Merlo, un oasis en las sierras

Turismo

El destino turístico por excelencia de la provincia de San Luis que se caracteriza por sus bellos paisajes, sus silencios y su microclima. Ideal para el descanso, también ofrece opciones para la aventura.

Durante algún tiempo, Ciudad Villa de Merlo, tal su denominación oficial, fue uno de los secretos mejor guardados del turismo local, al que en principio accedieron puntanos (se encuentra a 190 kilómetros de la capital provincial), cordobeses (está a 250 kilómetros de la ciudad de Córdoba) y mendocinos (450 kilómetros la separan de la ciudad de Mendoza). Más tarde, un número creciente de bonaerenses y porteños (hay 780 kilómetros entre la Capital Federal y Merlo), enemigos de los inviernos helados y los veranos tórridos, empezó a hablar de este lugar, cuya primera descripción encerraba un concepto por entonces no muy difundido: microclima.

Con una temperatura media anual de 20 grados (de 18 a 33 en verano y de 4 a 17 en invierno), la presencia casi permanente del sol y un bajo porcentaje de humedad gracias a la barrera natural de las Sierras de Comechingones, que impide la llegada del aire húmedo del Atlántico, ese microclima caracteriza a Merlo y es uno de sus atractivos.  

Pero no solo eso. Además de ser el tercer microclima del mundo (después de Suiza y de California), la ciudad puntana, que ocupa el tercer lugar en el ranking de población de la provincia, con más de 17.000 habitantes, es también la de mayor calidad ambiental de la Argentina.

Por otra parte, explican los especialistas y difunden los cultores de la new age, su atmósfera contiene un nivel de ozono más elevado que la media. Esto hace que haya una mayor generación de radiactividad, que produce más altos volúmenes de óxido nitroso, un gas que al inhalarse provoca sensación de bienestar. Y además es una de las pocas regiones del mundo con altos niveles de ionización negativa, que produce un efecto energizante y estimulante.

Más allá de sus características climáticas y ambientales, la Naturaleza se expresa en Merlo con todo su poder. Sierras, montañas, quebradas, bosques, ríos, arroyos y cascadas conforman parte de su inventario natural, que puede visitarse e incluso disfrutarse desde los sectores más altos de la misma ciudad. Y en el casco urbano y sus alrededores, una variada oferta de alojamiento y gastronomía termina de convertirla en un destino turístico de excelencia.

 

Circuitos

 

Literalmente para todos los gustos, las propuestas de Merlo para los visitantes contemplan desde las necesidades de descanso absoluto hasta las de mayor actividad, con varias paradas intermedias, donde el paisaje siempre es protagonista. Parte de esta oferta está organizada en tres circuitos:

El Circuito Chico incluye el célebre Algarrobo Abuelo, un árbol de más de 800 años ubicado en Piedra Blanca Abajo, venerado por los pobladores originarios, los comechingones, y considerado hoy un poderoso centro energético que recibe a numerosos visitantes, especialmente para la caída del sol. Otro destino es Pasos Malos, un bosque de molles ubicado a 1.250 metros de altura, ideal para hacer trekking o cabalgatas. También Piedra Blanca, una pequeña localidad bordeada por el arroyo homónimo y límite con la provincia de Córdoba, a la que se considera el epicentro del microclima de Merlo. El Rincón del Este, el arroyo El Molino con su Salto del Tabaquillo y el Mirador del Sol, desde donde se puede disfrutar de una bella panorámica del valle del Conlara, completan el sector.

El Circuito Sur comprende atractivos como Cerro de Oro, un destino pintoresco en el que puede practicarse turismo alternativo. O Carpintería, considerado uno de los mejores lugares del país para la práctica de parapente, con pistas de despegue ubicadas a 1.700 metros sobre el nivel del mar. Unos kilómetros más al sur, Villa Elena y su impactante quebrada, con sus piedras rosadas, arroyos, saltos y frondosa vegetación autóctona. Completa el viaje el Parque Provincial Papagayos, pródigo en palmeras Caranday.

El Circuito Norte, de más largo aliento, arranca en Piedra Blanca. El periplo lleva al visitante a La Paz, un importante centro de acopio de hierbas aromáticas. Luego a Loma Bola, donde se celebra un popular Vía Crucis, y en el que hay casas de té con repostería europea, artesanías típicas y otras atracciones; Estancia Corralito, para hacer trekking, cabalgatas o paseos en llama, o degustar y comprar aceite de oliva de la zona. Luyaba y La Población son dos pintorescos pueblos serranos, y más al norte también Yacanto y San Javier.

 

Otros atractivos

 

Además de los circuitos, en Merlo y sus alrededores se pueden desarrollar variadas actividades al aire libre, entre ellas trekking, montañismo, tirolesa, parapente, mountain bike, recorridos en 4x4 y cuatriciclos, rappel, campamentismo. También hay pesca deportiva (en especial de truchas) en las zonas altas de las Sierras Comechingones. Otro atractivo de la región es el avistaje de aves, con unas 200 especies, entre las que se destacan los carpinteros negro y de lomo blanco, el águila mora, el zorzal colorado, el cóndor y el halcón peregrino. Y la fauna autóctona llama la atención de los visitantes, que pueden conocerla de cerca a través de safaris fotográficos en los que pueden contemplarse zorros colorados, gatos monteses, hurones, pumas, maras y huinas.

Por otra parte, hacia el noroeste de la provincia, en el Parque Nacional Sierra de las Quijadas, que comprende 150.000 hectáreas, la erosión generó formas increíbles en las rocas, que pueden apreciarse en toda su magnitud al atardecer. En este impactante sitio de tiempos inmemoriales se recolectaron más de mil fósiles.

Además de la contemplación de bellezas naturales infinitas se pueden visitar minas y canteras abandonadas, descubrir artesanías tradicionales en pequeñas poblaciones de pueblos originarios, degustar productos típicos de la zona, recorrer campos, estancias y establecimientos productivos. En fin, tener la oportunidad de poder mirar hacia afuera y también hacia adentro, en un entorno privilegiado, lejos del mundanal ruido y disfrutable durante todo el año.