Raw food, la moda de comer todo crudo

Gourmet

No se trata solo de ensaladas. La alimentación viva se reclama como una forma saludable de nutrirse y también como una filosofía de vida.

En su programa de TV Sin reservaciones, el chef neoyorquino Anthony Bourdain recorre el mundo en busca de ampliar su universo culinario. En uno de esos viajes, en Australia, se cruza con la presentación de un libro de raw food (comida cruda, en inglés), al que considera ridículo porque es presentado como un libro de cocina, y la comida cruda, se enoja, no necesita ser cocinada. Sus defensores y difusores, en cambio, explican que consumir solo comida viva es una excelente forma de alimentarse, además de que implica no atentar contra el mundo animal, entre otros puntos de su filosofía.

Esta alimentación viva, en la que las ensaladas que consumimos habitualmente ocupan un lugar módico, consiste en comer alimentos que no fueron cocidos por el fuego ya que, explican, por encima de los 118 grados las enzimas que ayudan a la digestión pierden esa propiedad. Tampoco consumen alimentos procesados, pasteurizados u homogeneizados, pero sí aquellos que contienen bacterias vivas como yogur, kéfir o kombucha.

La alimentación viva tiene, a su vez, algunas variantes, tanto en términos de ingredientes permitidos y prohibidos, como en sutiles diferencias de filosofía alimentaria. Así, se puede hablar de raw food, life food, crudivorismo, crudismo, crudiveganismo, etc. En cualquier caso, esta tendencia de cocina sin cocción que gana adeptos en todo el mundo, la Argentina incluida, busca una alimentación sustentable y natural, para lo que evita someter a los alimentos a temperaturas que superen los 40 grados. El desafío, ahora y siempre, es lograr que esta alimentación genere, además, una sensación importante a la hora de comer: placer.