Las virtudes de la pastelería imperfecta

Gourmet

Una joven cocinera propone recetas simples pero contundentes para personas golosas.

A diferencia de los reposteros clásicos y tradicionales, que hacen de su tarea una especialidad que, además de sabores y texturas, busca una expresión estética, casi artística, hay una nueva generación que se toma el asunto de manera más relajada. Es el caso de Valentina Ramallo, que en su primer libro, Pastelería imperfecta (Editorial Planeta), apela a ingredientes y recetas que bien pueden horrorizar a quienes tienen un respeto reverencial por las preparaciones originales.

“Me gusta salir de lo clásico y abrir el juego a la creatividad. Hacer una pastelería diferente y accesible”, dice “Valu”, una porteña de 30 años que si bien tiene su título de cocinera recibida en el Instituto Argentino de Gastronomía (IAG), es en gran medida un producto de las redes sociales. Es que hace cinco años abrió en Facebook su cuenta Valentina: Viajar y Cocinar, y más tarde su perfil en Instagram, donde comenzó a compartir recetas de sus postres y tortas que combinan algo de la pastelería anglosajona con muchos ingredientes locales. Hoy tiene más de 300.000 seguidores, en su mayoría jóvenes y adolescentes. Desde el año pasado también conduce el programa Cucinare, que se emite por El Trece. Antes había protagonizado micros de recetas en Discovery Home & Health. 

Pastelería imperfecta ofrece más de cien preparaciones, entre las que se encuentran sus más populares –cookie cheesecake, chocooreo, chocondensa (ver receta)–, exclusivamente para golosos. Cada capítulo está organizado en torno a un ingrediente (dulce de leche, chocolate, etc.) o tema (celebraciones, meriendas, etc.). 

Chocondensa
Ingredientes: 
Para la masa sableé
250 g de harina 0000
125 g de manteca
100 g de azúcar
1 huevo
Esencia de vainilla o ralladura de limón
Para el relleno:
2 latas de leche condensada
200 g de chocolate semiamargo
6 yemas

Preparación
Arenar la harina con la manteca fría. Aparte, batir el azúcar con el huevo y la esencia o ralladura. Unir ambas preparaciones y formar una masa. Estirar la masa y cubrir un molde rectangular de 20 x 30 cm o uno redondo de 26 cm de diámetro. Pinchar la base con un tenedor y blanquear la masa en horno mínimo precalentado (150 °C) durante 20 minutos. Retirar y dejar enfriar. Colocar en una cacerola la leche condensada y el chocolate semiamargo picado. Calentar a fuego bajo mientras se revuelve con una cuchara de madera hasta que se derrita todo el chocolate. Este paso se puede realizar en el microondas: calentar 3 minutos abriendo cada un minuto para revolver la mezcla cada vez. Agregar las yemas, revolver bien y volcar la mezcla sobre la masa precocida. Cocinar en horno mínimo precalentado (150 °C) durante 25 minutos. Retirar y dejar enfriar antes de desmoldar. Decorar como quieras. Puede ser con crema chantillí, azúcar impalpable y nueces por arriba.