Lecturas de verano: qué leen los argentinos

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La temporada de verano invita a descansar y a realizar actividades que durante el año a menudo se postergan por falta de tiempo. La disminución de obligaciones laborales, en ese marco, permite a muchos retomar el hábito de la lectura. La mayoría de los veraneantes -tanto aquellos que buscan disfrutar de una buena novela como quienes se proponen “ponerse al día” con la  actualidad-, eligen rodearse de un puñado de buenos libros durante los días de descanso. Cómo se preparan las editoriales para hacer frente al verano. Opinan los editores Daniel Divinsky (De la Flor), Pablo Avelluto (Random House Mondadori) y Silvia Itkin (Ediciones B).

Tomarse unas cervezas con los amigos, pasar largas jornadas en la playa, ir al cine, concretar algún que otro paseo postergado y leer libros: las vacaciones son sinónimo de descanso y placer para los habitantes de las grandes urbes, y Argentina no es la excepción a la regla. Desde las fiestas de fin de año y durante aproximadamente tres meses, las editoriales y librerías encaran la temporada de verano, con la certeza de que verán incrementadas en parte las ventas, y de que deben poner en marcha algunas medidas estratégicas para encarar la demanda de libros, por ejemplo, en las ciudades costeras.


El libro, durante los días o semanas de descanso es elegido por el lector en función de diversas razones. Por un lado, están aquellos que entienden que una buena lectura es la mejor forma de esparcimiento, y buscan los cuentos y novelas que les permitan disfrutar, evadirse de la rutina cotidiana, vivir historias diferentes a las suyas, pasear por otros mundos. Hay quienes buscan, en cambio, ponerse al día con las novedades o los temas de actualidad y aprovechan el tiempo libre para informarse, leer un buen ensayo, o darse una vuelta por La Historia o las cuestiones de economía y política. Están también aquellos que, más allá de los intereses personales, eligen seguir la moda, y corren detrás de los títulos más promocionados. Y también, por supuesto, los que, por fuera de las tendencias del mercado, prefieren hurgar en sus propias bibliotecas para rescatar aquellos libros que les han quedado en el “tintero”, esos que por alguna razón han guardado y no han tenido tiempo o deseo de leer antes. Las vacaciones, el tiempo amable del ocio, parecen ofrecerles el marco ideal para darles a esos viejos libros archivados una nueva oportunidad.


Las editoriales saben que, en las últimas semanas del año y durante los meses de verano, las ventas se reactivan, tanto por las fiestas de fin de año como por las vacaciones, por eso cuidan que los principales títulos de los catálogos que ofrecen, estén al alcance del lector interesado.

 

Consultado sobre este punto por Cabal Digital, el editor Daniel Divinsky (De la Flor) –responsable de haber publicado a autores de la talla de Quino o Roberto Fontanarrosa- explica: “Es cierto que las ventas se incrementan, pero no en la misma proporción para todas las editoriales. La nuestra, con muchos libros divertidos, de entretenimiento o leídos por chicos (como Gaturro) se incrementa en un 40% con relación a la de octubre, por ejemplo. Pero no pasa lo mismo con editoriales de material más ‘sesudo’, como Siglo XXI por ejemplo”.

Divinsky agrega que lo más demandado durante el verano –“no en nuestro sello, porque no lo tenemos”- son las novelas largas, de muchas páginas: “La fantasía es que el tiempo es elástico y se podrá leer todo lo deseado, algo que la realidad desmentirá a menos que el clima esté horrible en el lugar elegido”, opina. “Los lectores también buscan humor, gráfico y solo escrito, y novela gráfica”, dice. Esos son rubros en que su editorial es líder.

En relación a las políticas que la editorial pone en marcha durante la temporada estival, aclara. “No tenemos una política especial: sería absurdo adaptarse dócilmente a la demanda y publicar ‘lo que se espera’. Simplemente distribuimos mejor nuestros títulos aparecidos durante todo el año en las zonas usuales de vacaciones. Tampoco es posible generalizar sobre qué lee la gente en verano.  Quienes usualmente leen no-ficción, política no coyuntural o ensayo, seguirán haciéndolo. La gente que no lee durante el año, leerá ficción y humor e historieta. Los chicos, apartados de la Playstation por la distancia de sus casas y en alojamientos que tal vez no tengan cable, tenderán a refugiarse en la lectura: hay que aprovechar esto…”
 

Pablo Avelluto, Director Editorial de Random House Mondadori, explica por su parte: “más que un incremento en términos del volumen de títulos que se comercializan, lo que se produce en verano es un desplazamiento geográfico significativo hacia los lugares de veraneo, que compensa la caída de los grandes centros urbanos. En este sentido, enero y febrero son meses ‘normales’ en materia de facturación pero con mucha incidencia, sobre todo, de las librerías de la costa atlántica”.

Consultado acerca de los géneros que más demandan los lectores en esta época del año, explica que “los lectores buscan aquellos libros de los cuales se ha hablado mucho durante el año. Puede tratarse de ficción o de no ficción. Pero en estos días vemos repuntar libros sobre la idea de “ponerse al día” con las lecturas. La clave está en el tiempo libre y la posibilidad de leer. El verano, la playa o la pileta, nos alejan de las pantallas y nada mejor que un libro para dejar pasar las horas. Por eso, lo principal es disponer de un alto stock en los puntos de venta de los libros más significativos del año. Han pasado los meses de los grandes lanzamientos, lo fundamental es que los libros estén en las librerías bien exhibidos. El lector o la lectora los encontrarán. El calendario de lecturas genera cierta ansiedad. Es 'ahora o nunca' para quienes esperan poder sentarse a disfrutar de un buen libro”.

Los motivos por los que los lectores se inclinan masivamente por uno u otro título en determinada temporada, es una incógnita, incluso para los editores. “Desde mi punto de vista, los motivos de la elección de un libro en el verano son insondables”, admite Avelluto. “Por qué eligen éste o aquél título es el secreto mejor guardado de la industria editorial. De todos modos, uno podría pensar en el placer como un elemento rector a la hora de tomar la decisión. Y el placer puede venir del entretenimiento por una buena historia o de la búsqueda de información relevante sobre la actualidad o la historia, reciente o lejana. No hay una tendencia mayor que otra. Las razones del placer son infranqueables para quienes editamos: ¿será el autor, el tema, la recomendación de un amigo, el comentario publicado en un medio, la actualidad, la evocación de sentimientos personales que genera una novela? Si lo supiera, sería escritor”, dice.
 

Silvia Itkin, Editora General, Ediciones B Argentina, opina que las ventas se incrementan en verano, y aporta cifras: “Hay más tiempo para leer. La participación en las ventas anuales es aproximadamente del 22%”, describe. “Los lectores eligen novelas, libros de actualidad, autoayuda, superación, humor. Estamos en un momento en que no se privilegia solo un género.” 

Para esta temporada de verano, la editorial apuesta a la variedad, para seducir a lectores diversos: ofrece varios libros políticos recién publicados -“Políticamente incorrecto, Razones y pasiones de Néstor Kirchner”, de Alberto Fernández, “Cartas a Cristina”, ensayo de Mempo Giardinelli, son algunos de ellos-, pero también al humor y la autoayuda, dos géneros que seguramente responden a objetivos comerciales.  

“La distribución y reposición permanente en zonas de veraneo es fundamental”, coincide Itkin, y opina que, si bien no hay un género específico que sea elegido en el verano, en esta época suelen consolidarse las tendencias de los libros más leídos a lo largo del año.

En ese sentido, cabe decir que, durante el último año, las cifras de venta de las principales editoriales del país revelan que los argentinos eligen en primer lugar, el género de narrativa -novelas y cuentos-; y, en segundo lugar, la Historia y la política.
La tendencia de los libros políticos se potenció durante el 2011, en el marco del debate pre y post electoral, y porque, además, se evidencia un creciente interés y participación de la sociedad en el tema.

En este marco, el kirchnerismo –como tema de biografías y ensayos- se ha convertido en un motor de ventas para los títulos de no ficción: tanto los que están a favor del modelo como los que se oponen, hacen del tema materia de reflexión; lo prueban las góndolas de novedades editoriales de cualquier librería.

 De acuerdo a las cifras de venta de las librerías El Ateneo y Yenny, en el rubro no ficción “La Presidenta”, de Sandra Russo (Sudamericana), “Él y ella”, de Luis Majul, “El Flaco”, de José Pablo Feinmann (Planeta); “Zonceras argentinas y otras yerbas”, del ex jefe de gabinete Aníbal Fernández (Planeta); “Economía 3D”, del economista Martín Lousteau (Sudamericana), entre otros, fueron algunos de los títulos más vendidos del año pasado, entre los referidos a temas de actualidad, política y economía.

En lo que a la Historia refiere, Felipe Pigna, uno de los que más vende, se impuso en los últimos meses con "Mujeres tenían que ser" (Planeta), que toma como eje la figura femenina desde los días de la Conquista hasta 1930, un período ilustrativo de las vicisitudes vividas por el "sexo débil" en pos de su emancipación, y en que sobresalieron aquellas que se atrevieron a "romper el molde". 

La biografía de Steve Jobs de Walter Isaacson fue el libro más vendido en todo el mundo desde su publicación, a fines del año pasado, y también marcó tendencia en la Argentina, posicionándose al tope de los rankings durante esta temporada de verano.

 

Entre los títulos de ficción, las novelas rosas y los policiales escritos por mujeres fueron los que ganaron más lectores. Las autoras más vendedoras: Claudia Piñeiro, Florencia Canale, Florencia Bonelli y Maitena Burundarena.
El último libro de Piñeiro es “Betibú”. Burundarena, más conocida como humorista y dibujante como Maitena, publicó “Rumble” (Lumen) su primera y ya exitosa novela, mientras que la cordobesa Bonelli va por el segundo título de su saga romántica "Caballo de Fuego" (Suma de Letras).  Canale, por su parte -sobrina de Remedios de Escalada en sexta generación- publicó "Pasión y traición" (Planeta) basada en la vida de su antepasada.
Todo hace pensar a los editores que el género de autoayuda-, consolidado como uno de los más rendidores en términos comerciales- seguirá ganando espacio, del mismo modo que la historieta y la novela gráfica.
Las modas editoriales, que llevan a miles de lectores a comprar compulsivamente algunos títulos o las obras completas de cierto autor, también es determinante a la hora de analizar tendencias: los libros de Haruki Murakami o el sueco Stieg Larsson se propagaron masivamente entre los lectores, tanto por obra de la publicidad, como del “boca a boca”.

 

La opinión de los lectores

 

Cabal Digital realizó durante el mes de enero del 2012 un relevamiento en distintas librerías porteñas, consultando a los lectores sobre los géneros que eligen en vacaciones y las razones por las que el verano los estimula a leer más:

• “En verano prefiero leer algo liviano, acompañando el buen tiempo. Pero la verdad es que elijo lo que más me entusiasma en la librería. Me encantan las intrigas policíacas y las novelas históricas, pero no importa el género, trato de no condicionarme, lo importante es pasarla bien, para cumplir obligaciones está el resto del año."  Silvia, 64

• “En verano, ya que tengo algo más de tiempo, aprovecho para leer aquellos libros que tengo reservados y que no pude leer a lo largo del año por falta de tiempo. Suelo ir comprando libros que voy acumulando en mi mesa de luz o en el comedor, el verano es el mejor momento para disfrutar sin apuros ni presiones".  Ana, 41

• “Novelas divertidas, para entretenerme y pasar el rato. En verano tengo más tiempo así que leo todo lo que puedo, aunque nunca me da el tiempo de leer todo lo que me gustaría"  María Inés, 39

• "Elijo los Buenos ensayos o las novelas que recomiendan los suplementos culturales o los amigos. Si hay algún autor que causó revuelo con alguna idea lo compro seguro, me gusta estar informado y conversar de esos temas con los colegas o conocidos"  Roberto, 68
• "Las vacaciones no son vacaciones sin un buen libro. Cuando entro a una librería puedo pasarme horas leyendo contratapas y analizando cada portada. En verano me pongo especialmente exigente, busco libro que ocupen mis vacaciones y me dejen un buen recuerdo.”  Analía, 26