Los valores cooperativos

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Todos iniciamos cada año nuevo con el color de las expectativas, de los sueños que avizoramos para nuestra vida futura más inmediata, desde las merecidas y necesarias vacaciones de verano hasta el cumplimiento de las metas que nos proponemos en los meses que siguen del año. Por fortuna, el hombre es una fábrica de sueños perpetuos, de construcciones imaginarias acerca de la felicidad que deseamos nos depare la existencia y que buscamos sin cesar.
Ni el planeta, ni la cultura, ni la vida de millones de personas que respiran cerca o lejos de nuestros entornos podrían desarrollarse en el tiempo sin ese impulso inagotable que brindan los sueños. Entre los sueños y la vida hay luego una distancia. En su perímetro trabajamos cada día para que se achique lo más posible, sorteando las infinitas trabas que se interponen entre ambos polos.
Para los cooperativistas del mundo este año tendrá un color especial: el del festejo y la responsabilidad que nos impone el hecho de haber designado las Naciones Unidas al 2012 como Año Internacional de las Cooperativas. Hay detrás de esta decisión un reconocimiento que, como decimos, nos llena de orgullo y nos impulsa al festejo, pero a la vez que nos transmite una enorme responsabilidad por lo que nos toca: seguir demostrando que los valores que propone el cooperativismo son indispensables para alcanzar una vida mejor en la tierra.
En el saludo que Cabal, nuestra empresa cooperativa, les enviaba a socios y amigos con motivo del año nuevo, se expresaba que un mundo mejor sería posible si se aplicaran algunos de los valores universales impulsados por el cooperativismo. Y citábamos seis, un poco como reflejo de los seis colores del arcoiris que son emblema del movimiento: equidad, igualdad, ayuda mutua, solidaridad, responsabilidad y democracia.

¿Alguien se ha detenido a pensar –con seguridad no solo una vez- lo más habitable y hermoso que sería este planeta si pudiéramos vivir bajo esos valores? Por eso decimos: no es solo el orgullo natural del que se siente halagado y distinguido por su conducta el que sentimos, es algo más: es la conciencia de que esa distinción transmite un mensaje, que es ecuménico, dirigido a todos los hombres de la tierra y que hay que comprender bien y rápido en estos tiempos difíciles que vivimos.
Cuando Estados Unidos y muchísimos países de Europa atraviesan una dura crisis que castiga en primer término a los que menos tienen -método feroz e inhumano que el capitalismo, y con mucha más saña en su versión neoliberal, aplica desde sus ya lejanos orígenes-, lo que señalan las Naciones Unidas, la gran asamblea universal de países del planeta, no puede sino entenderse como un señalamiento de que, frente a las recetas de la exclusión y la barbarie, hay otros caminos.
Nuestro propio país, como le hemos dicho muchas veces, e incluso muchos sectores lo subrayan en Europa y Estados Unidos, es un ejemplo de que se puede marchar en una dirección distinta de la que marcan las grandes corporaciones financieras. Organismos cuya única preocupación es mantener su statu quo de privilegio y gigantescas ganancias, aunque esto signifique hundir en el hambre y la miseria de millones de personas.
Nadie puede discutir que nuestro país y varios otros de América Latina, aún admitiendo los errores o insuficiencias que pueden señalarse en sus modelos de construcción social, nacional, democrática y popular, son un ejemplo en la búsqueda de sociedades más respetuosas de la dignidad humana. Naciones todas éstas que, para lograrlo, han debido asumir como primera y fundamental decisión, reconstruir, apoyadas en el voto popular, su soberanía social, política y económica, retomando así las tradiciones que surgen de la gesta emancipadota del colonialismo español con los sueños de la Patria Grande Latinoamericana de San Martín y Bolívar.

Y puesto que de estos modelos y del de nuestro país en particular hablamos, no nos olvidamos de recordar los fuertes desafíos que se nos presentan para el año que comienza. Goethe decía que el que no avanza retrocede. Y es verdad, solo el seguir avanzando por el camino correcto permite consolidar lo que se ha logrado. Y en este país, lo que ya se ha logrado progresar en el objetivo de dejar atrás la noche de exclusión y miseria implantada por la estela neoliberal, podrá afianzarse nada más que tomando nuevas y mas profundas medidas de cambio social.
Las asignaturas pendientes son varias y no las vamos a enumerar porque ya lo hemos hecho otras veces y las seguiremos comentando a través del año. De algún modo, todos sabemos cuáles son. Lo que sí afirmamos es que, junto a usted y teniéndolo a usted como referente, seguiremos refrescando cada mes la memoria de lo que es necesario continuar haciendo desde el Estado y la responsable participación ciudadana.
Nosotros, durante todo el 2012, lo haremos dentro de ese festejo que nos permite saber que estamos en el Año Internacional de las Cooperativas. Festejo que estará constituido, en lo fundamental, por el robustecimiento de nuestro compromiso y lucha por aquellos valores que mencionamos al principio y que creemos vitales para el mundo.

Un fuerte abrazo y hasta el próximo mes.