Tute, referente del humor gráfico de la nueva generación

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Hijo del célebre Caloi, Juan Matías "Tute" Loiseau es dueño de un estilo personal y un universo único. Sus dibujos revelan una gran capacidad de observación y reflexión y combinan lucidez, sarcasmo, y ternura.

A sus seis o siete años, veía a su padre en el tablero de dibujo -donde Caloi daba forma a diario a su más célebre personaje- y equiparaba el trabajo al dibujo de Clementes. Después empezó a copiar al personaje de rayas negras y amarillas y a vender o cambiar por caramelos sus dibujos a los compañeros de la escuela (con dedicatoria y firma falsas de su viejo incluidas). Así empezó, con picardía. Estudió Diseño Gráfico, humorismo y cine. Hoy se perfila como uno de los más talentosos referentes de la nueva generación de humoristas gráficos argentinos. Tiene varios libros de su autoría –ver recuadro aparte- y ha publicado en diversos medios argentinos y extranjeros, de México, Estados Unidos, Ecuador, Costa Rica, Francia y Japón. Su personaje más famoso y querido se llama Batu.

-¿La vocación, en tu caso, es innata o heredada? ¿Cómo se manifestó inicialmente?
-Me crié en una casa con un papá humorista gráfico y una mamá artista plástica, así que estuve en contacto con el arte desde muy chico. Con pocos años ya aseguraba que de grande sería dibujante, como mi viejo. Lo que no había calculado es que para dedicarme a esto, además de dibujar, tendría que lograr generar humor. Ese dilema se me presentó en la adolescencia, por primera vez tenía dudas de si podría serlo. Para mi sorpresa, los chistes empezaron a salir. Uno, otro, otro... Cuando había juntado una buena cantidad, los sometí al juicio de mis hermanos y amigos. Solía esconderme mientras las amigas de mi hermana leían la carpeta con los chistes para ver las reacciones.

- ¿Qué es más relevante en un dibujante, la técnica o la sensibilidad y la necesidad de expresarse?
-Para mí todo es importante, porque una cosa permite la otra. El dibujo, la técnica, te permiten expresar la idea, plasmarla. Y la necesidad de contar algo es lo que motiva el dibujo. Se precisan mutuamente.

-¿Hay temas o problemáticas con las que te sentís imposibilitado para hacer humor? ¿Cuáles y  por qué?
-No puedo hacer humor con lo que no me sale hacer humor, con lo que no se me ocurre y con lo que no me atraviesa de alguna manera. No sé, nunca hice chistes con políticos puntuales, con nombres y apellidos. No creo que pudiera salirme. Siempre elegí hacer un humor atemporal. No me gusta que el chiste envejezca rápidamente. Prefiero el humor que soporta el paso del tiempo.

- Tu humor no busca el chiste, responde más bien a una comicidad más reflexiva y poética. ¿Tu padre te influyó en este sentido? (él fue uno de los pioneros en eso de combinar humor gráfico y poesía)
- Seguro. Mi viejo fue mi primer maestro en este oficio. Y sus páginas de la década del 70 eran muy poéticas. A veces, directamente ilustraba poemas (Prevert, Salas, Serrat). Esas páginas fueron fundacionales en mi aprendizaje.

-Tu Batu nació en el 2007, ¿cuándo supiste que habías alcanzado una síntesis que funcionaba y que la tira tenía identidad propia?
-Los personajes se elaboran antes de empezar a publicar una tira pero se consolidan con el tiempo. Es con la publicación que cobran vida, que se encuentran con el lector, que establecen un vínculo. Y, como las personas, cambian. Crecen. Y encuentran su identidad. El primer año fue muy notorio el cambio en el dibujo de los personajes. Se fue dando día a día, sin que yo me diera cuenta. Pero si uno compara el primer Batu con el del siguiente año puede ver el enorme cambio que se produjo. Lo mismo con Tútum. Luego los cambios físicos son más sutiles. Y lo otro que pasa es que se van sumando nuevos personajes a la tira. Porque la tira empieza a "pedirlos". Es una forma de refrescarse, de enriquecerse. De encontrar nuevos caminos.


-¿En el humor gráfico, la idea es más importante que el dibujo?
-Para mí las dos cosas son importantes. Pero entiendo que, en general, para el lector es más importante la idea que el dibujo. El Negro Fontanarrosa decía que una buena idea salva a un mal dibujo pero que un buen dibujo no salva a una mala idea.

-¿Qué es lo que más disfrutás de tu trabajo?
-Cuando más disfruto es cuando tengo la sensación de haber dado en la tecla, de haber acertado en algo. Esto puede ser público o íntimo. El humor gráfico -como cualquier rama del arte- es una herramienta de expresión que, cuando se domina, sirve para indagar sobre lo que uno quiera.

-Alguna vez dijiste que preferís los dibujos más frescos o gestuales a los puramente racionales, ¿podrías ampliar esta idea?
-Con el tiempo descubrí que me gustaban más los bocetos que los originales. Que en esos dibujos de búsqueda, un poco desprolijos y erráticos había más aciertos. No solo por la frescura y la potencia gestual que suelen tener sino porque son casi inconscientes, libres. La mayoría de las veces empiezo la página dominical sin saber hacia dónde voy. Y aparecen temas y formas impensadas, propias del inconsciente. Alguna vez, por ejemplo, se me ocurrieron dos finales distintos para una página y dibujé los dos.

-¿Qué creés que pueden haber tenido en común los grandes autores del género, como Caloi, Fontanarrosa o Quino? ¿Cuáles son los nombres y rasgos que particularmente más valorás vos?
-Los tres han sido autores con un estilo bien definido tanto en la construcción del humor y sus mecanismos como en el dibujo, y los tres han tenido personajes muy populares. Todo el mundo conoce a Clemente, Mafalda e Inodoro Pereyra.  De mi viejo destaco su corazón popular, su naturalidad para conectar con la gente y su sentir. Y la poesía con la que nutría su humor. Además, las páginas de la última etapa me parecen obras pictóricas, de un refinamiento plástico único en el humor gráfico. De Quino, su talento para conducir al lector por sus dibujos en el orden que él diseñó como lo hace un director de cine en una película; y, por supuesto, su lucidez para ejercer la crítica política y social con agudeza, profundidad y ternura. Quino comparte el panteón de los grandes humoristas de nuestro país con mi viejo y el Negro Font, pero en realidad fue maestro de ambos. Y del Negro Fontanarrosa, la inagotable genialidad que tenía para generar humor en una baldosa, como resuelven los que saben. Era una máquina del humor, del gag literario y un dibujante con un estilo muy personal. Agarraba el marcador de una forma que nunca había visto a nadie antes. Como con displicencia, como si no le importara. Dibujaba grande. Y lindo.

-¿La tira diaria, el cómic, es equiparable a una forma de arte?
-Es un trabajo, mezcla de arte y oficio. Hay que dibujar todos los días. No hay tiempo para esperar a la inspiración.

-¿Cómo es tu rutina de trabajo, hay alguna manía que te defina?
-Sí, siempre espero que se haga tarde para empezar. Necesito perder un poco el tiempo para ponerme a laburar.

-¿A la hora de inspirarte, son más útiles las experiencias situaciones placenteras o las dolorosas?
-Para la poesía parece ser mucho más inspirador el dolor que el placer. El Negro Dolina dice que el tipo que está contento no se pone a escribir un poema, no lo necesita. Para el humor gráfico todo sirve.
                                                                                                                                                                                                                                              
                                                                                                           Verónica Abdala
                                                                                                                                      

Mini Bio, links y bibliografía
Juan Matías Loiseau, Tute, nació el 21 de mayo de 1974 en Buenos Aires, Argentina. Pasó su infancia en la zona sur del Gran Buenos Aires, en el barrio José Mármol. Estudió diseño gráfico, humorismo y cine. Desde 1999 publica en el diario La Nación y una página en su revista dominical. En la contratapa del diario publica el cuadro Tutelandia. Es el creador de Batu, el personaje de la tira gráfica que ya tiene varios  libros y que saltó a la pantalla en micros televisivos. Sus dibujos también se publican en diarios del exterior (México, Colombia, Perú, Nicaragua, Ecuador, Honduras, Puerto Rico, Panamá y Estados Unidos). En cine realizó dos cortometrajes: El Ángel de Dorotea (18 min., 2005) premiado en festivales de Argentina y España, y Abismos (25 min., 2006) premiada en Argentina y Chile. En el mundo de la música escribió canciones de distintos géneros. Editó junto al cantor Hernán Lucero el CD Tangos Nuevos (nominado al premio Gardel) y actualmente prepara un nuevo CD con canciones interpretadas por músicos que admira. También realizó el arte gráfico de varios CDs. Participó de muestras individuales y colectivas tanto en el país como en el exterior y realizó numerosas campañas publicitarias. Fue distinguido con el Premio Konex 2012 y fue elegido como uno de los 100 argentinos más innovadores por BGH, entre otras distinciones.

Tute en Internet:
http://www.facebook.com/Batu.Tute
http://www.tutehumor.com.ar
https://twitter.com/Tutehumor

Libros de Tute publicados en la Argentina:
Tute (Sudamericana, 2007)
Tute de bolsillo (Sudamericana, 2007)
Araca, corazón! (Sudamericana, 2008)
Batu 1 al 5 (Sudamericana)
Tuterapia (Sudamericana, 2012)
El amor es un perro verde (Ed. Orsai, 2013)
Trifonia & Baldomero 1 (Sudamericana, 2013)
Trifonia & Baldomero 2 (Sudamericana, 2014)
Dios, el Hombre, el amor y dos o tres cosas más (Sudamericana, 2014)