Entrevista a Paloma Herrera



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La prestigiosa bailarina argentina repasa su relación con la danza mientras planea publicar su autobiografía.

 

 

Primero lo hizo en Nueva York, después de bailar durante 25 años para el prestigiosísimo American Ballet Theatre. Y luego en el Teatro Colón de Argentina. La bailarina clásica Paloma Herrera había madurado durante un año entero su retiro de los escenarios y lo plasmó a lo largo de 2015. Ahora, a los 40 años e instalada en Buenos Aires, se dedica a enseñar mientras prepara su autobiografía.

La historia de Paloma es inescindible de su experiencia en Estados Unidos, donde se radicó sola y a los 15 años cuando fue contratada por el American Ballet Theatre de Nueva York. Cuatro años después fue promovida a Primera Bailarina, convirtiéndose en la más joven en alcanzar esa jerarquía en toda la historia de la Compañía. Desde entonces hasta su retiro, se mantuvo en la elite mundial de la danza clásica y recorrió el mundo entero mostrando su talento. Por eso, su despedida en el Teatro Metropolitan de Nueva York, el 27 de mayo de 2015, tuvo un leve trago amargo cuando en un principio le impusieron la obra del adiós: La Bella Durmiente. Disconforme, Paloma hizo valer su derecho a elegir otra pieza de despedida (Giselle). Pero al parecer su "rebeldía" tuvo un costo: en lugar de bailar en una noche de gala, la confinaron a un horario matinal y compartiendo función con el retiro de otra estrella como la cubana Xiomara Reyes. A ella, sin embargo, no le molestó tanto este último detalle como el primero. "Si es una matiné, si es una noche, si es una gala de apertura o de clausura, si hay fiesta o no fiesta... A mí esas cosas nunca me importaron. En una despedida uno está celebrando la carrera. Si hubiese hecho Bella durmiente y luego Romeo y Julieta o Giselle, yo encantada", declaró en aquel momento.

Menos intrincada fue su despedida en el Teatro Colón de Buenos Aires, donde a lo largo de su carrera ha representado obras como La Bayadera, la no tan grata La bella durmiente del bosque, Giselle, Don Quijote, El lago de los cisnes y El corsario, junto a Julio Bocca y otros grandes bailarines. Aquí también había ofrecido al público local el espectáculo El American Ballet Theatre con Paloma Herrera,  en la primera y única ocasión que esa Compañía se presentó en la Argentina. La despedida porteña fue en octubre del año pasado interpretando a Julieta en el clásico de Shakespeare Romeo y Julieta. Fueron cuatro funciones antes de emprender una gira de seis funciones por Rosario, Córdoba y Mendoza, acompañada por las primeras figuras y solistas del Ballet Estable del Teatro Colón, dirigido por Maximiliano Guerra.

Ya retirada, Paloma planea publicar en 2017 una autobiografía dónde seguramente contará los detalles de los hechos más trascendentes de su historia personal, cómo sus comienzos en la danza a los 7 años, su vida entregada a la profesión, las experiencias que vivió alrededor del mundo, las relaciones amorosas a distancia que caracterizaron su derrotero sentimental y las razones de un retiro que muchos han juzgado como prematuro.