Villa General Belgrano: capital de la cerveza y algo más

Turismo

Como cada octubre, en Villa General Belgrano se celebra la Fiesta Nacional de la Cerveza. La localidad cordobesa, de fuerte inmigración centroeuropea, también es sede de otras fiestas. Y ofrece más atractivos para el turista.

Villa General Belgrano tiene un protagonista principal: la cerveza. No es casualidad, ya que la inmigración mayoritaria provino en los años 30 del centro de Europa, que llevaron a Córdoba su histórica tradición cervecera y su Oktoberfest. Así, como todos los años, del 6 al 16 de este mes habrá Fiesta Nacional de la Cerveza, el evento más importante del lugar, para el que se prepara todo el año.

Once días de cerveza, gastronomía típica, música y otros espectáculos y actividades de fuerte acento alemán, con epicentro en el Parque Cervecero. Allí, mientras se escuchan los acordes de la música centroeuropea o se observan sus danzas características, los stands instalados en el lugar ofrecen cervezas de todo tipo, color, marca, origen y tamaño, de elaboración artesanal o industrial, directamente de sus productores. La oferta gastronómica no le va en zaga, tanto en las comidas (embutidos, chacinados, chucrut, etc.) como en la siempre atractiva repostería de los países de procedencia.

Una serie de tradiciones le dan brillo y color a la Fiesta a diario, entre ellas el desfile por las calles del Centro; el espiche del barril de cerveza; el plantado del maikranz (un árbol especialmente adornado para los festejos), y el festejo del Día del Pueblo. Esto sucede todos los días a partir de las 11 y continúa con espectáculos de colectividades de diferentes partes del mundo hasta la medianoche. El desfile es encabezado por el Monje Negro, detrás del que se encolumnan las colectividades germana, suiza e italiana, la orquesta local Die Biermusikanten, los aldeanos con sus trajes típicos, las academias de baile, grupos y orquestas invitados. Ya sobre el escenario, la primera ceremonia es el espiche (significa “golpe en el vientre”), que consiste en la apertura del primer barril de cerveza de cada jornada. Antes de colocarle la canilla, los “espichadores” agitan fuertemente el barril, para que al abrirlo la espuma se desparrame sobre los asistentes. Después vendrán otros, muchos más barriles.

Villa General Belgrano

Del centro de Europa los inmigrantes suizos, alemanes, austríacos e italianos también trajeron otras tradiciones, que en Villa General Belgrano se convirtieron con los años en otras fiestas populares. En el mes de julio, durante las vacaciones de invierno, se celebra la Fiesta del Chocolate Alpino, también con música y danzas de las colectividades, entre otros espectáculos para toda la familia, aunque con otro protagonista. Así, todas las tardes se organiza una gran fondue de chocolate, en la cual los visitantes pueden bañar sus brochetas de frutas.

En tanto, en Semana Santa se celebra la Fiesta Nacional de la Masa Vienesa, con más de cuarenta años de tradición. Además de las deliciosas masas centroeuropeas, tortas y chocolates, también se ofrecen fiambres ahumados y un buffet de platos típicos. Música en vivo, shows de danzas de distintos países y otros espectáculos forman parte de la Fiesta, mientras que el Jueves y el Viernes Santo se realiza el tradicional Vía Crucis. El domingo, finalmente, se realiza la tradicional Búsqueda del Huevo de Pascuas.

 

Abierta todo el año

Aunque las fiestas populares representan el corazón de su oferta turística, Villa General Belgrano se puede disfrutar en todas las estaciones. Por ejemplo, en el Bosque de los Pioneros, donde desde el año pasado se celebra la Oktoberfest, hay expuestas obras del artista local Luis Carlos Pérez, como la evolución de la Fiesta Nacional de la Cerveza tallada en un tronco de eucalipto. Desde allí también se tienen bellas vistas panorámicas de las Sierras Chicas, y se pueden recorrer 600 metros de ciclovía entre los árboles, para lo cual el municipio alquila bicicletas en el mismo lugar.

También es un sitio ideal para el avistaje de aves, que se realiza de manera independiente o con un guía local, y se puede aprovechar para visitar el Cristo Chico, un refugio con una pequeña estatuilla ubicado a la vera del arroyo Los Molles. Para recorrer este circuito de trekking, de dificultad baja, se recomienda usar ropa cómoda y calzado seguro, y llevar agua.

En cambio, el Cristo Grande es una imponente figura tallada en madera, de 2 metros de altura, instalada en un lugar elevado a 4 kilómetros del pueblo, al que se puede acceder en vehículo, a caballo, a pie o en bicicleta. La talla fue realizada por el escultor Harald Hanz entre 1938 y 1942 y restaurada por el artesano Romano en el año 2000. El Cristo es de roble del Chaco y la cruz es de lapacho. Este Cristo es uno de los pocos que hay en el mundo con los ojos abiertos.

El Pozo Verde y la Quebrada de la Zarzamora también es un destino atractivo, al que se llega a través de los senderos de las Sierras Chicas. Ideal para los amantes del contacto con la naturaleza, propone una caminata entre la vegetación hasta llegar a una olla natural de un verde intenso, abundante en zarzamora y sonidos de zorzales. El recorrido sigue hasta el Cerro Mirador, a 845 metros sobre el nivel del mar, desde donde se tienen bellas vistas panorámicas de la Villa. Es un  sendero que transcurre a orillas del agua y es de baja dificultad. El camino que lleva al Cerro Mirador es de dificultad intermedia porque implica un ascenso de alrededor de 20 minutos.

Para los más experimentados, audaces o con mejor estado físico se recomienda el ascenso al Cerro de la Virgen y el Pico Alemán, siempre sobre el cordón de las Sierras Chicas, desde donde se obtienen las mejores vistas del valle de Calamuchita, con las Sierras Grandes y los diques Los Molinos y Embalse Río Tercero. Para eso hay que recorrer los 1.700 metros que separan la base del Cerro (que se encuentra a 1.250 metros sobre el nivel del mar) de la cima y del Pico Alemán, ubicado pocos metros más adelante.

La caminata implica un ascenso neto de 430 metros, con pendientes de hasta 45º. Se calcula que el ascenso puede demandar entre 45 y 60 minutos, aunque todo depende del estado físico de quien lo realiza. Se recomienda utilizar calzado cómodo pero seguro, tobillera o sostén, gorra o sombrero de ala ancha y una buena cantidad de agua. Como las temperaturas pueden llegar a superar los 30º por la tarde, se aconseja realizar el ascenso entre las 9 y las 13 horas. 

Fotos: villageneralbelgrano.org