Mensacoop, trabajo cooperativo sobre dos ruedas

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Mensacoop es una cooperativa que se dedica a la moto mensajería en la Ciudad de Buenos Aires, es la única en su rubro que se organiza de esa forma.

Frente a la adversidad y la crisis no todas las sociedades responden del mismo modo, y podría pensarse que un rasgo que caracteriza a gran parte del pueblo argentino es la respuesta solidaria y de ayuda mutua frente a la dificultad. Así, las distintas vivencias coyunturales más duras que hemos vivido como sociedad, han tenido como contrapartida el surgimiento de lazos de solidaridad entre las personas, lo hemos visto frente a distintos y variados momentos que la Argentina ha atravesado a lo largo de su historia.  El trabajo cooperativo no escapa a esta lógica, de hecho, ha sido una modalidad laboral que en nuestro país funcionó como una salida posible, especialmente al comienzo del siglo, frente a la crisis política y económica del 2001. El trabajo cooperativo ha sido un camino frente a la desocupación y a la falta de oportunidades en el mercado laboral en ese momento tan crítico.

Mensacoop es una de las cooperativas que surgió a partir de dicha crisis y que aún sigue trabajando. Se trata de una cooperativa que se dedica a la moto mensajería en la Ciudad de Buenos Aires, es la única en su rubro que se organiza de forma cooperativa.  Los integrantes de Mensacoop realizan distintos tipos de trámites, trabajos de cadetería, cobros, pagos y servicio de encomiendas. “La cooperativa surge a partir de las necesidades de compañeros integrantes de Si.Me.Ca. (Sindicato de Mensajeros y Cadetes), de la necesidad de ayudar a mensajeros que por temas de militancia perdieron su empleo, o vivieron situaciones como la persecución por parte de las patronales, que solían echar o cesantear a aquellos que alzaban la voz en contra de las malas relaciones laborales”, cuenta a Revista Cabal, Pablo Ávila, el presidente de la Cooperativa.

Trabajar bajo el modo cooperativo en las pequeñas y medianas empresas significa funcionar de modo autogestivo, de manera democrática. Esto quiere decir que todos los integrantes que forman parte de la cooperativa se ayudan mutuamente en un ámbito que se rige por valores de solidaridad, equidad, honestidad, responsabilidad social y preocupación por el otro. El objetivo es afrontar las necesidades del grupo de manera conjunta de forma más eficiente, aunando esfuerzos.

Mensacoop está conformada por doce integrantes asociados que reparten de manera equitativa responsabilidades, gastos y beneficios. Surge a partir de la crisis y comienza originalmente a funcionar en la sede de H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) de la Ciudad de Buenos Aires. Esta agrupación, que surgió a mediados de los noventa, está integrada por hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Un grupo que participaba activamente de dicha agrupación se dedicaba por su cuenta a la moto mensajería. Se sumaron también moto mensajeros que compartían militancia desde otras agrupaciones sociales y así se formó la cooperativa que, en un principio, brindó sus servicios desde un espacio en la sede de H.I.J.O.S.

A partir del asesoramiento y apoyo del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) lograron mudarse y recibieron sugerencias y recomendaciones adecuadas a su modalidad laboral, lo que les permitió lograr un mejor funcionamiento y poder tener más clientes. A partir del apoyo de esta institución aprendieron, entre otras cosas, cuáles son los roles necesarios que deben ocuparse en una cooperativa: presidente, vicepresidente, tesorero, vocales etc.
Mensacoop funciona tomando pedidos por vía telefónica. Se manejan con un sistema similar a los de los radiotaxis. Cada mañana, cuando van llegando los trabajadores, se conforma una lista por orden de llegada que establece el orden en que saldrán a realizar el trabajo, a medida que se los solicitan. Cuando se concluye la tarea, se avisa al local que están libres para volver a ser incluidos en la lista.

Todos realizan los distintos trabajos que implican mantener funcionando una cooperativa, son “todos iguales”, sin jerarquías. Incluso los roles que forman parte de la estructura de la cooperativa son ocupados de manera transitoria por los distintos integrantes que así rotan en las tareas y responsabilidades. “Las tareas son repartidas de manera equitativa, dependiendo de las capacidades de cada asociado, evitando cargar en uno solo más de una tarea, siempre basados en la solidaridad y la ayuda mutua.”, dice Pablo.
Los gastos se reparten de manera equitativa entre los doce con un espíritu de equidad y trabajo mancomunado.
Pablo cuenta así a Revista Cabal cuáles son los beneficios que encuentran los asociados de la cooperativa en esta forma de trabajo, a diferencia del trabajo bajo relación de dependencia: “La independencia económica es lo principal, al no tener patrón es esencial, tenemos conocimiento de todo ingreso y todo gasto, evitando el lucro patronal derivado del trabajo del asalariado. Cada asociado cobra de acuerdo a lo trabajado.”

En cuanto a las dificultades que puedan presentarse, explica: “Existen como en todo proyecto autogestionado, las fallas humanas. El aspecto económico es fundamental, al no ser una empresa capitalista, siempre hay faltantes estructurales e individuales con respecto a los vehículos que utilizamos para el trabajo.”
Menscoop trabaja también con Cabal; en este sentido Pablo resalta la cordialidad que implica trabajar para un cliente con el que se sienten parte de un mismo proyecto cooperativo.
De este modo, a través de distintos aprendizajes y a pesar de las dificultades que pueden surgir, lograron afrontar la crisis económica, laboral y política  y así  mantenerse, durante más de diez años, en un trabajo que eligen día a día.