Puerto Madryn: en las inmensidades del sur

Turismo

Recostada sobre el Golfo Nuevo y puerta de acceso costero a la provincia de Chubut, Puerto Madryn es todo lo que un visitante puede pedir a una ciudad. Con estilo de villa europea, un mar calmo y azul y el viento rebelde típico de toda la Patagonia, esta metrópoli es de las que más ha crecido en los últimos años, sobre todo en materia turística. Y es, además, la cara visible a una de las reservas naturales más importantes del mundo: la Península Valdés, con su impresionante variedad de fauna marítima. Un lugar que ningún argentino debería desconocer.

Aunque fundada el 28 de junio de 1865, cuando un grupo de intrépidos inmigrantes galeses, españoles e italianos llegaron a esas latitudes a construir el ferrocarril que uniría a la nueva ciudad con Trelew, Puerto Madryn reconoce en su evolución un crecimiento realmente explosivo a partir de 1970, cuando se multiplicaron las radicaciones industriales, entre ellas la famosa planta de producción de aluminio, y decenas de familias de distinta procedencia comenzaron a instalarse en el lugar y sus alrededores. También a partir de entonces, pero con mucha más fuerza en los últimos años, se comenzó a perfilar un marcado carácter turístico para la zona aprovechando las múltiples riquezas de su fauna, sobre todo marítima, y de su medio ambiente, que reciben un especial cuidado por constituir una reserva integral. Sin lugar a dudas una de las grandes atracciones de la zona es la llamada Península Valdés. Ubicada en la costa noroeste de la provincia de Chubut, esta área natural fue designado por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad en el año 1999.


Este gran accidente y sus áreas de influencia tienen un paisaje predominante de ambientes de meseta, que abarca el 90 % de su superficie. El 10 % restante esta formado por cuencas cerradas (salinas) y ambientes costeros con playas de acantilados, arena y canto rodado. El clima de esta  región, ubicada al noreste de la provincia del Chubut, es considerado como un semidesierto frío y registra una precipitación promedio de 150 y 200 milímetros por año. En la Península de Valdés, sin embargo, los Golfos Nuevo y San José le proporcionan características de isla y mejores condiciones hídricas que otras tierras que se extienden hacia el continente, con lo cual el aumento de vegetación es considerable. Estas condiciones marinas y terrestres diferenciales han favorecido la evolución de un extraordinario potencial faunístico, convirtiéndola en un lugar de mucha importancia para la conservación y el turismo. La región esta influenciada por el límite sur de la provincia fitogeográfica del monte, que esta representada por muchas especies de arbustos y por aves y mamíferos adaptados a climas áridos como la mara, el cuis y la copetona. Otras especies cubren un espectro mucho mayor de ambientes y superficie en toda la Patagonia, como el guanaco, el zorro gris, el choique y el zorrino.


La Península de Valdés tiene una superficie de aproximadamente 4.000 kilómetros cuadrados y una costa de 110 km expuesta al mar abierto y 150 km dentro de los golfos. La forma de los Golfos Nuevo y San José que la rodean, sumado a la cercanía a áreas de mucha productividad en el océano, le confieren una importancia única en cuanto a diversidad y abundancia de aves y mamíferos marinos. La Península de Valdés es uno de los accidentes costeros más llamativos de la costa atlántica, con una forma que se asemeja bastante a una isla. Por esta característica, muchas especies de aves y mamíferos lo eligen como un área de reproducción, ya sea por lo calmo de sus aguas (ballena franca) o por la seguridad contra predadores terrestres (lobos, elefantes y pingüinos). La confluencia entre la corriente marina del Brasil y la corriente de Malvinas, ricas en nutrientes, crean las condiciones necesarias para una alta productividad marina. La producción de fitoplancton genera el sustento al zooplancton y este a su vez se convierte en el alimento necesario para vertebrados inferiores (peces, calamares) y superiores (ballenas). A su vez, los peces y los calamares son la base para la alimentación de los elefantes marinos del sur y lobos marinos, pingüinos de Magallanes y otras aves y mamíferos marinos. En el verano, con el aumento de la temperatura y la producción dentro de los golfos se suman los delfines en la Península Valdés y las toninas en la desembocadura del río Chubut.


Entre las muchas especies que se pueden encontrar allí hay ballenas francas, elefantes y lobos marinos, pingüinos de Magallanes, delfines, orcas, numerosas especies de fauna terrestre y aves marinas, que se trasforman en los protagonistas de la visita en un entorno natural único y elegido por los amantes de la naturaleza.

 

Cómo llegar

"El recorrido se inicia transitando hacia el norte por la ruta provincial N°1 empalmando con la ruta provincial N°2, ambas asfaltadas. En temporada de ballenas suele transitarse por la vieja ruta a Pirámides (de ripio) para realizar avistaje costero de ballenas en el área Natural Protegida El Doradillo a la altura de playa Las Canteras, considerada área natural de reproducción y cría.
Al llegar al puesto de control El Desempeno (48 Km. de Puerto Madryn) se debe abonar el ingreso al área Natural Protegida Península de Valdés. Este ticket tiene validez diaria y permite la visita de todas las unidades operativas de la misma (Istmo Ameghino, Isla de los Pájaros, Punta Pirámide, Mirador de Punta Delgada, Caleta Valdés y Punta Norte). Tras recorrer 26 Km. más se arriba al Istmo Carlos Ameghino, estrecha franja de tierra que une la Península con el continente, desde la cual se divisan ambos golfos: el Golfo San José a la izquierda y el Golfo Nuevo a la derecha. Allí podrá detenerse e ingresar al Centro de visitantes para informarse integralmente sobre flora, fauna, geografía e historia de la Península y lugares a visitar dentro del área protegida. El centro cuenta con personal capacitado (guardafaunas e informantes turísticos) como así también auditórium y servicios sanitarios.

 

Las especies para conocer

 

"Existen unas 11 especies de ballenas, de las cuales dos se conocen como ballenas francas. La ballena franca austral, Eubalaena australis, vive en el hemisferio sur, y la ballena franca boreal, Eubalaena glacialis, en el hemisferio norte. Las ballenas son mamíferos y como tales respiran aire, mantienen estable la temperatura del cuerpo y paren y amamantan a sus crías. A pesar de su tamaño, las ballenas francas se alimentan de pequeños organismos de pocos milímetros de largo.
Los primeros balleneros consideraban a estas ballenas como las más apropiadas para la captura debido a que se desplazan lentamente y son fáciles de seguir y alcanzar. Una vez muertas, las ballenas francas flotan (otras especies se hunden rápidamente) y rinden gran cantidad de aceite, el principal producto comercial de la cacería. Las hembras son más grandes que los machos. Llegan a medir 16 metros de largo. Un adulto puede pesar más de 50 toneladas.


Se distribuyen entre los 20' y  64' de latitud sur. La población mundial se estima en solo 3.000 individuos. Durante siglos y hasta hace algunas décadas estuvieron expuestas a una intensa cacería. Hoy están protegidas por normas internacionales. La Eubalaena australis se encuentra amenazada, mientras que Eubalaena glacialis esta en peligro de extinción. Las ballenas francas tienen marcas naturales que facilitan la identificación de individuos. Más de 1.300 ballenas han sido identificadas en la Patagonia desde 1970. Las ballenas francas arriban a las aguas que rodean a la Península Valdés entre marzo y mayo y alcanzan su número máximo durante septiembre y octubre. Hacia fines de diciembre casi todos los animales emprendieron la migración a las áreas de alimentación.


La mayoría de las especies de cetáceos tienen dientes y componen el grupo de los odontocetos. Existen alrededor de 65 especies, conocidas comúnmente como delfines y marsopas. Se alimentan de peces, calamares y, en el caso de las orcas, de otros mamíferos marinos.  El resto de las especies de cetáceos no tienen dientes. Este grupo esta integrado por las ballenas con barbas o misticetos. Las barbas están formadas por queratina, un material similar al de las uñas. Un individuo tiene centenares de barbas, dispuestas una al lado de la otra. El número y el tamaño varia con la especie pero todas sirven para filtrar y retener el alimento.


En cuanto a los pingüinos, existen 18 especies de ellos, que viven exclusivamente en el hemisferio sur (solo el pingüino de las islas Galápagos llega a la latitud del Ecuador). Los pingüinos se originaron de ancestros que volaban pero perdieron, durante su evolución, la capacidad de volar.
Son nadadores veloces (casi tan rápidos como un delfín) y bucean a mayor profundidad que otras aves marinas. En la Patagonia reproducen 2 especies: el pingüino de penacho amarillo y el pingüino de Magallanes, que es la especie mas abundante. Se reproducen en las costas de América del sur, desde la Península Valdés hasta Tierra del Fuego y el sur de Chile. En la costa patagónica existen 60 colonias. Aproximadamente 890.000 parejas reproductoras (1.800.000 animales) en Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. La colonia de Punta Tombo congrega a más de 200.000 parejas. Los adultos pesan entre  4 y 5 kilos. Los machos son ligeramente más grandes que las hembras. Ambos sexos tienen la misma coloración. Los adultos tienen la espalda color negro y el pecho blanco con una doble banda negra.


Conocido como lobo marino sudamericano, es una especie abundante en esta zona. Tiene una sola capa de pelo, por lo cual ha sido menos atractivo que el lobo marino de dos pelos para la industria peletera mundial. Se alimenta de diferentes especies de peces, calamares y pulpos. En todos los lobos marinos el tamaño y la apariencia de los machos es diferente al de las hembras de la misma especie. Los machos adultos tienen la cabeza y el cuello extremadamente grandes. El pelo del cuello es mas largo que en el resto del cuerpo, lo cual les da una apariencia de león (también se los conoce como leones marinos). Los machos compiten agresivamente por el control de harenes compuesto por hembras reproductoras.
Los machos adultos pueden pesar 350 Kilos y medir 2,3 m de largo. Las hembras no superan los 200 Kg. Viven en las costas de América del Sur; desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego en el Atlántico y hasta latitudes ecuatoriales en el Pacifico. Se han descripto más de 100 agrupaciones para la costa Patagónica. De ellas, 40 son reproductivas y el resto son invernales o están conformadas por animales juveniles. La población estimada para la costa Patagónica es de 70.000 animales.


Los elefantes marinos del sur pertenecen a lo que comúnmente se llaman focas. El elefante marino del sur es la más grande de las 19 especies de focas del mundo. Es unos de los mamíferos con mayor diferencia de tamaño entre sexos: los machos pueden ser cinco veces más grandes que las hembras. Existen dos especies de elefantes marinos: en el hemisferio sur: Mirounga leonina.
En el hemisferio norte: Mirounga angustirostris. Existen en el mundo alrededor de 700.000 elefantes marinos del sur. La mayor parte de las agrupaciones se encuentran en las islas subantárticas. En la Península Valdés nacen anualmente 12.000 crías y la población total es de 45.000 animales. Se alimentan en el mar. Salen a la costa solo para descansar, mudar la piel y reproducirse. Los adultos mudan durante el verano. Las pariciones y los apareamientos ocurren entre septiembre y noviembre. Ayunan durante 100 días, bucean en forma constante durante meses y el 90% del tiempo en el mar están debajo del agua. Llegan hasta 1.500 m de profundidad y pueden permanecer sumergidos durante dos horas.

El delfín oscuro, por su parte vive en la región templada del hemisferio sur. El patrón de color varía entre los individuos, al igual que la forma de la aleta dorsal. Llegan a medir 2 metros  de largo y a pesar 90 kilos.  Forman grupos de 6-15 ejemplares, aunque durante las actividades de alimentación llegan a concentrarse más de 400 individuos. Se acercan a la costa durante la primavera y comienzos del verano, eligiendo aguas mas profundas hacia el final del verano y el otoño. Los desplazamientos parecen seguir el movimiento de sus principales presas: anchoitas y calamares. Se los captura incidentalmente en redes de pesca. El delfín común, o  delphinus delphis, se distribuyen en aguas tropicales y templadas de todo el mundo. En algunas áreas pueden ser vistos durante todo el año. El cuerpo es estilizado y la aleta dorsal prominente. Los machos, algo más grandes que las hembras, alcanzan una longitud de 2,6 m y un peso de 75 kilos. Forman grupos que a veces forman varios centenares de individuos. Son nadadores rápidos que realizan saltos espectaculares fuera del agua. Se los suele ver nadando junto a la proa de los barcos. Se alimentan de peces, cefalópodos y calamares.


A la tonina overa, se la observa en las aguas costeras de la Patagonia, en las islas Malvinas, Georgias del Sur y el extremo sur de Chile. También se la encuentra en el océano Indico. El cuerpo es pequeño y la aleta dorsal es redondeada. Los adultos son blancos y negros pero las crías recién nacidas son de color pardo o gris. Llegan a medir alrededor de 1,5 metros y ambos sexos pesan entre 30 y 45 kilos.

 

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