Enamorarse es hablar corto y enredado

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Enamorarse es hablar corto y enredado. Dramaturgia y dirección: Leandro Airaldo. Intérpretes: Soledad Piacenza y Emiliano Díaz. Escenografía: Miguel Nigro. Iluminación: Luciana Giacobbe. Música y diseño de sonido: Silvia Vives. Vestuario: Alicia Macchi. Teatro Nun, Juan Ramírez de Velasco 419, Villa Crespo. Jueves a las 21 horas. Duración: 50 minutos.  

En la mínima galaxia de una plaza urbana, una imagen aproxima al espectador al posible inició de un amor, al leve y gradual estallido de la química de un atractivo que se empieza a expandir como una deliciosa y suave nube rosa sobre el corazón de dos personas. En un banco de ese lugar, a cuyas espaldas se ve un árbol pelado, como símbolo del desasosiego que en las almas provocan las estaciones más destempladas, dos seres se encuentran casualmente, chocan sin quererlo sus pequeñas soledades, acaso buscando, inconscientemente, el calor de la compañía reparadora. Ella es una muchacha de ciudad, el un hombre de campo que toma mate. Al verlo, la joven, que no es demasiado agraciada, duda y parece querer irse. Él se esfuerza y comienza una conversación: hablan de una mariposa que atraviesa el espacio próximo a ellos. Ella la ve finita como un papelito, él como un ser celestial que esparce sus colores y su etérea consistencia por el aire. El convite de un mate y la aceptación por parte de la muchacha dispara el diálogo y de inmediato la inaugural construcción de ese mágico vínculo que es el amor. Una construcción que se abre camino entre balbuceos, frases cortas y enredadas, palabras que no expresan siempre con precisión lo que quieren, pero detrás de las cuales empuja el aluvión del deseo, el eterno y nunca disuelto –aunque a veces muy golpeado- impulso de encontrarse.

       Con esta estructura simple, pero siempre sutil, el joven y talentoso dramaturgo Leandro Airaldo elabora un delicioso texto al que le sobra humor, ternura y sensibilidad, un cuadro de la vida cotidiana, pero mirado a través de una lente que amplifica los detalles de un proceso que supera siempre lo epidérmico. Es verdad que para lograr concretar esa intención cuenta con dos excelentes actores, como Soledad Piacenza y Emiliano Díaz, que a través de una composición cuidadosa y rica en matices  consiguen en escena transmitir ese encanto y hondura de sentimientos que el espectador tanto agradece. Enamorarse es hablar corto y enredado es un espectáculo se ofrece en el Teatro Nun uno o dos jueves más. Y a partir de febrero estará en el festival de nueva dramaturgia que realiza en Centro Cultural de la Cooperación. En ese mismo mes es probable que se reestrene también en el Camarín de las Musas. Una buena y nueva ocasión para verlo.

                                                                      A.C.

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