Hidratación

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Las altas temperaturas de verano aumentan la pérdida de líquidos corporales, que debe compensarse con una mayor ingesta de agua, jugos, verduras y frutas. Cuáles son las ventajas de mantenerse hidratado y cuáles los riesgos de no hacerlo. Tips para niños y ancianos.

Nuestro cuerpo es agua, en una proporción mayor al 50% (un dato curioso es que el hombre tiene un 5% más de agua que la mujer). Eso explica la necesidad de hidratarse –reponer líquidos- en épocas de altas temperaturas.
La hidratación ayuda a regular la temperatura corporal, facilita la digestión, diluye líquidos corporales, aporta lozanía a la piel y facilita el transporte de nutrientes en el organismo. Los riñones funcionan mejor, cuando el líquido no falta y, lo principal: un cuerpo hidratado es un cuerpo con mayor esperanza de vida.
En el verano, las altas temperaturas obligan a hidratarse para mantenerse saludable. Se necesitan alrededor de tres litros de agua diarios, cuya proporción puede repartirse entre la ingesta de agua y los alimentos que se consumen. Alrededor de litro y medio, lo proporcionan entre 6 y 8 vasos de líquidos. Muchas personas se aburren de tomar agua y su falta de sabor la hace poco atractiva. Para ellos, lo ideal es reemplazarla por jugos de frutas y refrescos (aguas saborizadas, bebidas isotónicas, etc.), más que con gaseosas que, al igual que el alcohol, merman la hidratación corporal (el alcohol no es recomendable para paliar la sed, por grande que sea la tentación y llegado el caso se puede optar por la cerveza o sidra sin alcohol). Otra opción para quienes buscan sabores fuertes y energizantes es el café expreso con agua y hielo, o el té helado con limón.  Para preparar en los días de gran calor es el tereré, bebida refrescante que importamos de los guaraníes (uno de sus orígenes parece haber sido la Guerra del Paraguay;  donde para no ser delatados por las fogatas, los soldados paraguayos prefirieron tomar el mate frío), y se puede preparar con yerba con palo y jugo de pomelo (en recuadro la receta).

La otra gran fuente de hidratación son los alimentos de verano, que aportan el otro litro y medio de agua necesario.  Frutas y verduras tienen un alto contenido de agua, aproximadamente el 85% de su peso es agua, así como la carne y el pescado poseen entre un 50% y un 70% de agua.  La sandía y el melón son las vedettes del verano, con un contenido de agua de un 92% y 90%. Cuidado con algunas frutas tentadoras como las cerezas y ciruelas, que son muy calóricas (70 calorías cada 100 gramos, mientras que la pera tiene 49,9, por ejemplo) aunque tampoco es para dejarlas por completo de lado porque son una excelente fuente de potasio y fibra.
Un consejo es salir a la calle, provisto siempre de una botellita de agua, para estar abastecido en caso de no encontrar un bar o un quiosco adonde hidratarse o hasta para ahorrar en bebidas en caso de tener sed de improviso.

Para los que hacen ejercicio físico durante el verano los cuidados se incrementan. A través del sudor no sólo se elimina agua sino sales minerales, de aquí que se recomiendan las bebidas isotónicas o también llamadas deportivas (aquellas que incluyen bajas dosis de sodio, azúcar o glucosa, potasio y otros minerales). Los componentes de estas bebidas ayudan a la absorción del agua y no deben ser confundidas con bebidas energizantes, ni con bebidas estimulantes porque no contienen sustancias estimulantes.

 

Asimismo la edad requiere de cuidados especiales para la hidratación. En el caso de los niños, suelen olvidar beber con asiduidad y cuando lo hacen es casi siempre gaseosas. Por eso, habrá que incluir en el menú diario muchas frutas y verduras para ayudarlos a estar hidratados. La tercera edad también se puede ver afectada por el gran calor. Ya que en ellos el mecanismo de termorregulación corporal se altera y suele disminuir la sensación de sed. De manera que no deben esperar a tener sed para hidratarse. Por otro lado, si quieren evitarse las molestias del tener que levantarse a orinar repetidas veces durante la noche, se aconseja que beban más líquidos durante la mañana y primeras horas de la tarde y reduzcan la ingesta en la medida en que se acercan a la hora de acostarse.

Los síntomas de deshidratación leve suelen ser la sed, la piel seca y caliente, disminución del volumen de orina y mayor concentración de color amarillo oscuro, mareos que se agravan al pararse, debilidad, calambres en brazos y pies, ausencia de lágrimas en las conjuntivas, dolor de cabeza, aumento de la frecuencia cardíaca y boca y lengua seca. Ante estos síntomas lo ideal es tomarse un tiempo de reposo e hidratarse con bebidas deportivas; caso contrario, de empeorar la situación con baja presión, agitación o desmayo, se debe acudir al médico de forma inmediata, que hidratará por vía intravenosa.

Aunque pueda preocuparnos la hidratación, el tip para pasarla bien es cambiar la preocupación por el placer de los sabores y sensaciones tropicales. ¿Quién dijo que el verano no se hizo para disfrutarlo?

RECETA DEL TERERÉ LITORALEÑO
(Propio de los isleños de Santa Fe y Entre Ríos, y de Corrientes)

En una jarra:
En 1 litro de agua helada, se prepara jugo de pomelo común o rosado (también puede utilizarse jugo de naranja).

En el mate:
Es fundamental colocar un cubito de hielo en la base del mate y luego cubrir de yerba con palo.

Entonces, se procede a cebar.