El bordado está de moda

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Una práctica que trasciende las modas y resiste el paso del tiempo: hoy es  practicado por un público joven que asiste a talleres, compra packs, tutoriales y produce –y muchas veces vende- piezas únicas que elabora en momentos de relax. Revista Cabal conversó con dos de sus impulsoras locales.

El arte del bordado posee una larga historia que data del siglo XVI, cuando nació, ligado al mundo de la moda. En la actualidad atraviesa un momento de resurgimiento en la Argentina: no sólo se consumen productos bordados –vestimenta, tapices, centros y caminos de mesa, almohadones etc.-, sino que proliferan los cursos donde se enseña a bordar para realizar piezas únicas. De este modo, se resignifica una técnica del pasado para producir, en presente, objetos con nuevo valor.

La técnica del bordado va ganando protagonismo al punto de que, por ejemplo, se realizan muestras en las que las bordadoras exponen sus obras realizadas, reforzando la faceta artística de esta práctica.  El bordado se ha extendido entre los jóvenes, ya no es la tradicional actividad de las abuelas: muchas chicas buscan bordar en el marco de una época en la que la vida moderna las somete a presiones constantes; sin duda es un buen método para relajarse, al tiempo que producen sus artesanías y a su vez pueden compartir con frecuencia espacios de intercambio. Incluso hay quienes asocian esta práctica a algunas formas de meditación, ya que el bordado permite que “la mente descanse”, a la vez que estimula la creatividad. En ese lugar, que en otros tiempos ocupó el tejido, hoy reina el  bordado, que ya tuvo otros tiempos de esplendor.
Al mismo tiempo, la estética del bordado es reconocida también por los grandes diseñadores que rescataron la técnica en sus creaciones y la llevaron a las pasarelas.

María Paula Caradonti, es artista plástica, dirige Tienda Caradonti, y desde  hace años vende diseños a empresas para que los utilicen en sus productos. “Inicialmente yo sólo proveía a terceros, pero luego eso me motivó a hacerlo luego de forma independiente y lograr que mi arte esté al alcance de todos”, comenta a Revista Cabal. Su propuesta  incluye la venta de kits de bordado: “Decidí crear los packs, para que mi arte esté al alcance de todos. Básicamente, los kits son cajas que contienen todos los materiales y vienen con un tutorial para que cada uno pueda aprender desde su hogar las diferentes técnicas, entre los cuales está el Pack de Bordado Mexicano, que es furor para Tienda Caradonti, y  también están los Packs de Mosaiquismo y de Papel Calado, todos basados en mis obras y diseños exclusivos.” También, Caradonti, ofrece talleres en los que transmite el oficio: “Estudié en la Prilidiano Pueyrredon, escuela de Bellas Artes, es inevitable que mis talleres tengan una inclinación artística. Por ejemplo, en el seminario de Bordado nos tomamos un tiempo para desarrollar el diseño y la composición previa. Son clases intensas, donde tras tres horas las alumnas se llevan mucha información para seguir trabajando en sus casas. No hace falta experiencia previa y siempre los materiales están incluidos.”
La satisfacción del trabajo artesanal, tanto para quien lo observa como para quien lo produce, genera un valor extra en los objetos, en la era de la producción en masa. Dice Caradonti: “En estos tiempos tecnológicos y de mucha velocidad, volver a las tradiciones femeninas y las labores manuales permiten conectarse con uno mismo y acceder a un estado de paz interior. Hacer trabajos con nuestras manos da una satisfacción enorme.”

  Johana Bruno Sosa dirige, por su parte, Noctiluca una tienda en el barrio de Belgrano que ha valorado lo artesanal desde sus orígenes, “Desde el comienzo, en el local vendimos productos artesanales, hechos por productores amigos y familiares, entre ellos mi padre (telarista) y mi hermano (orfebre). Paso a paso, fuimos contactando a distintos artesanos y agregando productos que nos resultaban interesantes y originales. Es así que llegamos al bordado, sobre todo a partir de un viaje que hice con mi marido a México, donde nos maravillamos con la técnica y el colorido de los que hacen allá. Hoy por hoy, trabajamos con bordados de diferentes partes del mundo e incluso tenemos producción propia de algunas prendas bordadas”, cuenta Johana.

¿Qué es lo que atrae tanto del bordado? Para ella, “en los últimos años la gente ha aprendido a apreciar las prendas y productos artesanales y cuidados, de calidad. Resulta atractivo el colorido y la posibilidad de tener un objeto único e irrepetible, más allá de que hoy se inscriba en los marcos de la moda, porque incluso grandes diseñadores lo han incorporado en sus trabajos. En cuanto a la ropa, los clientes optan mayormente por las blusas y casacas bordadas, pero sobre todo lo que viene creciendo mucho en este último tiempo son los artículos bordados para decoración del hogar.”

Para Caradonti el atractivo también se liga a la simplicidad y a la belleza: “El bordado mexicano es una técnica fácil, que cualquiera puede realizar; en pocas horas logras un trabajo único, muy delicado y hermoso. Los colores llamativos resaltan y transmiten alegría. El clásico es el almohadón, y el pie de cama, pero con los packs la gente puede hacer trabajos súper variados, desde individuales, fundas de almohadas, cortinas, toallas y cuadros para colgar.”

El valor del bordado como parte de la moda posee la capacidad de enaltecer las prendas de una manera distinta. Las prendas transmiten así el gusto por cierta estética que incluye el color, el hilado en relieve y los diseños únicos: se trata de una moda que se vuelve arte.

¿Te gusta bordar? ¿Te atrae la idea de probar esta técnica?