Punta Tombo, Chubut

Turismo

La mayor colonia de pingüinos de Magallanes llega a una franja pedregosa que se mete en el mar para tener sus crías. De septiembre a abril, un espectáculo increíble. 

Cuando el lector esté leyendo esto, en Punta Tombo, provincia de Chubut, está empezando un espectáculo natural maravilloso. Y es que en septiembre llega la mayor colonia de pingüinos de Magallanes a esa estrecha y pedregosa franja de unos tres kilómetros que se adentra en el mar y que hoy tiene el status de Reserva Natural. Comienza la temporada de cría, en la que estas simpáticas aves marinas reacondicionan el mismo nido que hecho en un pozo o cueva utilizaron el año anterior.

El pingüino de Magallanes es una especie bastante singular, pues presenta algunas características más cercanas a la idea de familia humana que otros animales. El hecho de volver a ocupar el mismo espacio año tras año es uno de ellos. Pero si así lo hacen es porque además el macho y la hembra conforman una pareja estable.  El comportamiento social de estos animales, que puede ser apreciado hasta abril, incluye el cortejo, la incubación de los huevos y violentas discusiones entre machos, pero también una curiosa organización de “guarderías”: cuando algunos adultos se van de pesca, otros se quedan cuidando de sus crías.

A principios de octubre las hembras ponen dos huevos que empollan durante 40 días. En ese período, la pareja se turna para alimentarse y cuidar el nido del ataque de gaviotas y otras aves. Cuando llega abril, los pichones ya saben nadar y procurarse el alimento, por lo que están listos para irse de viaje con sus padres por el Océano Atlántico.

Todo esto se puede ver en Punta Tombo, que aunque no es la única pingüinera de este tipo en el país, sí es la más grande. Se estima que más de un millón de aves llegan hasta esta playa. La Reserva Natural fue declarada de interés turístico y ecológico por la provincia, lo que significa que se trata de un área protegida por reglamentaciones cuyo objetivo es proteger el medio ambiente y la vida silvestre. El turista debe respetar las indicaciones que se encuentran en los carteles. Para que pueda disfrutar de este espectáculo hay una serie de senderos autorizados, en los cuales podrá observar a los pingüinos de cerca pero con el menor impacto ambiental posible.

Como complemento del avistaje, en la Reserva hay un Centro de Interpretación de los pingüinos de Magallanes que tiene objetivos turísticos y científicos. Por un lado, cuenta con una estructura completa de servicios y personal especializado para informar al público sobre las peculiaridades de la colonia con un enfoque recreativo. Y por otra parte, se trata de un espacio destinado a la investigación de la especie. 

A Punta Tombo se accede de ciudades como Rawson y Trelew (110 kilómetros) y Puerto Madryn (170 kilómetros). En la zona el visitante también podrá observar manadas de guanacos y choiques, los pequeños ñandúes típicos del lugar, que atraviesan libremente los caminos. Más cerca del mar empiezan a advertirse otras aves marinas como gaviotas australes, palomas antárticas, cormoranes reales y petreles. Y ya en el océano hay lobos y elefantes marinos, ballenas francas, delfines y orcas.

Punta Tombo le da al turista la posibilidad de disfrutar de un paisaje inmenso, con un aire intenso, cielos transparentes y una riqueza faunística inigualable.

Cómo llegar
Desde Rawson y Trelew hay dos opciones para llegar a Punta Tombo.  Por la Ruta Provincial N° 1 son unos 100 kilómetros, con solo 18 asfaltados. Por la Ruta Nacional N°3, empalmando la Ruta Provincial N° 75 y luego la N° 1 son unos 122 kilómetros, pero la 3 está toda asfaltada.