El amor después del amor

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Madres que se unieron para ayudarse. Perdieron a sus seres más queridos en hechos de violencia. Hoy se acompañan y lo asisten a otros que necesitan asesorarse para llegar a la justicia. Ejemplos de amor. Madres del dolor.

Hasta el 30 de abril del 2002, Viviam Perrone se sentía una mujer parecida a muchas otras: cuidaba de sus hijos –Kevin, Eric y Yael-, de su casa, se consideraba una persona afortunada. Ese día, por la noche, su vida cambió de un momento para otro, sin preaviso y para siempre, con la contundencia de un golpe irreparable. Cuando volvía de bailar, e intentando huir de una patota que pretendía asaltarlo, su hijo Kevin, de 14 años, fue atropellado por un auto.
El conductor del vehículo, Eduardo Sukiassian, tenía entonces 20 años, y también volvía de salir junto a sus amigos.  Tras el accidente huyó sin siquiera preocuparse por averiguar la dimensión del daño que había provocado. Kevin agonizó una semana y finalmente murió, el 8 de mayo.
El marido de Viviam murió de un infarto una semana antes de que empezara el juicio que terminó con la condena de Eduardo Sukiassian a tres años de prisión efectiva. Después del juicio, la defensa presentaría un recurso de morigeración, que le sería otorgado, por lo que Sukassian obtuvo el beneficio de la libertad. 

Kevin tuvo menor suerte. La camiseta de fútbol que vestía cuando salía a jugar con los amigos cuelga por estos días, en el living de su casa, enmarcada junto a un poema que le escribieron sus compañeros. 
Frente a semejante pérdida, Viviam podría haberse quedado estancada en el dolor. Nadie puede saber cómo reaccionará ante un hecho parecido. Sin embargo, se propuso encontrarle algún sentido a esa espantosa angustia. Necesitó que la ausencia de Kevin tuviera un destino mejor que el lamento, y pudiera servir también a otros padres sumidos en la mayor de las tristezas. Así nació Madres del dolor, una agrupación que acompaña a quienes han atravesado situaciones similares y apoya las causas que considera útiles para evitar más muertes como las de sus hijos. “Pienso que la justicia es extremadamente lenta”, explica ella.  “Por otro lado, es terrible que uno tenga que acudir a los medios. A mí me escuchan, pero a otros no. Por eso yo me encargo de defenderlos y ayudarlos como puedo. A la vez, si puedo hacerlo, es porque hay fiscales y jueces que valen la pena, lo cual te da la esperanza de que se puede cambiar”.

En el camino, Viviam se encontró con otras madres, como la de Lucía Yaconis, asesinada en un intento de violación. Muchas otras madres que habían perdido a sus hijos en forma accidental o arbitraria, en circunstancias de diferentes características pero tan dolorosas como la suyas. Esas madres se unieron en el dolor. Y en la lucha. No querían que otras mujeres y otros hombres tuvieran que vivir lo que a ellas les había tocado atravesar.
Juntas lograron, por ejemplo, que las picadas de autos, que antes sólo se castigaban con una multa por exceso de velocidad, pasaran a ser un delito penal. También que muchas causas cerradas o cajoneadas se reabrieran, y acompañar a las familias –incluso las de menos recursos- que sufren muertes violentas y no tienen medios para defenderse o no saben cómo manejarse frente a esa situación.

Madres del Dolor no forma parte de ningún partido político. Su único propósito es actuar en función de lo que las víctimas precisan para atravesar y llegar a superar de la mejor forma posible, lo que les tocó vivir. La asociación tiene como objeto la consecución de trabajos de interés público general, la promoción de la participación de municipios y foros vecinales y la prestación de asistencia personal, jurídico-legal y psicológica a las víctimas y familiares de hechos de violencia en todo el país. Además propone, desde el debate, el tratamiento de temas concernientes a la seguridad ciudadana, tendiendo a la implementación de políticas de prevención y de disuasión delictiva, brindando charlas y seminarios, que apuntan a la generación de conciencia general.
“En Madres de Dolor trabajamos lo mejor posible, ponemos todo nuestro sentimiento, nuestra alma, lo hacemos en honor y en nombre de nuestros hijos”, explican sus responsables. “Siempre decimos lo mismo, quisiéramos muy pronto tener que cerrar esta casa y que no tenga que existir más nuestra asociación, porque esto nos estaría diciendo que no hay más muertes violentas ni impunidad. Pero lamentablemente hoy aún hay mucho dolor, por eso nuestro trabajo es muchísimo."

El pasado 9 de septiembre el intendente de Vicente López, Enrique García, y Perrone, firmaron un acuerdo para que el municipio le entregue un inmueble para ser utilizado como sede de las madres. "Esta casa nos va ayudar realmente", comentan ellas. "Desarrollamos nuestra labor poniendo mucho de nuestros bolsillos; ahora, podremos destinar esos fondos que nos ahorraremos del alquiler y los servicios, en peritajes y acciones que directamente aporten a un mejor trabajo por nuestra parte. Es reconfortante ver que nos ayudan y ayudan a ser más transitable nuestro dolor y el trabajo con el dolor de otros”.

 

Contacto
Asociación “Madres del Dolor” Teléfonos: 4953-3412 / 4953-3482
www.madresdeldolor.org.ar
Tanto en el campo legal como en el campo psicológico hay lugar para aquellos profesionales que desinteresadamente quieran colaborar con la Asociación Madres del Dolor. Si luego de esto, alguna persona desea colaborar en forma económica puede hacerlo en la Cuenta Corriente especial  Nº 0016977/2. del Banco Ciudad, Sucursal 15. Barrio Norte.
La entidad tiene como finalidad promover y consolidar la efectiva prestación de Justicia, brindar servicios de asistencia y contención integral a victimas y familiares de hechos de violencia y constituirse en un foro de defensa de los derechos y de la seguridad ciudadana.

 

LAS MADRES DEL AMOR, de León Gieco

Enarbolando dignidad
sobre pueblos vencidos,
abriéndose caminos entre sueño y horror,
van pariendo mucha más vida
de la que se truncó.
Por siempre joven nos mira la foto de ayer y hoy.
Y mañana seguirán con fuego en los pies
quemando olvido, silencio y perdón.
Van saltando todos los charcos
del dolor que sangró,
desparramando fe, las Madres del Amor.
Muchos son los santos que están
entre rejas de Dios
y tantos asesinos gozando de este sol.
Todos los gritos rebotarán
entre los años sin voz.
Silueta y catedral, campanas y reloj.
Y mañana seguirán tapándole los ojos
al cielo para que no vuelva a llorar.
Van cruzando este destino,
entre ignorancia y valor,
luz en la oscuridad, las Madres del Amor.

 

(Este tema, incluido en el CD Bandidos rurales, fue interpretado en vivo en el recital de la Expo Rural del 17 de agosto de 2003. León lo dedicó a las Madres de Plaza de Mayo, las Madres del Dolor de Santiago del Estero y las Madres de las víctimas del “gatillo fácil”.)