Diez claves para recuperar el deseo sexual

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La falta de ganas de tener relaciones es un problema por el que atraviesan muchas parejas. Pero si se detecta a tiempo se puede evitar que termine en una gran crisis.  

La pérdida (o incluso la falta) de deseo sexual es de esos temas que nunca mueren. No es que no existan soluciones ni técnicas para superarla, pero como suelen decir en la televisión el público “se renueva”. Es decir, así como muchas parejas van encontrando la salida a un problema que atenta directamente contra la estabilidad del vínculo y pone en riesgo su continuidad, tantas otras están ingresando en ese callejón que nunca creían les tocaría visitar.

La cuestión de la falta de deseo sexual suele ser de gran interés para la ciencia y los investigadores. Muchos estudios tratan de indagar en los causantes de ese desinterés. Por lo general, las conclusiones no siempre son coincidentes. Sin embargo, donde sí parece haber cierto acuerdo es en que afecta más a las mujeres que a los hombres.  

Deseo sexual

Más allá de los números, que varían de acuerdo a cada investigación, desde la psicología y la sexología siempre se piensa más en un tratamiento particular de la cuestión. Andrea Gómez tiene un pie en ambas disciplinas y es la autora del libro “Sexualidad, pareja y embarazo”, dónde plantea que el abandono de las relaciones sexuales termina desgastando el vínculo de la pareja y que una vida sexual activa y placentera aporta beneficios tanto psicológicos como físicos. Consultada por Revista Cabal nos dio diez claves para entender mejor esta problemática.

 

 

Qué es el deseo sexual. “El deseo sexual no es algo natural, no es algo puramente biológico. Los seres humanos no nos vinculamos sexualmente por pura biología ni por necesidad física. La psiquis, las emociones y los afectos están todo el tiempo presentes, así como los prejuicios, los mandatos y los miedos. Y todo esto queda bastante reflejado en la forma o en la no forma de tener relaciones sexuales”.

A quién afecta más. “Es cierto que la falta de deseo sexual generalmente se presenta más en las mujeres, pero lo hace de otra forma. Mientras que en el varón suele aparecer con una disfunción sexual o con depresión, desgano y hasta enojo, en el caso de las mujeres se presenta cuando sienten que tienen derecho a tener algo más de placer, a disfrutar de otra forma, pero también muchas veces por la exigencia de sus parejas. Es decir que en la mujer cuando surge el problema es más por la demanda del varón que quiere y que ella supuestamente no quiere”.

Cómo surge. “La falta de deseo sexual o el deseo sexual inhibido se considera también una disfunción sexual. Y lo que uno ve es que los motivos son múltiples. Si uno viene de una depresión, angustiado por algo o tan lleno de preocupaciones que su cabeza no puede parar de pensar en cosas y no puede conectarse con el placer y las sensaciones, posiblemente no va a tener ganas de tener sexo. Se va a sentir exigido, frustrado o que frustra a la otra persona. O tal vez se esquiva el sexo para evitar un mal mayor: maltrato, violencia, frustración”.

El aburrimiento. “En las parejas la consulta a veces se da porque tal vez se llevan muy bien pero no le han encontrado la vuelta para seguir divirtiéndose con el sexo. Cuando uno está muchos años y mucho tiempo con alguien, si no le busca la vuelta y le pone un poquitito de sabor y de color el sexo puede terminar resultando aburrido. Y a veces uno por aburrimiento deja de tener ganas”.

Los estereotipos. “En los talleres que hago se ve muy claro el chiste fácil de que el varón quiere y la mujer no. Está muy instalado. Hay como un estereotipo de roles ahí, como que el que tiene derecho al sexo y al placer es el varón y la mujer está para los hijos. Entonces te encontrás con mujeres de más de 40 que tal vez han perdido el deseo sexual hace mucho tiempo o es algo que no contemplan para su vida, pero genera conflictos porque el marido quiere. Generalmente la consulta empieza por ahí: él está enojado porque ella no tiene ganas. No tanto porque ella sienta sus no ganas como un problema. Y parte de la terapia es que esa mujer o ese varón, depende el caso, entienda que el tener ganas o el estar conectados con su sexualidad de una manera sana es parte de la vida y es saludable para la psiquis, para el cuerpo y para los vínculos”.

La falta de deseo en la mujer. “Muchas mujeres, que han tenido sexo y siguen teniéndolo para cumplir con los deberes maritales, lo viven con poco placer, poco disfrute y poco permiso para decir lo que quieren y lo que sienten. En aquellas parejas donde empieza a surgir la crisis y la pregunta sobre esto, es donde está la gran oportunidad para hacer las cosas de otra manera y cambiar. Pero también hay otras que no se lo plantean, no lo exponen y no se lo dirían a nadie. Y entre las pacientes jóvenes, las que van por los 30, lo que se ve es que muchas están ocupadas con otras cosas o trabajando mucho o con proyectos o que no han encontrado la pareja adecuada”.

La falta de deseo en el varón. “En el caso de los varones a veces la falta de deseo sexual tiene que ver con un estado depresivo, con sentirse desvitalizados, con no poder afrontar los cambios de la edad y del cuerpo. El varón, que tiene el mandato de funcionar siempre bárbaro, a veces desconoce que hay ciertos cambios, que son naturales y normales, que se van a ir presentando y no se sabe acomodar a ese nuevo ritmo. Entonces se empieza a desesperar y tal vez también pierde el deseo sexual. Puede pasar que tenga dificultades en la erección o en el control eyaculatorio y que eso se presente como falta de deseo sexual. Y en realidad lo que no quiere es llegar a esa situación de tanta frustración”.

Cómo se enfrenta. “Hay que tratar de rastrear cómo fue la sexualidad de esa persona durante toda su vida, qué educación recibió, qué concepto tiene de la sexualidad, cómo se relaciona con su propio cuerpo, con su propio placer, y en el caso de las parejas cómo se da esa interacción. Lo que más sirve a la hora de pensar el tema del deseo sexual es entender que somos seres humanos, que tenemos una psiquis, un inconsciente, una historia, Y que también tenemos una forma, un patrón de relación con nuestro cuerpo y una posición frente al placer y a los permisos para el placer. Entonces claramente cuando alguien consulta por la falta de deseo sexual hay que rastrear bastante”.

Las sesiones psicoterapéuticas. “En las entrevistas psicoterapéuticas y con el enfoque sexológico lo que uno va tratando de encontrar es cuál es la causa, cuándo empezó, por qué, qué es lo que la persona puede decir sobre eso y qué siente con lo que le pasa. Así uno puede ir armando una especie de diagnóstico y a partir de él ver de qué manera se puede intervenir. En parte se hace con la palabra, pero también con recursos, con técnicas, con ejercicios, con entrevistas vinculares de pareja. En las sesiones muchas veces hay como un reaprendizaje o un reacomodamiento de qué es el sexo para esa persona”.

Claves para un sexo más saludable. ”Conversar mucho en el ámbito de la pareja, plantearse qué quieren, darse el permiso para que las cosas puedan cambiar. Entender que en una pareja el sexo es la columna vertebral. Lo que nos diferencia de nuestros parientes, lo que nos hace parejas es que hay sexualidad genital y placer sexual. Y si no pueden encontrarle la vuelta no demorar una consulta psicoterapéutica con alguien que tenga especialidad en sexología. No avergonzarse y pedir ayuda. No seguir esperando que los laboratorios fabriquen la pastilla porque el deseo no viene de afuera sino de adentro”.

 

Fotos: Shutterstock