Yohana Fucks, la maestra que conmovió a Messi

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Historia de vida de la docente entrerriana que le escribió una carta a la "Pulga" para transmitirle valores a sus alumnos y terminó desnudando el deterioro de la educación pública.

La derrota de la Selección Argentina en la final de la Copa América Centenario a manos de Chile y la posterior renuncia de Lionel Messi al combinado nacional trajo mucha cola. Los medios de comunicación y las redes sociales ardieron como cada vez que una noticia nos atraviesa a todos los argentinos. Sin embargo, entre esa maraña de declaraciones, enfoques y análisis nunca exentos de desbordes y excesos, una voz solitaria (y anónima hasta ese momento) se alzó con un punto de vista tan mesurado como profundo que terminó relegando a un segundo plano la opinión de los especialistas. Se trata de la carta que la docente entrerriana Yohana Fucks escribió en su muro de Facebook al mejor jugador del mundo cuando conoció su intención de no jugar más para la celeste y blanca y que rápidamente se viralizó en las redes y llegó a diarios, radios y canales de televisión.

"No hagas que mis gurises sientan que salir segundos es una derrota, que el valor de las personas está en cuán llenas estén sus vitrinas, que perder un partido es perder la gloria. Mis alumnos necesitan entender que los más nobles héroes, sin importar si son médicos, soldados, maestros o jugadores de fútbol, son los que brindan lo mejor de sí mismos para el bienestar de otros, aún sabiendo que nadie los valorará más por ello, sabiendo que si lo logra, el triunfo es de todos, pero si falla el fracaso solo será de él, y aun así lo intenta", dice Yohana en un fragmento de la carta que puede leerse completa aquí y que resume perfectamente el espíritu de lo que quiso transmitirle a sus alumnos.

Pero, ¿quién es esta docente que de repente pasó a estar en boca de todos y cuyo mensaje llegó hasta la mismísima "Pulga"? ¿Qué historia de vida encierra la autora de un mensaje que partió de la trascendencia relativa que puede tener un partido de fútbol para obligarnos a reflexionar sobre los valores que le estamos transmitiendo a nuestros hijos? Maestra en la escuela Filiberto Reula del humilde barrio Lomas del Mirador de Paraná, Yohana aprovechó la mediatización de su carta para difundir las carencias cotidianas que sufren muchos niños y niñas de la Argentina y alertar sobre el deterioro de la educación pública. Pero, además, es dueña de una historia de vida que también merece ser conocida.

Chica de campo
Yohana Fucks nació el 20 de noviembre de 1987 en la localidad entrerriana de Viale, distante 50 kilómetros de Paraná y con 9641 habitantes según el Censo de 2010. Sin embargo no fue esa pequeña ciudad su primer hogar ya que por el trabajo de su papá los primeros años de su vida los vivió directamente en el campo. "Tuve una infancia humilde. Yo siempre digo que mis viejos son tipo McGyver, porque pasaron por todos los roles. Mi papá hizo tareas agropecuarias, pero siempre como empleado. Fue sereno en un campo, avicultor, tambero. Y mi mamá lo ayudó todo el tiempo que vivimos en el campo", le contó Yohana a Revista Cabal. La familia era numerosa y las comodidades muy pocas. A las dos hermanas mayores de un primer matrimonio de su padre (que quedó viudo), luego se sumaron Yohana y cinco criaturas más.

Desde su primera niñez Yohana se acostumbró a recorrer largas distancias de manera cotidiana, rutina que aún mantiene viajando a dedo todos los días desde Viale hasta Paraná. Hasta que la familia se instaló finalmente en el pueblo cuando su padre consiguió empleo en la Municipalidad, ella debía trasladarse hasta allí para ir a la escuela o para ir casa por casa vendiendo frutas.

Vocación por la docencia
El encuentro entre Yohana y la docencia tuvo su cuota de azar. Cuando terminó la secundaria se fue a Paraná a estudiar Ciencias Políticas. Su madre, que siempre había querido ser profesora de Historia y no pudo, le había inculcado el amor por el estudio. Sin embargo, las "cosas de la vida" le impidieron continuar. Por un lado, no había mucho dinero en la familia para sostener los gastos de tener una hija estudiando en otra ciudad. Pero además Yohana fue chocada por un auto cuando iba en moto con una de sus hermanas y debió hacer una rehabilitación por las heridas que tuvo en una pierna. Y al poco tiempo quedó embarazada. Tenía 19 años y su ilusión de estudiar parecía desvanecerse. Pero perseveró. "No quería resignar la posibilidad de crecer profesionalmente, por lo que me dije que algo tenía que estudiar. En el pueblo había un magisterio, así que me anoté. Y la verdad es que terminé descubriendo mi vocación", nos relata sobre el acontecimiento que marcaría una inflexión en su vida. Yohana no solo se recibió de maestra sino que lo hizo mientras vio nacer a sus dos hijos, Morena primero y Tomás luego. Amamantando en clase y con la ayuda tanto de su familia como de la de su marido, salió adelante. Pero no se quedó ahí.

Perfil público
A partir de la carta que le escribió a Messi salió a la luz el compromiso que tiene Yohana por la educación pública y que seguramente es la misma que comparten miles de maestros de todo el país de manera más anónima. En todo caso ella sólo se convirtió en la vocera de una realidad que se conoce pero que se olvida una y otra vez. Por un lado, pone todo de sí para transmitirle conocimientos y amor a sus alumnos. Por el otro, se hace un tiempo para pelear por mejorar las condiciones de trabajo de los docentes entrerrianos a través de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER).

Como maestra Yohana no escatima esfuerzos ni dedicación. Las escuelas humildes, muchas veces abandonadas por el Estado, hacen que las docentes, además de brindar los contenidos pedagógicos, llamen a las casas de los chicos que faltan, se preocupen por su alimentación y hasta organicen ferias para recaudar los fondos que la gobernación mezquina. Ahora, por ejemplo, junto a su compañera de grado está organizando un viaje a Rosario con los alumnos y, como las familias de muchos de ellos no pueden costear el viaje, da clases particulares a 50 pesos la hora para reunir el dinero que falta.

Abandono y exclusión
La escuela Filiberto Reula queda en el Barrio Lomas del Mirador. Un rápido googleo de esa zona de Paraná arroja noticias desangeladas: "violenta balacera", "secuestran armas", "madres enfrentan la droga" y tantas más. "Yo no me puedo quejar de la vida que tuve cuando tengo alumnos que me han enseñado a tirarme cuerpo a tierra por si había una balacera en el barrio. Y ellos lo tienen aprendido como un ritual cotidiano, han pasado noches enteras tirados abajo de la cama con la mamá porque les baleaban la casa. Hay chicos que sufren violencia o abandono porque la mamá se fue o el papá los dejó, o quizás es gente trabajadora  que no puede estar con ellos y pasan todo el día solitos. Son muchas carencias que tienen y entonces vos sentís que el rol que tenés hoy es el doble quizá de valioso que lo que podría haber sido en otro momento de la sociedad argentina", cuenta crudamente Yohana.

En ese marco, la escuela pasa a ser la única institución que cubre todas las necesidades de los chicos. Pero también sufre el abandono, en su caso del Estado. "Nosotros lo único que queremos es que a la escuela pública se la mantenga. Las partidas de higiene no solo no llegan a tiempo sino que no alcanzan. Imaginate que hay escuelas a las que les pagan 300 pesos para la higiene de toda la institución. Y yo me gasto 300 pesos en productos para un mes en mi casa.  ¿De dónde saca la escuela? De la venta de pastelitos, de locro, de la feria americana. ¿Quién trabaja durante todas esas actividades? Los maestros. El que no quiere ver eso realmente es ciego, porque está a la orden del día en cualquier escuela, no solamente en la mía. Y el Estado es el que debería estar porque incluso nosotros sabemos que la plata para la educación está en el presupuesto", dice indignada con justa razón.

Y así, de la carta que alguien le escribió a Messi pidiéndole que no renuncie a la Selección llegamos a entender un poco más lo mal que funciona todo en muchas zonas de la Argentina. El mensaje que Yohana había preparado para trabajar con sus alumnos superó todas las fronteras y seguramente eso sirva como un gran estímulo para los sueños de los chicos. El "probablemente nunca leas esta carta" con que Yohana empezó su epístola estaba equivocado.