Fito Páez: dar es dar

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El cantante, una de los mayores referentes de la cultura popular argentina, ha dado muestras, en los últimos años, de su vocación solidaria. Su última iniciativa, beneficia a las víctimas de la tragedia de Rosario, a quienes destinará las regalías de su nuevo disco por un período de dos años.

   “Aunque no haya nadie cerca o lejos, yo vengo a ofrecer mi corazón”, canta Fito Páez en uno de sus temas más conocidos, y la frase no es sólo un arranque poético sino más bien una declaración de principios. A lo largo de su carrera, y en múltiples y variadas oportunidades, ha impulsado actividades solidarias no sólo en nuestro país sino también en América Latina.
   Su último acto solidario fue anunciado en agosto de este año: las ganancias obtenidas por la venta de un álbum de canciones inéditas serán destinadas a las víctimas de la explosión de Rosario ocurrida en el edificio de Salta 2141 de dicha ciudad. El disco se llama “Dreaming Rosario” y todas las regalías que recaude por el período de dos años serán donadas a  quienes sufrieron la pérdida de sus hogares en la trágica explosión.


  En abril de este año, el cantautor rosarino también había participado cerrando un megafestival solidario para las personas damnificadas por la inundación de la ciudad de La Plata. El recital tuvo lugar en los bosques de Palermo y entre otros participaron, La Bersuit, La Franela, Divididos, Catupecu Machu, Tan Biónica y Massacre. Se logró recaudar el equivalente a cinco camiones de 28 toneladas de capacidad en donaciones.


  Su postura frente a la adversidad de los otros no es algo nuevo en la vida del cantante. Allá por diciembre del año 1993, Paéz dio un recital en el estadio Vélez Sarsfield para 60.000 personas. La ganancia que debería haber cobrado fue donada íntegramente a Unicef Argentina para que así llegara a miles de niños y niñas de nuestro país. Esos niños en situación de pobreza podrían ser los protagonistas de su canción “11 y 6”, en la que cuenta la historia de dos chicos que venden rosas por la calle. Así demostró una vez más que lo que canta y denuncia en sus temas es, de algún modo, una práctica de vida, son  acciones que ayudan a quienes más lo necesitan.


  Eduardo Bustelo Graffigna, quién fuera director de Unicef Argentina, cuenta en una nota que en aquel momento -93’- explicó a Fito Paez cuál era el procedimiento a seguir: cada vez que se recibía una donación cuantiosa como la que él había dado, se informaba al donante qué se hacía con ese dinero. A eso Fito contestó: “Señor Director, yo me he beneficiado mucho este año con el apoyo del pueblo argentino a mi obra musical y quiero devolver aunque sea en parte, a los niños y niñas argentinos, todo lo que he recibido. No necesito que me mande ningún informe.”
En noviembre de 2007 su compromiso se trasladó a Perú. Junto a otros artistas participó en un recital a beneficio de las víctimas del terremoto que había azotado a la ciudad de Lima en agosto de ese año. Junto a Fito participaron, entre otros, Alejandro Sanz, David Bisbal y Raphael unidos por una causa común.


  Estos son apenas algunos ejemplos que demuestran que la actitud que Fito Páez ha sostenido a lo largo de su carrera de manera ininterrumpida es mucho más que una postura artística: es un compromiso real. Hay acciones que revelan la verdadera esencia de quién las concreta, mucho más que mil palabras que pudieran describirlo. Hay acciones que prueban que vivir para los otros es también una forma de la dignidad.