienza a sospechar que tal vez Runciter no ha muerto o que esta metamorfosis de la existencia ocurrida luego de aquella explosión es obra de un grupo de poder que ha logrado nuevos atributos para dominar el universo. Y, así, mientras sus otros compañeros van muriendo, él busca la única sustancia que lo puede salvar: el ubik. Dick a través de ese mundo alucinado y distópico metaforiza sobre las erosiones de las naciones sometidas a la tiranía de las grandes corporaciones, pero también sobre sus obsesiones metafísicas y religiosas que lo acosaron en sus últimos años. El libro, por la refinada maestría con el que ha sido escrito, produce, además del deslumbramiento por la imaginación de su autor, un auténtico disfrute por su capacidad para entretener al lector.