Ushuaia, Tierra del Fuego

Turismo

La ciudad más austral del mundo es un buen destino para el verano, cuando las temperaturas no son tan extremadamente bajas y la luz natural permite cenar de día.

 

Hay lugares que bien valen la pena conocer pero que tienen un elemento, para muchos, desalentador: el clima. Ushuaia, cuyo slogan es “la ciudad más austral del mundo”, es una de ellas. Ahí bien abajo del mapa, casi cayéndose, en la capital de Tierra del Fuego hace frío todo el año, pero lógicamente en el verano un poco menos. Por eso, estos meses son los mejores para aventurarse por esas tierras para quienes no soportan las temperaturas extremadamente bajas.

Más en detalle, según los especialistas el invierno de Ushuaia no es tan frío como podría suponerse por su ubicación. El mes más gélido es julio, con una temperatura media de 1,3°C. Y el más cálido es enero con 9,6°C. Sin nieve y con un clima que no sorprendería a nadie que habite en otras latitudes, el verano permite entonces deleitarse con el Parque Nacional Tierra del Fuego, subirse al Tren del Fin del Mundo o navegar por el Canal Beagle.

La historia oficial de Ushuaia comienza el 18 de enero de 1869 cuando se estableció una misión anglicana, en lo que fue el primer asentamiento no aborigen del archipiélago. Quince años más tarde, con el objetivo de reafirmar la soberanía argentina en la región se fundó la ciudad, que fue reconocida por los anglicanos. Fue el 12 de octubre de 1884. El desarrollo inicial del poblado se dio por la decisión de enviar allí a muchos presos. El Penal de Ushuaia funcionó entre 1904 y 1947. La dureza de las condiciones climáticas y el aislamiento geográfico reforzaban de alguna manera la seguridad de aquella cárcel. El famoso Tren del Fin del Mundo, hoy reactivado para uso turístico, conducía a los presos a los campos de trabajo situados en lo que hoy es el Parque Nacional de Tierra del Fuego.

El verano en Ushuaia debe aprovecharse también para navegar. Desde el puerto salen diariamente diferentes tipos de embarcaciones que recorren el Canal Beagle. El circuito más clásico es el que va a la Isla de los Pájaros y la Isla de los Lobos, continuando luego hasta el Faro Les Eclaireurs, que indica a los navegantes el ingreso a la Bahía de Ushuaia. Pero también hay muchas más excursiones, como la que se conoce como “Pingüinera”. Este recorrido de 6 horas va hasta la Isla Martillo, donde nidifica una importante colonia de Pingüinos Magallánicos.

¿Y qué puede decirse de la ciudad propiamente dicha? Construida casi en su totalidad por los presidiarios, Ushuaia es hoy un polo turístico tan atractivo (incluso para los extranjeros) que ha desarrollado una hotelería y una gastronomía de primer nivel, con el cordero patagónico a la cruz como uno de sus platos más representativos. La ciudad es muy pintoresca y colorida, y se puede aprovechar con luz natural hasta pasadas las diez de la noche.

Se viva donde se viva en la Argentina, Ushuaia queda siempre lejos. Pero en algún verano hay que animársele.

 

Cómo llegar
Por la distancia lo más recomendable es llegar a Ushuaia en avión. Desde Buenos Aires hay varios vuelos diarios (duran 3 horas), pero también hay conexiones con Córdoba, Mendoza, Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. En auto, la ruta principal es la 3, aunque al llegar al estrecho de Magallanes hay que subir el auto al ferry y transitar terreno chileno.