Entrevista a Alfredo Zaiat

Entrevistas

Licenciado en Economía y periodista especializado de Página 12, Alfredo Zaiat ha adquirido mucho prestigio en los últimos años debido a sus incisivos análisis sobre los temas específicos de su disciplina. Es también muy escuchado en el programa radial Cheque en blanco, que conduce los sábados por Vorterix Rock. FM 103.1, y visto como columnista económico de Canal 7. En una entrevista que le realizó Cabal se refirió al actual litigio con los fondos buitres y otros asuntos de jugosa actualidad.  

     Luego del impacto inicial que produjo la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de no tomar en su agenda el caso judicial en el que los fondos buitres litigan contra la República Argentina, dejando de ese modo en vigor la decisión de primera instancia del juez Thomas Griesa que daba la razón a los demandantes, a comienzo de julio el tema seguía provocando nuevas y variadas repercusiones, tanto en el país como en el mundo. Una vez conocida la determinación del máximo tribunal norteamericano, el gobierno nacional organizó con rapidez y muy buenos reflejos una estrategia para enfrentar el delicado trance en que lo colocaba esta situación, desplegando una intensa acción diplomática e institucional a nivel latinoamericano e internacional, que dio inmediatos resultados.


   En poco tiempo, Argentina logró el apoyo unánime de la Unasur, la Celac, el Mercosur, del G-77 más China (133 países de 197 que integran la ONU) y la aprobación por aclamación en la OEA de hacer una reunión de cancilleres para tratar el asunto, además de muchos otros respaldos que desataron un indudable revuelo en distintas  instituciones mundiales temerosas de que este antecedente genere implicancias y consecuencias de índole global y sistémicas en el plano de las reglas que rigen las relaciones jurídicas y de otra naturaleza entre los países. Entretanto, y mientras se esperaban los resultados de una próxima reunión entre una delegación de funcionarios y abogados del país con el letrado Daniel Pollack, designado por el juez Griesa el como mediador en la disputa con los fondos buitres, Revista Cabal entrevistó al periodista de Página 12 y licenciado en Economía, Alfredo Zaiat, a fin de tener la visión de un especialista sobre los eventuales efectos que esta emergencia podría tener sobre la marcha de la economía en el país.        

  
     Zaiat comenzó por admitir que la decisión de la Corte norteamericana de rehusarse a considerar el caso de los fondos buitres –lo cual fue una forma de apoyar su petición-, produjo un primer momento de zozobra e incertidumbre en el país. Y que a medida que vaya avanzando la situación, y queden cada vez más claras cuáles son las posiciones de los contendientes, habrá un sector que seguirá fogoneando esa incertidumbre y zozobra inicial para mantener un marco de mayor tensión en el país. “Pero eso no significa que la economía se vaya a derrumbar ni a frenar, sino que se moverá en ese marco –agregó-. Sobre todo en el sector externo y vinculado a la disponibilidad de divisas. La estrategia del gobierno era la de cerrar el frente de dificultades en el sector externo para tener mayor fluidez en el manejo de divisas y esto pone, sin duda, una piedra en ese recorrido. Pero no augura ningún derrumbe.”


     El también columnista de Canal 7 además afirmó que el juez Griesa no se animó a embargar. “Y no se animó porque la estrategia argentina lo sorprendió a él y a los fondos buitres. Ese dinero que se depositó en las dos cuentas del Bank of New York Mellon ya no es de Argentina. El país ya pagó a los acreedores.” Consultado sobre las opiniones que niegan esto, Zaiat añadió: “No sorprende que economistas que han estado siempre al lado de los endeudadores seriales y que se dedican mañana, tarde y noche a pronosticar el caos, echen dudas sobre la estrategia argentina. Ellos reinterpretan lo que dice o hace la Argentina en función de los intereses de los fondos buitres. Cualquiera que repase algunos diarios extranjeros podrá comprobar que hasta los analistas internacionales escuchan y leen la posición argentina en una sintonía mucho mejor que la de estos analistas a nivel local. Entonces, es claro que la Argentina pagó. No hay otra interpretación sobre lo que hizo el país. La posición oficial es tan transparente que ni el juez Griesa pudo embargar el pago, porque ese dinero ya es de terceros. Si lo hubiese concretado habría embargado a un tercero, lo que sería el colmo del absurdo, de la extravagancia.”


    ¿Qué ocurre mientras tanto con la actitud del Bank of New York Mellon de no distribuir esos fondos entre los acreedores? “El que está allí en falta por complicidad o  incumplimiento es ese banco, no es Argentina que cumplió. Desviar la atención sobre quien es el incumplidor es parte de la estrategia buitre. Hoy el que no cumple es el Bank of New York Mellon y por lo tanto deberá atenerse a las consecuencias de su incumplimiento. Ese banco no trabaja gratis, tiene un contrato como agente fiduciario de la Argentina de cumplir una misión: recibir la plata y distribuirla, si no lo hace está incumpliendo un contrato. Por otra parte, los acreedores de bonos emitidos bajo la ley inglesa –o sea una jurisdicción que no cae bajo la norteamericana- ya presentaron una solicitud al juez Griesa para saber si su orden de no canalizar los fondos depositados por la Argentina alcanza a sus títulos (225,8 millones de euros). La decisión de Griesa de bloquear la distribución de esos fondos excede sus funciones e invade jurisdicciones que le son ajenas. Hay como una sobreinterpretación de que él puede hacer y deshacer lo que quiera, porque así funciona el sistema jurídico estadounidense. Lo que habla de una concepción bastante colonial de pensar las relaciones internacionales.”


     En un artículo de fines de junio, Zaiat hablaba de la doctrina Champerty dentro del espacio jurídico norteamericano. Le preguntamos de qué se trata y nos contesta: “Es una doctrina consagrada en la Ley del Poder Judicial de Nueva York en la Sección 489 y que prohíbe la compra de deuda con el objetivo de iniciar reclamos legales en la jurisdicción de Wall Street, donde se dirimen conflictos sobre ley soberana. Ahora, si esa doctrina existe, ¿por qué no se aplicó? Resulta que esa doctrina la había aplicado el juez Robert W. Sweet, muy valorado entre sus pares, en un fallo donde le dio la razón a Perú en la demanda que había llevado adelante el Fondo Elliot, de Paul Singer, financista del partido Republicano, para cobrar el pago íntegro de una deuda que reclamaba al Estado de aquel país y que era mayor de la que recibían otros acreedores. Sweet desestimó el reclamo del Fondo Elliot en base a la doctrina Champerty. Ocurrido esto, se inició un fenomenal lobby de ese Fondo para lograr que la Cámara de Apelaciones diera marcha atrás con esa sentencia. Y la Cámara lo hizo, con un argumento tan absurdo como el que esgrime ahora el juez Griesa con el pari passu (igual trato), diciendo que el litigante no había comprado para litigar sino solo para cobrar. Pero para cobrar tenía que litigar. El fallo afirmaba también que el litigio era algo incidental, a pesar de que se habían dado una cantidad de pasos operativos y procesales que denotaban el interés de ir al litigio. Bueno, a estos niveles de absurdo puede llegar la justicia cuando se desvela por favorecer a las corporaciones.”


     La notable influencia que las corporaciones tienen en la justicia y en los partidos de los Estados Unidos es el resultado de la consolidación cada vez más clara de una elite ligada a los negocios financieros, aunque no solo a ellos, que en las últimas décadas, además de acrecentar en forma incalculable sus riquezas, ha incrementado también su poder en las esferas públicas y privadas. En lo relacionado con la concentración de la riqueza en esa elite hay un libro muy clarificador del economista francés Thomas Piketty, llamado El capitalismo en el siglo XXI. Le preguntamos a Zaiat, que escribió sobre el tema, si cree también que hay un nexo entre ese crecimiento económico y financiero y el desarrollo de una mayor influencia política. “Sin duda, está en el corazón de ese fenómeno. Piketty afirma que el incremento patrimonial de esas elites en el mundo es muy relevante y está por encima del crecimiento de la economía. Tendencialmente, esas elites acumulan cada vez mayores riquezas, y con independencia de cómo se repartan los frutos del crecimiento económico. Esas elites, que concentran cada vez más dinero, bienes y activos, se convierten en un capitalismo patrimonial y por lo tanto hacen de él un capitalismo hereditario. Eso a costa de una desigualdad cada vez mayor. Piketty dice que si se mantiene la tendencia a no cobrar impuestos sobre esas grandes fortunas (y una muestra de esa situación es la resistencia en Europa a la Tasa Tobin) y se acentúa esta situación, la economía del siglo XXI se parecerá cada vez más a las del siglo XIX, cuando las elites económicas heredaban las riquezas en lugar de obtenerla con el trabajo. Será una sociedad neovictoriana y clasista, dominada por la riqueza no ganada de una elite hereditaria.”


 Por último, conversamos con Zaiat de las perspectivas de la economía del país en los próximos meses y si pensaba que se habían superado las borrascas del verano. “Hoy la economía está mejor que en el último trimestre del año pasado y que en el primer trimestre de este año. –comentó-. Esta situación de los buitres le agrega un poco de ruido a un segundo semestre que estaba previsto sería más tranquilo y de recuperación. Pero es claro que se ha producido una desaceleración de la tasa de inflación, aunque sigue siendo una tasa alta. El empleo no se afectó, pero el nivel de actividad económica está resentido, sobre todo en la industria. Y aquello que se esperaba de un segundo semestre de recuperación está bajo interrogante, habrá que verlo. Habrá que ver también cuáles serán las medidas adicionales que tome el gobierno para seguir sosteniendo la demanda agregada del mercado interno. En estos días se anunciaron algunas medidas al respecto. Lo importante es que se mantenga una política de sostenimiento del empleo y de la demanda agregada, de la demanda interna, del consumo, de la inversión interna y del gasto público. O sea, que se siga dentro de las líneas matrices del actual proyecto.”

                                                                                                          A.C.