Climaterio: mitos y realidades

Actualidad

Etapa de cambios en la vida de una mujer, es un proceso en el que se pierde la fertilidad, pero no la femineidad. Cómo afecta física, psicológica y sexualmente. Cuáles son los recursos que se pueden utilizar para transitarlo de la mejor manera.

De eso no se habla. O se habla poco. Y mal. Por empezar, climaterio no es sinónimo de menopausia. Están emparentados pero son diferentes. El climaterio es una larga etapa en la vida de la mujer, que empieza aproximadamente a los 40 años, e implica el paso lento y gradual de la etapa fértil, reproductiva, a la etapa no reproductiva, donde la mujer pierde la posibilidad de procrear. Por su parte, la menopausia se refiere al último período menstrual en la vida de la mujer. Es la última menstruación, que divide al climaterio en dos grandes etapas: la premenopáusica y la posmenopáusica.

Así lo explica la doctora Claudia Rey, médica ginecóloga, consultora en climaterio, especialista en endocrinología ginecológica, que entiende que la desinformación que suele haber sobre el tema lo convierte “más que en un tema tabú, en un tema de grandes mitos. Hay muchos mitos que giran en torno al tema del climaterio y la menopausia, como asociar a la menopausia con la vejez, con volverse menos femenina, menos sexy, menos atractiva, como que se termina la vida. Y en realidad no es así. Se pierde la fertilidad, sí, pero no la femineidad. Es una nueva etapa en la vida de la mujer, llena de grandes cambios, que la mujer debe conocer y debe informarse para aceptarlos y adaptarse”.

Respecto de la edad de la menopausia, explica que no hubo modificaciones en nuestro país, donde en promedio es a los 51 años, con una variabilidad normal de tres años, antes o después. Lo que sí se modificó es el efecto que produce: “El rol que desempeña la mujer actual en la sociedad, equiparando muchas veces al hombre en horas de trabajo y responsabilidades, impacta más en su salud en general, y esto a su vez en el climaterio”.

Sobre el modo en que influye en esta etapa de la vida de la mujer el hecho de ir perdiendo las condiciones de fertilidad, si como duelo o como liberación, la doctora Rey –vicepresidente de AAPEC (Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio), miembro de la IMS (Sociedad Internacional de Menopausia), Fellow del American College of Obstetricians and Gynecologists y periodista especializada en salud– señala que “depende de cada caso en particular y de cada paciente. Las mujeres que llegan a esta etapa con su familia completa, que han tenido los hijos que han querido o han podido, lo viven como una liberación, ya que se liberan del tema del temor al embarazo, del uso del método anticonceptivo y de los ciclos menstruales, que en esta última etapa son muy molestos, ya que suelen ser muy abundantes, hemorrágicos, incómodos y prolongados.  Pero hoy la maternidad se posterga, muchas mujeres recién piensan en buscar su primer hijo entre los 37 y los 40 años, y si no lo logran, en estos casos la pérdida de la fertilidad se vive más como un duelo, ya que la mujer nunca pierde las esperanzas de poder lograr su embarazo”.

Climaterio: mitos y realidades

Por otra parte, la especialista indica que toda situación conflictiva (ambiental, laboral, familiar, social, sentimental, etc.) que viva la mujer durante el climaterio y que le genere un estrés permanente, impactará desfavorablemente, agravando síntomas que ya pueda tener por su climaterio, como son los cambios anímicos característicos de esta etapa. ¿Y cómo afecta psicológicamente? ¿Se equipara de algún modo al síndrome del nido vacío, que mayormente es contemporáneo al climaterio?: 

 

 

 

“Los cambios hormonales de esta etapa generan cambios anímicos, hay mucha labilidad emocional, con tendencia a la tristeza, angustia, temores, que se suman al hecho de aceptar la ida de los hijos que han crecido y se independizan y dolor por las enfermedades de los padres viejitos y la pérdida de los mismos”.

 

Inconvenientes que tienen solución

Un tema clave en relación con el climaterio es cómo afecta la vida sexual de la mujer y, eventualmente, la de la pareja. Explica la doctora Rey que “muchas veces se ve afectada la sexualidad por los cambios que se producen a nivel del aparato genital femenino; hay sequedad vulvo-vaginal, que va en aumento a medida que se avanza en el climaterio, y esta sequedad, muchas veces severa, extrema, dificulta sus relaciones sexuales, generando gran incomodidad y dolor, por lo cual muchas mujeres empiezan a rechazar las relaciones, disminuyen el deseo sexual, y esto en una pareja estable acarrea inconvenientes. Por esto, es muy importante que el hombre se informe, comprenda estos cambios para poder entender a su pareja, y buscar la manera, junto con el médico de cabecera, el ginecólogo de confianza de la mujer, de encontrar el tratamiento justo que se adapte a sus necesidades y ayude a solucionar el problema”.

Sobre cómo tratar este inconveniente, señala que existe la Terapia Hormonal Local, para colocar en todo la zona vulvo-vaginal, a base de cremas, geles y óvulos con estrógenos que ayudan muchísimo a tratar y corregir el problema. Y sobre los tratamientos para el climaterio en general, dice: “En la actualidad estamos viviendo un reposicionamiento de la THM (Terapia Hormonal Menopáusica), ya que estudios científicos nuevos, de los últimos cinco años, han demostrado que si la THM es indicada en la llamada ‘ventana de oportunidad’ –esto es, el momento oportuno en el cual debe indicarse: antes de los 60 años o dentro de los 10 años de ocurrida la menopausia–, en una mujer sana los beneficios de este tratamiento (que tiene indicaciones precisas) superan ampliamente a los riesgos”.

Así, la terapia hormonal es el principal recurso terapéutico que se utiliza, en sus diferentes formas de presentación y vías de acceso a nuestro organismo. “Hay hormonas que se toman por boca en comprimidos, otras se aplican en geles de estrógenos en la piel de los brazos. O bien la terapia hormonal local, de aplicación vulvo-vaginal; esto según el caso y los síntomas particulares que refiera la paciente”. Finalmente, indica que “siempre asociadas a cambios en el estilo de vida, debemos recomendar junto al tratamiento médico las pautas higiénico- dietéticas, eliminando hábitos tóxicos (tabaco, sedentarismo, exceso de grasas, café, alcohol, sal) y reemplazándolos por prácticas saludables”.

 

Fotos: istock