Encuadernación artesanal, revival de un antiguo arte

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La encuadernación es para algunos una forma de ganarse la vida a partir emprendimientos que pueden tener base en el hogar, y para otros una forma de utilizar cuadernos, álbumes de fotos y agendas que recuperan el valor de lo artesanal y combinan calidad y diseño. 

En el mundo digital, cuando la impresión industrial domina ampliamente el mercado de los libros, la encuadernación artesanal no sólo tiene vigencia sino que además está de moda. El arte de la encuadernación y el diseño personalizado son actualmente motivo de convocatoria, tanto en talleres especializados en donde los alumnos –en su mayoría mujeres- aprenden los trucos de la buena encuadernación, sino también de numerosos emprendimientos que ofrecen modelos exclusivos de cuadernos, libretas, agendas, de lo más variados, en cuanto a forma, motivos, colores y tamaños.

  Ibuki Encuadernaciones, por ejemplo, es un emprendimiento de encuadernación que nació como un pasatiempo y con el tiempo se convirtió en una mini empresa que enorgullece a sus impulsoras, Cele Weber y Eduardo Masotto. Él se encarga del diseño e impresión de los interiores y el refilado de los mismos y ella del plegado, la costura, el diseño de tapas, la encuadernación. “Para nosotros, los detalles son lo más importante, por eso mismo personalizamos cada producto como el cliente lo desee”, explican, consultados por Revista Cabal. “Contamos con gran variedad de telas y papeles y para la realización de nuestros productos utilizamos papel bookcel de 80 gramos color ahuesado y cartón capa de 2 mm para asegurarnos de que el producto sea firme y resistente. Entre nuestros productos pueden encontrar cuadernos lisos y rayados, libretas, agendas, recetarios y cuadernos de viaje. El secreto de una buena encuadernación es tener paciencia, dedicación y amor por lo que hacés”, aseguran.

 Los responsables de Encuadernaciones Candombe explican, por su parte, que “lo más importante para una buena encuadernación es poder administrar los criterios técnicos, sensoriales y estéticos para que el libro cumpla con la función de preservar y comunicar acorde a las necesidades. Algunos de ellos son: saber elegir la tela más adecuada, el adhesivo más conveniente, evitar la absorbencia del papel y posible deformación, conocer las propiedades de los materiales a utilizar, manejar adecuadamente la distribución de fuerzas en las bisagras, conocer los sistemas y estructuras de libros, entre otros. Todo esto, acompañado de un trabajo dedicado y prolijo.” Este emprendimiento también surgió como un proyecto pequeño y hoy está en pleno crecimiento. “Apostamos al trabajo artesanal e independiente, porque creemos que desde allí pueden generarse productos con mayor valor agregado y un mundo de trabajo más libre. Ojalá muchos puedan descubrir el valor del trabajo artesanal”, proponen.

  Entre los talleres -en alza- que funcionan en Capital Federal, Carolina Podestá Encuadernaciones ofrece la enseñanza de una técnica artesanal y artística personalizada, en base a una amplia gama de técnicas y materiales a disposición del alumno que se utilizan para concretar los proyectos más variados: un álbum de boda original, vestir de nuevo un libro querido, una caja elegante para su obra, una edición especial o un libro-objeto, desde el diseño de una pieza única hasta la producción de una edición limitada. “La innovación de este servicio reside en el uso de técnicas y valores tradicionales, propios del artesano encuadernador combinados con la calidad, prestigio y un diseño exclusivo”, define ella, consultada para esta producción. En la actualidad ofrece talleres de formación para algunas organizaciones y clases regulares en su taller particular ubicado en el barrio de Palermo (cpencuadernaciones@gmail.com).

  Están también quienes, además de encuadernar, saben restaurar viejos libros. Es el caso de Piola Encuadernaciones, un emprendimiento que le escapa a la producción “industrial” y reivindica el valor de los detalles. “Nos sumergimos de lleno en el arte que es crear un cuaderno o recuperar un libro  para que al tenerlo en las manos, el usuario pueda sentir el amor que ponemos en lo que hacemos”, cuentan ellos. “Cada paso es esencial para lograr un buen trabajo. Valoramos la atención en la realización y los detalles, pero más que nada nos gusta que se note que esto es artesanal, que las manos de quien lo hizo tocaron cada parte del cuaderno que eligió quien se acerca a nosotros, ya sea un diario de viaje, un recetario o un cuaderno liso: que no es algo mecánico sino algo que desborda pasión y amor por lo que nace de uno. Esperamos transmitirlo”.