Habitantes del mundo virtual

Tecnología

Las redes sociales implican un cambio de paradigma en la comunicación y en la forma en que circula la información. Qué son, cómo funcionan y cuáles son las principales diferencias entre Facebook y Twitter.

Hace apenas diez años nadie hubiera imaginado hasta qué punto las redes sociales modificarían la vida de millones de personas alrededor del mundo. Entonces no había antecedentes que pudieran servir como referencia, en este sentido: el mail era la forma habitual de comunicarse a través de la computadora. Nada hacía pensar que apenas unos años más tarde –muy poco tiempo, en términos históricos- alguien pudiera llegar a relacionarse de manera simultánea con decenas, cientos e incluso miles de personas, conocidas o no, para compartir puntos de vista, experiencias personales, información e incluso fotos, enlaces o música.

Las redes sociales implican un cambio de paradigma a nivel de la comunicación personal, profesional e incluso empresarial, y de las formas de circulación de la información y el entretenimiento, lo que impone la necesidad de posicionarse, en un mundo que cambia. Esta nota expone ciertas claves básicas para comprender el fenómeno.

Facebook, el dinamismo de la interacción

La influencia de Facebook ejerció un poder de tal relevancia a nivel comunicacional y de comportamiento que ha sido comparada con una revolución social. Quienes ya la utilizan –suman nada menos que 600 millones los usuarios en todo el mundo- saben que esta red permite al usuario vincularse con sus “contactos”, es decir con aquellas otras personas –conocidas o no- con las que elige interactuar.

El “muro” de cada usuario permite compartir información en diferentes formatos –texto, imagen, video, enlaces-, lo que agiliza y amplía las posibilidades de comunicación en tiempo real. Configurando las opciones disponibles, puede regularse si el contenido es “público” o queda restringido a aciertos contactos. También pueden enviarse y recibirse mensajes privados, o mantener conversaciones con otros usuarios a través del chat.

Una de las características que definen a ésta, una de las redes con mayor alcance, es que casi cualquier persona con conocimientos informáticos básicos puede acceder a la comunidad virtual para publicar contenido de diversa índole o, simplemente, ver lo que otros publican.

Facebook ofrece, además, la posibilidad de sumarse a grupos con afinidades o experiencias comunes (ex compañeros de curso, compañeros de trabajo, amantes del cine etc…se reúnen en grupos creados con el fin de estar "en contacto"), jugar a juegos de lo más diversos y aplicaciones pensadas para las diferentes edades de los usuarios, o participar de eventos y foros de discusión.

Los parámetros de privacidad y configuración permiten acceder a determinada información, es decir que se puede limitar –en el grado que uno desee- con quiénes se comparte o no la información personal, las aplicaciones en uso, las imágenes, las noticias o lo que se decida subir a la red.

El dinamismo del sitio lo hace sumamente atractivo para quienes desean interactuar, compartir todo tipo de contenidos y mantenerse al tanto del “estado” de sus contactos (lo que hacen, piensan, exponen o desean éstos a su vez compartir).

La revolución del tweet

La red Twitter, a su modo, también generó una auténtica revolución, con características propias, claro está, que fueron rápidamente adoptadas y son utilizadas por millones de usuarios (“twitteros”) cada día.

Esta red -que incluso ha popularizado una serie de términos específicos- permite mandar mensajes de texto plano de bajo tamaño -un máximo de 140 caracteres- llamados "tweets". Cada usuario puede seleccionar a los usuarios a los que desea seguir –para acceder a sus mensajes o “tweets”- y a su vez será seleccionado por aquellos que estén interesados en la información o los comentarios que él pueda llegar a compartir. A aquellos que siguen a otro se les llama “seguidores”.

Los usuarios pueden también agrupar mensajes sobre un mismo tema mediante el uso de “hashtags” – palabras o frases iniciadas mediante el uso de una "#"-, republicar lo publicado por otro usuario (“retwittear”) -incluso agregándole comentarios que pueden variar su significado-, o mediante el símbolo ["@" (arroba) seguido de un nombre de usuario, mencionar o contestar a otros usuarios en red.

Sirve, como Facebook, para estar en contacto con personas conocidas, pero es más frecuente el seguimiento de personalidades que al usuario le resultan interesantes por algún motivo, y en relación a áreas de su interés  (la política, el periodismo, el espectáculo etc…). Incluso se ha generalizado el uso de Twitter entre celebridades del mundo de la música, el cine –una tendencia que nació en Hollywood y se popularizó en cada país- y la televisión: sus seguidores tienen, así, una fuente “directa” y alternativa de información, al margen de los medios tradicionales de comunicación. Esto no significa que las figuras del espectáculo sean más o menos populares de acuerdo a la cantidad de “seguidores” con que cuenten, pero algunos presumen de tener mayor alcance que otros en las redes sociales.

Ante los drásticos cambios a nivel comunicacional, como ante casi toda gran transformación impuesta por la tecnología, aparecen los apocalípticos -que vislumbran o denuncian, entre otras cosas, el empobrecimiento de las relaciones interpersonales- y los integrados, que celebran su aparición. En este sentido, Matías Sejem, asesor en comunicación política, opina que desde la aparición de la Web se ha vaticinado el fin de las relaciones humanas. La  experiencia no demuestra eso, las relaciones cambian, se agilizan, son simplemente distintas pero no desaparecen”.

Un poco de historia

La historia de Facebook -fundada por Eduardo Saverin, Chris Hughes, Dustin Moskovitz y Mark Zuckerberg- comenzó en la universidad de Harvard, Estados Unidos, cuando un grupo de estudiantes se propuso crear una red que vinculara a los alumnos de esa institución a través de una red interna. La película The social network, de David Fincher, narra ese proceso (fue estrenada en 2010 y está inspirada en el libro Multimillonarios por accidente, de Ben Mezrich).

En el origen, la red comunicaba a un reducido grupo de amigos dentro de la universidad, que así coordinaban encuentros o bailes, la asistencia a determinados cursos o la organización de reuniones. Con el tiempo, fue extendiéndose hasta alcanzar dimensiones entonces absolutamente impensables para sus creadores.

En septiembre el 2006 se abrió al público global, y a fines de ese año ya contaba con 140 millones de usuarios, de mayoría angloparlante (la mayor parte de los seguidores eran nativos de Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá).

A mediados de 2007 se lanzaron las versiones en español, francés y alemán, lo que se tradujo en aumento notable del flujo de personas que lo utilizaban. En la actualidad –mediados del 2011- Facebook suma, como se dijo, nada menos que 600 millones de usuarios, lo que la convierte en una verdadera potencia virtual. El mayor número de usuarios de Facebook se ubica en Estados Unidos con 149.4 millones, seguido de Indonesia con 36.4 millones, Reino Unido con 29.9 millones, India con 26.6 y México en el sexto sitio con 25.6 millones.

El nacimiento de Twitter, en tanto, se remonta a marzo del 2006. Su creador fue  Jack Dorsey – inicialmente la iniciativa comenzó como un proyecto de investigación y desarrollo dentro de la firma Obvious, de San Francisco-, que lo lanzó a poco de inventarlo, en julio de ese mismo año.

El 4 de noviembre de 2009 apareció la versión de Twitter en español, y se estima que actualmente la red supera los 200 millones de usuarios en todo el mundo -más del 70% del tráfico de todos los usuarios de Twitter proviene de fuera de los Estados Unidos-. Las cifras arrojan, además, que se generan 65 millones de tweets diarios.

Twitter creció en Argentina 700% en un lapso de 10 meses, según Christopher Stone, co-fundador de la red.

Usos diferentes y complementarios

La principales diferencias entre Facebook y Twitter –además del diseño- son los usos, bien distintos que los usuarios dan a ambas redes. Mientras que está comprobado que Facebook es más utilizado a la hora de comunicarse mediante mensajes con amigos y conocidos y compartir información, hacer nuevos amigos, buscar pareja o reunir gente para un evento personal o profesional, Twitter sirve al momento de compartir información, opiniones breves o enlaces con los "followers" o seguidores del emisor.

Facebook vincula a gente que mayoritariamente se conoce entre sí -al comenzar, el usuario va invitando amigos a que se sumen a su red de contactos, y luego cada uno de estos va invitando a los suyos, conformando así  una gran red en la que todos pueden estar vinculados-, mientras que los seguidores de Twitter eligen a quienes siguen -más allá de que puedan o no conocerlos personalmente- en la medida en que sus comentarios, informaciones u opiniones les resultan útiles o interesantes.

Mientras que en Facebook la vida personal de los usuarios cobra mayor relevancia, y los juegos y aplicaciones son numerosísimas lo que la convierte en una alternativa más atractiva en el plano lúdico, Twitter es estadísticamente más utilizado para el seguimiento "en vivo" de eventos políticos o deportivos, la retransmisión de charlas y ponencias y el intercambio de comentarios sobre hechos de actualidad, películas o debates. Los temas más comentados se convierten en "trendig topics" que los usuarios pueden seguir a través de "hashtags" específicos (Ej. #copaamerica)

Hay quienes sostienen que Twitter es un medio de comunicación, mientras que Facebook es un red social, lo que marca una clara diferencia en lo que refiere a la utilización de estas tecnologías.

Un cambio de paradigma, también a nivel empresarial

Las empresas también se han interesado en los últimos años por aprender y aprovechar la potencialidad de las redes sociales, capaces de incrementar o destruir la reputación de una  marca o producto en virtud del enorme potencial de "transmisión viral" con que se propagan los comentarios.

Así como el posicionamiento de una marca es de vital importancia en el mundo "real", las empresas trabajan hoy por hoy en posicionarse en el mundo virtual: un objetivo -la reputación online- que solo se alcanza a través de un cuidadoso seguimiento de lo que va dándose a conocer a través de las redes, y de los comentarios de los usuarios sobre los que se pretende influir.

A tal punto las redes se han convertido en una herramienta vital, que se considera que los comentarios que suscita una empresa entre los usuarios son motivo de las principales estrategias de marketing que las marcas apuntan a dominar.

¿Quién mide la reputación de una marca que circula en las redes? Nadie. La reputación online es algo que se instala en el inconsciente colectivo de los usuarios de la red. Lo que está claro es que la presencia en redes sociales puede ser una oportunidad única para obtener beneficios inmediatos y perdurables, y reposicionarse en el mercado. El riesgo: enfrentar, por los mismos motivos de exposición, una "crisis de reputación" (como les ha tocado enfrentar, entre otras grandes empresas, a Apple o Sony, en distintos momentos y por distintas causas), es decir un descrédito masivo en el mundo virtual. Es por eso que algunas empresas optan por diseñar estrategias previas que puedan implementarse velozmente en el caso de verse repentinamente desacreditas por algún motivo.

En el mundo de hoy, las empresas se acercan a las redes sociales para potenciar la relación con los clientes y sumar nuevas oportunidades, a un costo casi cero. La fuerte penetración de redes como Facebook o Twitter hace impostergable la presencia online. Asistimos al nacimiento y expansión de una nueva cultura de la comunicación: saber posicionarse es hoy el gran desafío de las grandes, medianas y pequeñas empresas.